Nazareth Castellanos: "La respiración puede ser un biomarcador que anticipe una alteración mental"
- La neurocientífica divulga la relación entre la respiración y la plasticidad neuronal del cerebro
- Siruela edita su ensayo El puente donde habitan las mariposas. Biosofía de la respiración


"Las neuronas son células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si algún día esclarecerá los secretos de la vida mental", Santiago Ramón y Cajal.
La neourocientífica Nazareth Castellanos nos invita a adentrarnos en los secretos del cerebro en su último ensayo El puente donde habitan las mariposas, editado por Siruela. La plasticidad neuronal permite esculpir el cerebro con voluntad y atención, un órgano con capacidad para aprender y adaptarse al entorno, pero clave en la construcción de la identidad.
La respiración tiende un puente entre el mundo exterior y el interior, entre lo que somos y lo que creemos ser. Siguiendo el trazo anatómico de la inspiración, la apnea y la espiración en el cerebro, la autora traza las bases neuronales para el encuentro con uno mismo. Castellanos aúna humanismo, ciencia y sus propias experiencias, para guiarnos por el mapa del cerebro con el fin de mejorar nuestra salud mental.
Respirar para pensar mejor
RTVE.es conversa con Nazareth Castellanos en una soleada mañana de primavera, en la sede de Siruela.
Pregunta: ¿Por qué el libro se titula El puente donde habitan las mariposas?
Respuesta: Ramón y Cajal descubre la arquitectura neuronal y que lo importante de las neuronas son los puentes que hay entre ellas, las conexiones. Esas conexiones neuronales están muy asociadas a la plasticidad del cerebro, esa capacidad que tiene el cerebro de cambiar. Ramón y Cajal llamaba a las neuronas las mariposas del alma y uso el verbo habitar porque lo tomo prestado de Heidegger y es un poco el centro del libro, cómo habitar la experiencia. Ese es el puente donde habitan las mariposas.
P: ¿Qué quiere decir el subtítulo Biosofía de la respiración?
R: Biosofía es una forma de tener cierta sabiduría a partir del estudio científico, en este caso de la biología. Por ejemplo, estudiar la influencia que tiene la respiración sobre el cerebro se puede convertir en una herramienta que permite conocer muchos aspectos de nuestra psicología y de nuestra conducta, para aportar un toque, una pincelada de sabiduría en nuestra vida.
P: ¿Qué relación hay entre la respiración y la salud mental?
R: Pues mucha, es el tema de investigación que desarrollamos. Hemos visto que, cuando hay una alteración de la salud mental, la respiración lo notifica, es decir, cambia el patrón respiratorio. Así, podemos estudiar el patrón respiratorio para ver qué tipo de alteración hay y si analizar clínicamente la respiración puede ser un biomarcador que anticipe la gestación de algún trastorno mental. Al contrario, también podemos utilizar la respiración para paliar síntomas de alteración de la salud mental como la ansiedad, el estrés, o los síntomas depresivos.
P: ¿Qué tiene que ver la rotación de la Tierra con los sueños?
R: Esta es una hipótesis, un poco anecdótica, para demostrar la influencia que tiene el entorno y lo que ha venido mucho antes que nosotros. Hay una teoría, que a mí me encanta, que dice que, como pasamos muchas horas a oscuras a lo largo de la noche, pues son tantas horas, todos los días, que las cortezas visuales del cerebro empezarían a reorganizarse y acabaríamos perdiendo visión. Por tanto, los sueños serían una ilusión que genera el propio cerebro para crear luz en la oscuridad.
P: ¿Qué pasa con los corazones de dos personas que duermen juntas?
R: Que se sincronizan una barbaridad. Lo que pasa es que hay que tener mucho cuidado con quien duermes, porque impactamos mucho sobre el otro y el otro nos impacta mucho.
P: El diálogo interno es algo bastante generalizado, pero ¿cómo son las mentes silenciosas?
