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Emilio Morenatti, fotógrafo: "Se puede hacer belleza de la tragedia"

  • Morenatti repasa su trayectoria como fotógrafo, desde cómo perdió la pierna en Afganistán hasta la dana de Valencia
  • El fotoperiodista sostiene que no se puede parar de hacer fotos porque hay que alimentar el cable a cada momento
Se puede hacer belleza de la tragedia: Emilio Morenatti
Imagen del fotoperiodista Emilio Morenatti. Sofía Vera
*SOFÍA VERA

En el año 2002 Emilio Morenatti (Zaragoza, 1969) realizó su primer trabajo lanzándose al mar con una balsa inflable. Una hazaña que, sin darse cuenta, hizo que su proyecto narrara todos los flancos de un conflicto, el incidente de la isla de Perejil. "Yo estaba trabajando para la agencia EFE en Sevilla y me moría por hacer algo serio. Más allá de los toros y los partidos de fútbol y baloncesto, tenía otras inquietudes como fotógrafo". Había que cruzar el estrecho de Gibraltar por Algeciras para llegar al peñón y con lo que primero se topó la lente de su cámara fue con la imagen de una bandera. Aunque fue una larga travesía, Morenatti fue uno de los primeros en llegar y empezar a documentarse sobre la zona y el conflicto.

Conforme va tomando y publicando imágenes y van pasando los días, diversas agencias internacionales se van interesando por lo que ocurre en el territorio. La isla de Perejil, que se encuentra en aguas territoriales internacionales y no tiene gran valor comercial ni estratégico militar, era reclamada por el Estado español. "Aunque yo pensaba que era un trabajo chorra, no me daba cuenta de lo que podía escalar el conflicto a través de mis fotografías".

Fue Informe - 2002. Perejil, el peñón de la discordia

Tanto España como Marruecos reclaman el peñón y en medio de este conflicto hay unos personajes que son retratados por Emilio. "Aunque algunas de las personas que retraté, como la señora que pensaba que el peñón era de sus cabras y de nadie más, pueda parecer algo cómico, realmente es importante hacer todo lo posible por darle esa voz al local que sufre el conflicto".

A veces una foto puede no ser una gran imagen, pero el carácter documental guarda un alto interés

Otras grandes fotos, importantes para entender la disputa, son tomadas por Morenatti cuando los guardias del Estado español detienen a ciudadanos marroquíes que han ocupado el peñón. "A veces una foto puede no ser una gran imagen, pero el carácter documental guarda un alto interés. Me excita saber como una foto de una bandera puede escalar a una declaración de guerra".

Cuando el acontecimiento se empieza a hacer más notorio en el ámbito internacional, más fotógrafos llegan al peñón como apoyo para cubrirlo. En el ir y venir de las tropas, Emilio y el resto de fotógrafos y periodistas aguantan largas jornadas de esperas en las que "es de primera necesidad ir provisto de al menos una sombrilla, una silla y grandes cantidades de paciencia para que ocurra algo".

Debut como fotoperiodista

Gracias a grandes teleobjetivos pudo tomar imágenes de las tropas que estaban al otro lado de la costa, cuando aún no había cruzado hacia el peñón en la lancha.

No se puede parar de hacer fotos, el cable hay que alimentarlo a cada momento

Morenatti busca en sus imágenes no solo hacer un ejercicio de documentar el enfrentamiento sino también un toque artístico o épico para que puedan servir en columnas de opinión. Hubo muchos intentos marroquíes que, en señal de protesta, intentaban poner su bandera en la isla aunque luego eran desalojadas por la policía. Estas escenas también fueron captadas en imágenes de Morenatti que luego fueron publicadas en diferentes medios de comunicación. "No se puede parar de hacer fotos, el cable hay que alimentarlo a cada momento".

Necesitamos hacer más fotos porque las historias salen a la luz y las fotografías necesitan ser reemplazadas. Aunque un conflicto pueda parecer pequeño también puede tener muchos flancos grandes que aprovechar". A partir de su debut como fotoperiodista, el resto del mundo se interesó por la historia del peñón como un punto clave para documentar y lo catapultó para poder trabajar para Associated Press (AP), la gran agencia estadounidense de noticias.

"Cuando acabó el conflicto supe que me había gustado esa cobertura, que había dado todo lo mejor de mí y todas las horas de mis días. Me obsesionaba llegar a isla Perejil para ver el mundo desde el lugar que yo había estado fotografiando".

Fotografía de Emilio Morenatti, en la que se ve a un bebé en un coche.

