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Las protestas por el arresto del alcalde de Estambul amenazan el poder de Erdogan: claves de la crisis política

  • Miles de personas llevan cinco días protestando por la detención de Ekrem Imamoglu y contra el Gobierno central
  • El principal opositor del presidente de cara a las elecciones presidenciales está ahora en prisión preventiva
Claves de las protestas masivas en Turquía
Manifestación de apoyo al alcalde de Estambul en las calles de la ciudad KEMAL ASLAN / AFP
MARTA REY

Turquía no celebrará elecciones presidenciales hasta el 2028, pero el popular alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, ya se perfilaba como el próximo presidente. Sin embargo, su detención el pasado miércoles —ahora se encuentra en prisión preventiva— condujo al país a una grave crisis política que estalló con una ola de multitudinarias protestas en las calles de esta y otras ciudades, en las que los manifestantes acusan al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan de utilizar los mecanismos del Estado para quitarse del medio a su principal opositor.

Desde que se desataron las movilizaciones, la policía turca ha llevado a cabo una oleada de arrestos en Estambul y otras ciudades, con más de 1.100 personas detenidas, entre las que se encuentran periodistas, políticos y activistas. El presidente turco ha arremetido contra la oposición por encabezar lo que tacha de "movimiento de violencia" y ha advertido de que su "espectáculo" acabaría y que se sentirían avergonzados por el "mal" que habían hecho al país.

Estas son las claves de la crisis política en Turquía.

¿Quién es Ekrem Imamoglu y por qué Erdogan va a por él? 

Ekrem Imamoglu (53) es el alcalde de Estambul desde 2019, cuando protagonizó una histórica victoria que acabó con 25 años de poder de los islamistas en la ciudad. De hecho, la Comisión Electoral de Turquía (YSK) llegó a anular los resultados de la primera votación al admitir una demanda del AKP, el partido de Erdogan, que volvió a perder en la repetición electoral. Los 14.000 votos de ventaja que obtuvo Imamoglu en los comicios anulados, se convirtieron finalmente en 777.000.

Tanto esa victoria como su reelección en 2024 fueron un duro golpe tanto para Erdogán —que también fue alcalde de Estambul en los años 90— como para su partido, que registró un claro retroceso en los últimos comicios municipales. Mientras tanto, el líder opositor ha ido sumando apoyos y los sondeos les sitúan muy igualados en intención de voto. Imamoglu estudió Administración de empresas en la Universidad de Estambul —que el martes invalidó su título— y se graduó en 1994, el mismo año en que Erdogán asumió la alcaldía. Ahora, muchos le ven como la única alternativa para arrebatarle la presidencia al mandatario y ese es precisamente el motivo de esta persecución, según los expertos.

La detención de Imamoglu no ha sido una sorpresa y "el momento elegido no tiene nada de casual", tal y como afirma a RTVE.es el profesor e investigador del IBEI (Institut Barcelona d'Estudis Internacionals) y de Blanquerna-Universitat Ramon Llul, Umut Özkırımlı. Por un lado, porque Imamoglu había manifestado recientemente su intención de presentar su candidatura a la presidencia y eso suponía una amenaza política para el actual mandatario, —que en los últimos años ha ido progresivamente perdiendo apoyos—; y, por otro lado, porque el "contexto geopolítico" beneficia a Erdogan.

"La afirmación de Imamoglu de que su arresto tiene motivaciones políticas no es solo una estrategia retórica por parte de la oposición, es la realidad", ha afirmado a RNE el investigador principal del CIDOB en el Mediterráneo y Oriente Medio, Samuele Abrami, que defiende que "el Gobierno está intentando bloquear su candidatura presidencial para el 2028 utilizando las instituciones del Estado como herramienta de control".

Además, explica Özkırımlı, el "contexto geopolítico" le beneficia. "Se ha deshecho de Siria (con la caída de Al Asad), ha hecho una especie de 'casi falso' acuerdo de paz con los kurdos sobre el que nadie va a decir nada y, ahora mismo, por culpa de Trump, Europa tiene mucho miedo de quedarse sola contra Rusia y le necesitan, tanto para la gestión de los refugiados como para contar con su Ejército, que es el segundo más grande de la OTAN".

