Los estereotipos de la manosfera: la nueva cárcel de la masculinidad
- El mito de la masculinidad perfecta: la manosfera y su peligrosa promesa de éxito basado en sacrificios y estereotipos
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Vivimos tiempos confusos para la masculinidad. Durante generaciones, los estereotipos de género han definido qué significa ser hombre o mujer, asociando la masculinidad con ser fuerte, proveedor, dominante y emocionalmente contenido. Hoy, esos moldes se resquebrajan, y en medio de la incertidumbre, muchos buscan respuestas. En este contexto, la manosfera, un ecosistema digital donde se refuerzan ideas reaccionarias sobre género, ofrece recetas rápidas y sencillas: volver a los roles de siempre.
La manosfera propone un modelo de hombre tradicional: el que manda, protege y no muestra debilidad. A cambio, las mujeres deben ser sumisas, dependientes y encargarse del hogar. No es una idea nueva, sino la misma que predominó tras la Revolución Industrial, cuando el trabajo asalariado fue cosa de hombres y las mujeres quedaron relegadas al ámbito doméstico. Y "en un momento de crisis de género donde los códigos culturales están cambiando, la mujer ha accedido al mercado laboral de manera masiva, los criterios de masculinidad dura ya no son tan hegemónicos o donde estéticamente las cosas están cambiando tanto, es normal que existan intentos de volver una especie de edad dorada de la masculinidad", explica Lionel Delgado, doctor en Sociología e investigador y divulgador sobre masculinidades. En la actualidad, factores como la precariedad laboral y la mayor independencia económica de las mujeres han hecho inviable el modelo tradicional del "varón proveedor". Esto genera incertidumbre, especialmente entre varones jóvenes, que buscan en la manosfera una guía sobre qué significa ser hombre hoy en día.
La manosfera redefine el género para combatir el feminismo
La expansión del feminismo ha ampliado lo que significa ser hombre y ser mujer, y eso a muchos les asusta. ¿Dónde están los límites? ¿Cómo deben comportarse? En la manosfera encuentran una explicación sencilla: el feminismo ha ido demasiado lejos y está destruyendo a los hombres.
A través de discursos que apelan a la nostalgia y la supuesta biología, estas comunidades buscan reinstaurar el modelo de "hombre de verdad" y "mujer tradicional", ofreciendo a sus seguidores un marco de referencia claro y estable. "Aquí los jóvenes encuentran relatos que dan un sentido a su vida. Y creo que hasta que no les ayudemos a narrarse en el mundo de una manera igual de eficaz, afectiva y emocionalmente, no estaremos preparados para alejarles de este tipo de filosofías", sostiene Delgado.
La manosfera refuerza estereotipos de masculinidad tradicionales, proponiendo la idea de sacrificio extremo como camino hacia el éxito, "pero esta noción se construye en torno a un esfuerzo personal, al mito del héroe individual, desconectado de las redes de cuidados, de sus amigos…". Esta individualidad se teje con una idea de meritocracia donde el hombre "debe endurecerse a base de sudor, lágrimas y resistencia", apunta Delgado. En estos espacios, cualquier desviación del modelo tradicional es vista como una amenaza. Así, la solución que ofrecen es volver a lo conocido, aunque eso implique reforzar desigualdades.
¿De verdad nos hace más felices volver a esos estereotipos?
Los datos dicen que no. Según estudios de Fad Juventud, los hombres que siguen los modelos tradicionales son menos felices, tienen menos apoyo social y más problemas de salud mental. La presión por demostrar la "hombría" lleva a la autoexplotación, la dificultad para pedir ayuda y relaciones basadas en la dominación en lugar de en la igualdad. Y, en lugar de encontrar el éxito prometido, lo que descubren es una constante presión por cumplir expectativas poco realistas. Entonces, ¿por qué arrasa en los más jóvenes?
«Para entender su éxito hay que entender que aquí hay una movilización de pasiones, de deseos», que atañen a todos los públicos porque la manosfera se ha preocupado de ser global, sumamente diversa y acoger a muchas subculturas. "Y si esto es una manipulación o una estafa no les importa porque aquí los chavales terminan encontrando una filosofía que les da un lugar en el mundo. Es una retórica donde se ven como héroes y no como perdedores y esto a nivel emocional tiene una eficacia muy grande", sentencia Delgado.