Fotografía de Emilio Morenatti, en la que se ve a un bebé en un coche. Emilio Morenatti

Morenatti hace un fuerte incapié en mostrar la mejor versión de un profesional de la fotografía a través de perfiles de redes sociales como Instagram. Hace diez años estas tecnologías no existían o todavía no se habían desarrollado lo suficiente como para permitir un acercamiento entre un editor y un fotógrafo tan directo como lo hacen hoy en día. Es decir, son capaces de romper el "yo no conozco a esta persona y no sé si es seria y profesional" para poder ofrecer un auténtico porfolio y abrir puertas a nuevos trabajos. "Hay que controlar lo rigurosos que somos con la información fotográfica que manejamos en redes sociales. Siempre insisto que los perfiles profesionales tienen que estar impolutos. Ahora es muy fácil saber quiénes somos".

"Un periodista nunca se debe de posicionar en primera persona"

Cuando Morenatti ya estaba trabajando para la agencia AP pierde la pierna tras haber sido herido de gravedad mientras cubría como empotrado con las tropas estadounidenses en Afganistán. Es decir, Morenatti tenía el permiso para acompañar a las tropas y documentar todo lo que ocurriera en las actividades diarias. En su tiempo de rehabilitación, decide hacer un máster de dos años en Londres especializado en fotoperiodismo. Uno de los proyectos que lleva a cabo en este máster es un documental, desde un punto de vista muy personal, donde explica las consecuencias de la guerra. "Tengo un poco de resquemor con esta historia, porque un periodista nunca se debe de posicionar en primera persona. Yo le tengo que dar voz a otras personas, pero aquí sufro un daño muy directo". Emilio realiza este documental para la gente de su entorno y para personas que, como él, han sido heridas o amputadas por los efectos de la guerra.

A la vez que se enfocaba en su propia recuperación, también documentaba con sus fotografías los efectos del conflicto en otros soldados en el hospital militar Walter Reed en Maryland, instalación donde atienden a militares estadounidenses heridos y donde fue atendido. "También puedes hacer periodismo compartiendo tu propia vivencia".

En el documental habla del contraste entre los dos mundos en los que estuvo: en el Walter Reed los pacientes tenían la posibilidad de elegir una prótesis adecuada para según qué uso se le quisiera dar; pero en el hospital de la Cruz Roja en Kabul, que apenas tenía recursos, no todos los pacientes podían permitirse una prótesis y los que sí solo accedían a diseños viejos y desgastados. "Siempre pensaba en esos dos mundos, el de Washinton y el de Kabul. El que puede permitirse una prótesis y el que prácticamente tiene que ponerse una tubería para poder andar".

Tecnología, rapidez y calidad

La fotografía es el eje central de Morenatti, "la fotografía en la que realmente me siento cómodo es en la que yo me emociono haciendo por que trasmites tu propia emoción a través de la imagen". Además, reflexiona sobre la necesidad de destacar por encima de otros fotógrafos, no sólo en la técnica y fruto de su trabajo, sino en la inversión económica en su equipo para poder conseguir mejores resultados que los demás y por lo tanto tener más trabajo. "Quise tener una lente que no tuviera mucha gente para que mi trabajo contrastara con el de los demás. Era una inversión muy grande ya que era una lente larga de 300 mm. Todos teníamos casi la misma foto, pero la mía tenía más calidad". Morenatti defiende hacer una mínima pero potente inversión que cuanto más alta, más marque la diferencia con el resto de personas que vayan a hacer lo mismo. Tecnología, rapidez y calidad. "Cuando cubrí el volcán de La Palma la batería de mis drones duraban 30 minutos, las del resto 15".

El volcán de La Palma a través del objetivo de Morenatti: "Fotografías una casa y la ves desaparecer en horas"

Interés por los niños en la guerra y sus secuelas

Morenatti muestra gran interés por los niños en la guerra y las secuelas que les deja a tan temprana edad. En una de sus fotos un grupo de niñas miran un helicóptero descendiendo. "Son niñas pero miran como personas mayores debido a sobrevivir en esas circunstancias. Veo una mirada perdida, de no entender o comprender. Siempre me pregunto: están dando por entendidas una serie de cosas que realmente no entienden. Y aquí fue cuando me di cuenta de que se puede hacer belleza de la tragedia. Cuando uno tiene que explicar lo que pasa en la foto, porque te lo pregunta la gente que se para a mirar tu fotografía, es por que los fotográfos hemos hecho bien nuestro cometido."