Abrami añade que Imamoglu rompe el molde tradicional de los líderes opositores en Turquía. "Tiene una formación conservadora y religiosa, por un lado, pero combina eso con un discurso político moderno y más inclusivo", asegura el experto, quien también menciona un contexto internacional "más permisivo" para Erdogán. "El enfoque transaccional de Trump y las prioridades de seguridad de Europa con Ucrania han dejado en segundo plano las preocupaciones sobre el autoritarismo y los derechos humanos", expone.

De hecho, por ahora, la respuesta de la comunidad internacional y, en concreto, de Occidente, ha sido tibia y, mientras que EE.UU. se ha limitado a tratarlo como un asunto interno, la mayoría de líderes europeos ha optado por el silencio.

¿De qué acusan a Imamoglu?

El miércoles, un gran número de agentes se desplegaron ante la casa del alcalde de Estambul y, tras el registro de su domicilio y una redada contra sus colaboradores, detuvieron a Imamoglu en el marco de una investigación por presunta "colaboración con grupos terroristas" y "corrupción". "Seguiré de pie y luchando contra el hombre que utiliza todo este proceso como un aparato", dijo el opositor en un vídeo publicado en redes en el que se coloca la corbata y se prepara, aparentemente, para ser arrestado. El domingo, tras varias jornadas de protestas, un tribunal le impuso la prisión preventiva.

La Fiscalía turca había abierto varias investigaciones en los últimos meses contra el opositor y su entorno — que coinciden con su ascenso en las encuestas y con que hiciera pública su intención de presentarse a los comicios presidenciales— y, de hecho, él no ha sido el único detenido. El responsable de comunicación de la alcaldía de Estambul y los alcaldes de dos distritos gobernados por el Partido Republicano del Pueblo (CHP) también fueron arrestados, entre otros, y según la cadena opositora Halk TV, el ministerio público emitió órdenes de detención contra más de 100 personas.

La Fiscalía basa su acusación de colaboración con el terrorismo en un pacto político alcanzado con la formación prokurda DEM, que en las elecciones municipales de 2024 accedió a no presentar a ningún candidato para concentrar el voto en el CHP de Imamoglu. Las autoridades consideran que detrás de ese acuerdo está el grupo armado kurdo PKK, considerado terrorista por el Ejecutivo turco. Para el opositor, el proceso abierto contra él es "una ejecución extrajudicial completa" y un "golpe" contra la democracia.

Además, la Universidad de Estambul anuló su título alegando irregularidades en su admisión en 1990, una decisión que obstaculizaría su carrera hacia la Presidencia, al ser la formación universitaria un requisito para acceder al cargo. Es "un acto que excede su autoridad y una señal preocupante de interferencia política en el ámbito académico", denunció el líder del CHP en su cuenta de X solo un día antes de su arresto.

"Esto hacía tiempo que se veía que podía pasar", expone la politóloga especializada en Turquía Laura Batalla, que menciona las recientes investigaciones contra Imamoglu. "Es una nueva víctima de la lucha contra la oposición. No es el primer político que ha sido arrestado", ha explicado la experta a RNE, y ha recordado otras detenciones como la del líder opositor kurdo Selahattin Demirtas, que lleva encarcelado desde 2016, así como "muchos otros dirigentes políticos, principalmente del partido kurdo, pero también del CHP".

Su detención llegó, además, en un punto clave porque el domingo se celebraban las elecciones primarias en su partido, una votación simbólica en la que ya se esperaba que fuera elegido como candidato y en la que, finalmente, se registró una altísima participación —el CHP abrió la votación para que pudiera participar toda la población— con 15 millones de votantes, según la formación.

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¿Cuál ha sido la respuesta en las calles?

Pese a las prohibiciones lanzadas desde el Gobierno, la indignación de gran parte de la población por la detención se ha traducido en cinco días consecutivos de protestas en Estambul y otras ciudades. Ya son, de hecho, las mayores movilizaciones que vive el país en más de una década. Según la oposición, solo el viernes salieron a la calle unas 300.000 personas.