R: Según la neurociencia, no existiría una mente que estuviese siempre en silencio, pero algunas son más silenciosas. Sé que hay algunos casos que se han declarado de ausencia de esa red neuronal por defecto (ver ilustración). En principio, es una mente más silenciada que se ha asociado a un mayor estado de calma, de bienestar, mayor capacidad de atención y mayor capacidad de procesamiento visoespacial.
P: En el libro menciona el yo mínimo y el yo narrativo. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos conceptos?
R: Esto es una propuesta de autores muy importantes como Damasio o Zimmerman, que abogan por una reducción de los yoes, una clasificación en dos, que ayuda. El yo mínimo sería esa esencia, esa percepción, esa consciencia, independientemente de su contenido o atributos. Y el yo narrativo es el que asociamos a nuestro diálogo interior y a los atributos que acompañan a nuestra persona. Estudios, por ejemplo, de la doctora Elisabeth Kristof, constatan que el yo narrativo está mucho más saturado. Damos poco espacio a ese yo mínimo y esos estudios abogan por cultivar esa presencia del yo mínimo y no tanto el yo narrativo.
P: ¿Cómo impactan las guerras sobre las capas químicas de los cromosomas?
R: Pues impactan, y mucho más de lo que pensamos, pero no solo los grandes eventos como un holocausto o una guerra, sino las memorias, las experiencias que hayan tenido una intensidad suficiente, impactan en nuestra epigenética y eso se transmite. No pasas información y conocimiento, ni siquiera recuerdos, pero sí se transmiten esos aprendizajes. Hay que ser prudente, pero creo que había que apoyar este tema de investigación. Tenemos que despertar esa consciencia de que lo que pasa en nosotros trasciende nuestra piel y nuestro tiempo, impacta en la memoria transgeneracional. En este caso, la herencia epigenética me interesaba desde el punto de vista del futuro: "¿Qué puedo hacer yo?". Porque lo que yo esté haciendo afecta a las siguientes generaciones.
P: ¿Se heredan los miedos y también la capacidad de superarlos?
R: Según estos estudios, se transmite la herencia transgeneracional del trauma y la herencia transgeneracional de la resiliencia. Se ha estudiado en animales y en personas de ciertas poblaciones, sobre eventos aislados, pero cada vez hay más. Nosotros estudiamos los cambios epigenéticos que tiene la actividad física, que es muy evidente y muy medible, no es el trauma, pero vemos que nuestro estilo de vida también influye en las próximas generaciones.
P: ¿Qué importancia tiene la naturaleza en nuestro bienestar?
R: Bueno, muchísima, yo creo que es un gran aliado que se nos olvida. Hay un estudio que muestra como un paseo de una hora por el bosque reduce la actividad de la amígdala. Es importante intentar buscar en nuestro cuerpo y en el entorno aquellos elementos que nos pueden ayudar en ciertas situaciones y a estar mejor. O sea, esa parte preventiva de la salud mental. Tengo que cuidar mi higiene mental.
P: ¿Por qué prestar atención a los niños y cuidarles es bueno para el cerebro?
R: En mi opinión, tienen que cambiar muchos aspectos del sistema educativo, que se refuercen más sus herramientas, cuidar factores como su dieta y esas agendas hiper saturadas que tienen. Cabe una reflexión sobre la conciliación, es muy fácil decir tienes que hacer esto y lo otro y las mamás y los papás no se lo pueden permitir. Es un tema social muy complejo. Prestarles atención, estar presente con ellos, favorece la sincronización entre los corazones del niño y la madre. Cuando se produce esa sincronización aumenta su tono vagal, mejora su neurodesarrollo y repercute en su salud mental, que ya la tiene. Los niños también se estresan y tienen alteraciones de salud mental y eso se nos olvida, pensamos que un niño siempre está bien.
P: En el libro menciona que cuando las personas más mayores están con los nietos, su cerebro se rejuvenece...
