Sexo y poder: así es la visión distorsionada de la sexualidad en la manosfera
- ‘Mujer km 0’, ‘bodycount’ e hipergamia: así es cómo la manosfera contempla las relaciones sexoafectivas
- El nuevo proyecto del Lab de RTVE: ‘Manosfera al descubierto’ analiza los mensajes machistas de esta subcultura de internet
Puede que tu algoritmo de TikTok aún no te lo haya mostrado, pero en internet existe un espacio donde una comunidad de hombres comparte ideas y creencias profundamente machistas sobre el sexo, las relaciones y el poder: la manosfera. Esta subcultura, que nació en foros y ahora se ha expandido a las redes sociales en formatos tipo videopodcast, promueve una visión distorsionada de las relaciones heterosexuales. Para ellos, el amor y el sexo no es visto como un acto de conexión o placer mutuo, sino como una dinámica que se rige por las leyes de la oferta y la demanda, como un mercado de criptomonedas, donde la estrategia y el estatus importan más que la comunicación o el respeto. Un discurso que refuerza dinámicas de poder desiguales y aleja la posibilidad de establecer vínculos saludables.
El bodycount, kilómetro 0 y la hipergamia
Si nos adentramos en el algoritmo de TikTok de la manosfera, necesitaríamos un diccionario a la mano, y no nos serviría el de la RAE, ya que escucharíamos términos nuevos como ‘mujer kilómetro 0’, para referirse a aquella que ha tenido pocas relaciones sexuales. O bien encontraríamos vídeos de encuestas callejeras a chicas preguntándoles: “¿cuál es tu bodycount?”, un concepto que originalmente se usaba en el mundo bélico para contar los enemigos abatidos en la guerra, pero que ahora ha sido rescatado por la manosfera para cuantificar el número de parejas sexuales.
Hay muchísimos contenidos que circulan en las redes sociales y entre los más jóvenes que “están dirigidos a disciplinar las vidas de las mujeres, controlar sus cuerpos y obligar a los hombres a que sean agentes de control y de coacción de esas libertades” afirma la profesora e investigadora en la Universidad de sociología de la UCM, Elisa García Mingo. Así lo podemos ver en un vídeo de un creador de contenido con más de 1.2 millones de seguidores en Tiktok: “Una mujer que es promiscua es una mujer que regala algo que es muy valioso” y, por lo tanto, “pierde valor en el mercado”. “Si cualquier hombre puede tenerte, ¿qué valor tienes?”, comenta otro con más de 500 mil followers en su cuenta de Instagram.
En definitIva, se trata de discursos que reducen a las personas a productos y a consumidores a la vez, explicando las relaciones sexuales y amorosas desde un punto de vista económico, donde la virginidad es lo que determina el valor de las mujeres. El nuevo interactivo del Lab de RTVE, ‘Manosfera al descubierto’ explora este tipo de mensajes machistas y propone una mirada crítica a este lado del internet.
“Las mujeres priorizan recursos, ambición y estatus. Los hombres priorizan juventud y atractivo físico“
Según la manosfera, en este mercado sexual ficticio, existen otros parámetros que “determinan” el valor de una persona, siendo diferentes para hombre y mujeres. “Las mujeres priorizan recursos, ambición y estatus. Los hombres priorizan juventud y atractivo físico” comenta uno de los miembros de Red Pill Podcast, citando un estudio científico. Esta idea se repite en distintos blogs de la manosfera, en el que aseguran que una mujer consigue su valor máximo en el mercado a los 23 años, ya que se encuentran en su punto más fértil. Por el contrario, a las mujeres, según esta teoría, les atraen hombres mayores que ronden los 30 y 35 años, que puedan proveerles económicamente, con buenas habilidades sociales y un físico de gimnasio. Contemplando así, la búsqueda de pareja sexual y sentimental no solo como una estrategia económica, sino también biológica, como si de asegurar la supervivencia de la especie humana se tratara.
Todas estas ideas se enmarcan en la teoría de que las mujeres practican la hipergamia, como estrategia para buscar al mejor postor. “Lo que vienen a plantear en la manosfera con esta propuesta de ley femenina es que las mujeres ya no les vale cualquier hombre, sino que ellas siempre van a poder elegir porque ellas no tienen tanto deseo sexual”, destaca García Mingo, “y en esta posibilidad de elegir, ellas siempre van a buscar hombres que son más poderosos, que tienen más estatus, que son más fuertes, que tienen más éxito”. Dando a entender que las mujeres tienen un alto poder sexual que, en el marco de la hipergamia, les da acceso a beneficios económicos, profesionales y sociales.