Las movilizaciones han provocado enfrentamientos entre manifestantes y la Policía, que ha utilizado cañones de agua y gas pimienta para dispersar a la multitud. Además, los agentes acordonaron el viernes la mitad de la península histórica de Estambul, donde se encuentra la alcaldía, después de que miles de personas se congregaran frente al Ayuntamiento los días anteriores. Desde entonces, han sido detenidas unas 1.100 personas, entre ellas figuras políticas, estudiantes y periodistas.

"No permitiremos que un puñado de desharrapados ambiciosos ataquen la paz, inciten a la gente y lleven a Turquía a la tensión y al terror", afirmó el viernes Erdogan, quien asegura que continuar con las protestas solo conduce a sus participantes "a un callejón sin salida".

Disturbios en Estambul

Disturbios en Estambul EFE/EPA/ERDEM SAHIN

Los participantes se han congregado en sedes municipales y plazas públicas, pero también en universidades, ya que como señala Batalla los jóvenes juegan "un papel clave" en las protestas. "Llevan más de 20 años bajo el mandato de Erdogan, no han conocido a otro líder político [...] y han estado también esperando un cambio que no acaba de llegar", explica. "Esto genera una frustración con respecto al futuro político, porque son los más afectados por la situación socioeconómica en el país", añade.

"No son sólo los estudiantes, está muy extendido, pero creo que ellos son el motor. Todo el mundo lo dejará o puede dejarlo, pero los estudiantes seguirán mientras puedan. Y por eso los están atacando, incluso dentro de los campus, bloqueando las entradas para que no puedan ir a las protestas", relata Özkırımlı.

¿Qué consecuencias está teniendo esta crisis?

En un país cuya inflación se sitúa en torno al 40%, la actual crisis política ha afectado de lleno a una economía que ya estaba en horas bajas. Tras la detención de Imamoglu, la Bolsa de Estambul se desplomó y la lira turca se desplomó, agravando aún más el descontento ya existente, y el Banco Central tuvo que intervenir vendiendo divisas.

"Se están haciendo analogías con las protestas de Gezi —movilizaciones masivas contra el Gobierno que tuvieron lugar en 2013 y que fueron duramente reprimidas— pero esto es mucho más centrado y está mucho más extendido porque la gente no tiene nada más que perder en este momento. Es difícil imaginar lo difícil que es la actual situación económica", asegura Özkırımlı. "Creo que una mejor analogía en este momento sería la primavera árabe. La gente quiere pan y mantequilla, la libertad está bien, los estudiantes quieren libertad. Pero la gente quiere ser alimentada, no tener hambre", afirma el experto.

De hecho, el descontento generalizado y el empobrecimiento de muchas familias turcas ha hecho que incluso sectores próximos al partido del Gobierno sientan simpatías por las actuales movilizaciones Sorprende, dice Abrami, "la transversalidad de las protestas, también geográficamente hablando, porque se van extendiendo en todo el país y también en los bastiones de la AKP y de Erdogan".

La situación recuerda, además, a la protagonizada por Erdogan en sus inicios en la política. En 1999, cuando era él el alcalde de Estambul, el ahora presidente fue condenado por recitar un poema que no gustó a la élite laica que entonces ostentaba el poder y, tras salir de la cárcel, aumentó su popularidad hasta convertirse en el líder que ha gobernado el país durante 22 años. Ahora, le puede ocurrir lo mismo a su principal opositor.

"Esta es La decisión de Sophie de Erdogan", afirma Özkırımlı en referencia a la película protagonizada por Meryl Streep. "Le ha detenido (a Imamoglu) y no puede soltarlo porque lo convertirá en un héroe", afirma Özkırımlı. Sin embargo, "el coste de mantenerse en el poder va a ser enorme, las reservas del banco central turco ya casi han desaparecido", afirma el experto, que teme un giro hacia un autoritarismo similar al de Irán o Rusia. "Detenciones de periodistas, cierres de páginas web, intervenciones policiales cada vez más duras. Se convertirá en Putin, eso es lo que parece que está intentando hacer", concluye.