R: Si la importancia de la familia extendida, creo que es algo que tenemos que reivindicar, esa idea de comunidad y de tribu. Lo que se ha visto es que los niños que crecen con los abuelos cerca ven favorecido su cerebro y también mejora el de los mayores. Fíjate qué bonito, podemos cuidar el cerebro de formas mucho más diversas y ricas de lo que pensamos.
P: ¿Cómo se puede ayudar a los más pequeños a construir su voz interior?
R: Pues hablándole bien. Lo que dicen los estudios es que su voz interior en el futuro será reflejo de lo que ha oído en casa, en las personas de referencia. También me parece muy interesante escuchar su voz, porque te das cuenta de cómo le hablas y muchas veces tiramos de patrones aprendidos o automatismos. Entonces, hay que observar cómo se conducen en esa narración, es un feedback que uno necesita.
P: ¿Qué ventajas tiene pasar de un monólogo interior inmerso a un monólogo interior a distancia?
R: Esa perspectiva de verte como el objeto te da una distancia que te permite observar con mayor equilibrio, un mayor razonamiento, lo que te está sucediendo. La forma en la que tú te estés narrando: "Estoy mal, estoy no sé qué". Esa forma ya te está predisponiendo, te está metiendo en la película. Mientras que hacerlo en esa tercera persona: "Nazareth está mal". Paradójicamente, solo por expresarlo, me permite observar desde fuera. A todos nos es más fácil ver lo que le pasa a una amiga. El meterse dentro produce una cierta ceguera relacionada con el contenido emocional de lo que estás diciendo.
Siruela
P: En el ensayo dice que cuanto más reprimes un pensamiento, más presente está. ¿Cómo se puede luchar contra los pensamientos recurrentes?
R: Ese pensamiento obsesivo, rumiante alrededor de un problema es incesante y extremadamente molesto. Muchas veces se debe a que no ha habido un pensamiento reflexivo y pausado, como dice Heidegger "que tengamos la capacidad de pensar no significa que lo hagamos". Reflexionar sobre el problema ya disminuye un poco el diálogo. Ahora bien, no siempre estamos preparados, ni tenemos la costumbre y la capacidad. La Universidad de Israel ha estudiado el efecto mantra cuando tienes un pensamiento muy rumiante: "Es que me ha dicho no sé qué, tal y cual..." Repetirte una palabra muy neutra, una y otra vez en silencio, como un mantra. Entonces la parte lingüística queda calmada y le hemos restado el contenido emocional. Yo lo leí y me pareció simplista, si te soy sincera, pero lo empecé a probar y me pareció impresionante.
P: ¿Qué diferencia hay entre el pensamiento espontáneo, el de transición y el pensamiento consciente dirigido?
R: Desde el punto de vista biológico, es desde qué zonas del cerebro surge. Quería poner el énfasis en que gran parte de las personas no sabe que tiene un pensamiento espontáneo. Cree que esas ideas que le vienen son pensamientos que está elaborando. Saberlo espontáneo, te permite desidentificarte de ello. Los pensamientos espontáneos vienen de zonas involuntarias inconscientes del cerebro. No es el yo pensando, sino que es una cosa que emerge en ramas de abajo hacia arriba en la neuroanatomía. Eso me facilita ponerme como observador.
P: ¿Cómo podemos esculpir nuestro cerebro?
R: Primero, proponiéndonos la tarea. Esa es para mí la parte más importante del libro. Muchas veces se nos olvida o no nos han acompañado a desarrollar una intención y una voluntad o una confianza para intentar ser escultores de nuestro propio cerebro, donde la pregunta clave para mí es: "¿Qué quieres esculpir?".
P. Además de ensayos para adultos, ha escrito dos cuentos infantiles (Alicia y el cerebro maravilloso, Alicia y el corazón maravilloso) ¿Habrá una nueva entrega de las aventuras de la coneja Cajal?
R: Pues espero que sí, porque me lo dicen mucho. La verdad es que me gustaría mucho.