En cambio, en el caso de los hombres, estos se ven obligados a conquistar el juego de las relaciones o bien renunciar a las mujeres, quedando “fuera del mercado”. Este sería el caso de los célibes involuntarios, también conocidos como Incels.
Una realidad distorsionada de la sexualidad
El bodycount y el kilómetro 0, lejos de ser preferencias sexuales, son metáforas que utiliza la manosfera para coartar la autonomía y la libertad sexual de las mujeres, comparándolas con coches usados y hablando de relaciones sexuales como si fuesen barbaridades bélicas para distanciarse ellos mismos de estas acusaciones misóginas. García Mingo, afirma que estas declaraciones “constituirían todo un retroceso en las conquistas del feminismo, entre ellas, el derecho de las mujeres a tener control sobre su cuerpo y ser dueñas de su propio deseo sexual”.
En la manosfera, es habitual que se utilicen teorías biologicistas muy esencialistas para explicar el comportamiento de las mujeres. Sin embargo, varios estudios afirman que las preferencias de selección de pareja entre hombres y mujeres se modifican según el contexto social y cultural. Los investigadores descubrieron que en sociedades más igualitarias, como los países escandinavos, las preferencias tradicionales, como el deseo de las mujeres por hombres con recursos y de los hombres por mujeres jóvenes y atractivas, se atenúan.
En este tipo de sociedades, las personas tienden a buscar parejas que sean más similares a ellas en términos de educación y valores. Lo cual demuestra una tendencia clara hacia la "homogamia", contrario a lo que la manosfera plantea sobre la hipergamia.
Las teorías que maneja la manosfera sobre las relaciones y el sexo están profundamente arraigadas en la idea de que los hombres y las mujeres somos, ante todo, animales, y que la sexualidad de ellos es controlada por sus instintos biológicos. “Llevamos años reivindicando que muchas de las acciones sociales tienen que ver con la sociedad y la cultura. Sin embargo, “todo ese tipo de explicaciones se obvian en la manosfera para defender los argumentos que les interesan y viralizarlos”, comenta García Mingo.
Pero, ¿qué se ha dejado el feminismo?
La mayoría de los jóvenes se acercan para buscar respuestas sobre ciertas inseguridades, como por ejemplo, cómo ligar o cómo hacer frente a la precariedad laboral, comenta Stribor Kuric, sociólogo investigador en FAD Juventud. Por ello, acuden a la manosfera para encontrar consuelo, crear vínculos y elaborar tejidos afectivos con otros hombres. Sin embargo, lo que en un principio podría haber sido un espacio de entendimiento y comprensión para hombres vulnerables, donde discutir las presiones que el machismo les ha inculcado, se convirtió en un caldo de cultivo para fomentar discursos de odio y de rabia hacia las mujeres.
Ante las reivindicaciones que propone el feminismo, les resulta difícil manejar el cambio y la ambigüedad. Los hombres detrás de la manosfera “necesitan claridad, mandatos y mensajes sencillos”, destaca la investigadora García Mingo, “las disidencias son muy difíciles de gestionar y sobre todo en una situación de crisis, un futuro de fobia y ansiedad”.
La manosfera se presenta como una respuesta bastante accesible y satisfactoria para aquellos hombres que necesitan reconstruir esa masculinidad que ha sido puesta en duda. “Es importante atender esos malestares antes de tiempo para que no tengan que buscar respuestas en el pasado o en roles tradicionales que al final no hacen más que prometer imposibles” afirma Stribor Kuric, Sociólogo investigador en FAD Juventud. “Si los jóvenes no encuentran respuestas a estos problemas desde el feminismo, acudirán a la manosfera donde sí se les ofrece soluciones y respuestas muy fáciles de entender”, añade y subraya que es importante invertir tiempo en la alfabetización digital y establecer fórmulas de comunicación pedagógicas comprensibles para que las personas jóvenes que llegan a estos discursos machistas, puedan entender sus malestares y den con una respuesta.