Un niño ucraniano viendo a su padre muerto, una madre con su niño enfermo en medio de la carretera, niños recitando el corán, un niño que perdió a su madre en Ucrania y tuvo que convivir con su cadaver 5 días. "Los niños intentan entender pero no comprender". Gracias a su trayetoria en las redes sociales y la viralidad de sus fotografías pudo unir a una niña ucraniana con una asociación ortoprotésica en Europa que estaba buscando un perfil similar.

Guerra en Ucrania: el premio Pulitzer Emilio Morenatti retrata sus secuelas

Morenatti no solo ha cubierto conflictos bélicos, sino también las movilización de inmigrantes que llegan a las costas o campos de refugiados en diversos lugares del mundo como Afganistán. "Siempre he intentado encontrar el atractivo o la curiosidad de cada una de estas fotos. Buscar el momento es crucial si estás bien posicionado. Marca la diferencia entre una fotografía y una gran fotografía. En momentos de represión es importante cubrirse las espaldas, porque el fotógrafo tambien podría ser uno de los reprimidos".

Morenatti afirma usar un objetivo de 50 mm muy abierto, lo cual aporta un punto de diferenciación en sus fotografías, pues así consigue encapsular a una persona como personaje central gracias a su profundidad de campo.

"El grito en Gaza desafortunadamente siempre es el mismo. Enormemente trágico, sucede muy rápido y es muy difícil de fotografiar". Son palabras de Emilio Morenatti mientras observa la fotografía de una madre llorando y gritando en el funeral de su hijo. También representa a esas mujeres que gritan en silencio que han sido atacadas con ácido por sus maridos en Oriente Medio y Asia. Por otro lado, cuando surgió el COVID-19, Morenatti afirma que hay una cobertura muy pobre que no muestra lo que realmente está pasando. "Nunca nos van a enseñar de manera oficial nada en los hospitales en las catástrofes, siempre hay que burlar la oficialidad y hay que colarse. Nunca querrán que muestres lo peor de un hospital. Pero es la única manera de saber lo que realmente pasaba. Colarse. Yo quería mostrar la soledad de la gente. Quise retratar a los enfermos de covid con esquizofrenia, eso no te lo van a mostrar llevándote de la mano".

Niñas con ropas tradicionales, expresiones serias, frente a matorrales secos. Fotografía de Emilio Morenatti, tomada al atardecer, con posible trasfondo social.

 Emilio

Tenía que pedir en España cesión de derechos

Morenatti habla de cómo en España, mientras hacía una cobertura de la pandemia en las casas de diferentes personas que tenían un familiar que moría por covid, siempre tenía que pedir una cesión de derechos por que la ley protege la integridad y privacidad digital de cada persona. Una mujer, hija de un hombre que había fallecido por covid, le cedió los derechos de sus fotografías yendo en contra de lo que Morenatti se esperaba que hiciera: "Ella tenía todo el derecho de pegarme un puñetazo, y en cambio solo me pidió una copia de una foto a cambio de los derechos".

Sin embargo, en países subdesarrollados, ninguna ley ampara los derechos de los fotografiados porque directamente no hay derechos humanos. "En estos casos siempre pensaba en la digindad del retratado y prevalece la necesidad de informar de lo que está pasando". Morenatti comenta que ahora la tecnología le permite trabajar sin llamar demasiado la atención gracias a avances en la fotografía como las cámaras mirrorless, las cuales son más silenciosas y no molestan tanto en según qué eventos.

El español Emilio Morenatti es el ganador del Premio Pulitzer al mejor reportaje del año

Ahora Morenatti cuenta con un equipo de fotógrafos aprendices que trabajan para él y que le ayudan a cubrir ciertos momentos que son difíciles de llegar por sí mismo, como por ejemplo la reciente catástrofe natural ocurrida en Valencia, la dana. "Cuando monitoreas a otros fotógrafos con menos experiencias que tú es muy gratificante. A veces pasan por sitios, hacen cuatro fotos y lo dejan, y siempre les digo que vuelvan con mejor luz para que puedan incidir más". Todos sus proyectos y fotografías muestran el gran interés de Emilio Morenatti hacia los problemas y conflictos sociales, la desesperación que sufren las personas alrededor del mundo y la incapacidad de crear una solución.

Sus imágenes muestran sufrimiento, dolor, angustia y soledad, pero también belleza y, por supuesto, son una ventana de reclamo ante la inacción de la sociedad que permite que pasen estas desgracias.

*Sofía Vera es alumna de Máster de Formación Permanente en Reporterismo Internacional de la Universidad de Alcalá de Henares y RTVE. Esther G. Pérez, redactora jefa de Sociedad, ha supervisado la elaboración completa de este texto.