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Radiografía de Ráfah, el último refugio palestino en Gaza que ahora Israel ha ordenado evacuar

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Guerra en Gaza: tiendas de desplazados palestinos en Ráfah
Tiendas de desplazados en Ráfah, en enero. REUTERS/ Bassam Masoud/File Photo

Ráfah, localidad del sur de la Franja de Gaza, fronteriza con Egipto, es la única ciudad del enclave en la que no habían penetrado las fuerzas terrestres israelíes. 1,5 Millones de personas se hacinan allí tras haber huido de otros lugares de Gaza, muchas en repetidas veces. Además, es el principal punto de entrada de ayuda humanitaria.

Este lunes, Israel ha ordenado a los civiles que evacúen Ráfah, en preparación de un ataque terrestre. Estados Unidos se había mostrado contrario a una operación terrestre contra Ráfah, y había pedido a Benjamín Netanyahu un plan "creíble" para evacuar a los civiles. La ONU ha advertido de que atacar Ráfah provocará una "catástrofe" y un nuevo éxodo, en el que los palestinos podrían incluso saltar el muro fronterizo y entrar en Egipto, con consecuencias imprevisibles.

De 275.000 habitantes a 1,5 millones de personas

La gobernación de Ráfah (la localidad y sus alrededores, 62 kilómetros cuadrados) tenía, antes de comenzar la guerra, unos 275.000 habitantes. Desde el 7 de octubre, aquí han buscado refugio los gazatíes que han huido de los bombardeos, la destrucción y el hambre en otras partes del enclave. La ONU calcula que alrededor de 1,5 millones de personas (de una población total en la Franja de 2,2 millones) se hacinan en Ráfah, unas 24.193 personas por kilómetro cuadrado.

La mayoría de los desplazados se han asentado al oeste, en una zona señalada por los israelíes como "segura", donde ha surgido una auténtica "ciudad" de tiendas. Otros muchos viven en las calles, entre los escombros de edificios bombardeados y en la franja arenosa junto a la valla de separación con Egipto. Otros se hacinan en refugios atestados y sucios.

Un doctor que recientemente visitó la franja describió el lugar a Reuters como una "cárcel cerrada" con aguas fecales fluyendo por calles tan abarrotadas que apenas hay espacio para que circulen los vehículos de emergencias.

Que Ráfah se haya convertido en refugio para los desplazados no significa que se haya librado de los bombardeos israelíes. Al contrario, prácticamente a diario se ha informado de ataques letales contra viviendas, vehículos o edificios, y también contra los propios campamentos.

Punto de entrada de ayuda

Ráfah es aún más importante porque, al ser el único punto fronterizo con otro país que no sea Israel, se ha convertido en esta guerra en la principal vía para la entrada de ayuda.

Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre, Israel cerró inmediatamente los dos pasos que comunican con Gaza, el de Erez (en el norte, para personas) y el de Kerem Shalom (en el sur, para mercancías). El paso de Ráfah con Egipto permaneció inoperativo entre el 7 y el 21 de octubre, según Egipto debido a los bombardeos israelíes. Los primeros convoyes humanitarios atravesaron la frontera ese 21 de octubre. Israel reabrió el 17 de diciembre el tránsito de ayuda por Kerem Shalom y ha prometido reabrir Erez, pero aún no lo ha hecho.

Desde principios de abril, una media de 181 camiones de ayuda han cruzado a Gaza cada día a través de ambos cruces terrestres. Esta cifra sigue estando muy por debajo de la capacidad operativa y de los 500 camiones por día que entraban en Gaza antes de la guerra. Además, varios países han lanzado paquetes desde aviones, mientras el puente marítimo desde Chipre está paralizado desde el asesinato de siete miembros de la ONG World Central Kitchen encargados de su distribución.

Según la ONU, los alimentos solo están llegando al 15% de la población de la Franja, y en Ráfah solo llegan al 30%. La población se enfrenta a la desnutrición, el hambre y las enfermedades. En la gobernación hay además cuatro almacenes de ayuda humanitaria.

En la zona se encuentran el hospital Nasser, el más grande de los que continúan aún en activo en la Franja, y cuatro hospitales de campaña. La ONU y las ONG con las que colabora amplían constantemente los servicios de atención médica en el área costera, como parte de sus planes de contingencia.

A través de Ráfah pudieron salir también palestinos con pasaporte extranjero y han sido evacuados algunos enfermos y heridos.

El ataque israelí provocará una "catástrofe"

Organizaciones internacionales, con la ONU a la cabeza, y las ONG que aún operan en Gaza han advertido de que una invasión terrestre de Ráfah provocará una "catástrofe"

Una de las posibles consecuencias es que los palestinos intenten saltar la valla divisoria con Egipto (12,6 km de muro). Las autoridades egipcias contemplan esta eventualidad y han preparado una zona adyacente a la valla para contener a los refugiados, según medios locales.

Es por esto que Egipto ha advertido a Israel de "graves consecuencias" de una operación en Ráfah, y de que el tratado de paz entre ambos países puede correr peligro.

Los palestinos temen que esta nueva operación terrestre israelí conduzca a una nueva Nakba, o "desastre", un nuevo éxodo masivo como el de 1948, cuando 700.000 palestinos abandonaron sus hogares por miedo o fueron expulsados a la fuerza por los israelíes.

Guerra en Gaza: desplazados en el sur intentan regresar al norte de la Franja

Palestinos desplazados en el sur de Gaza intentan regresar al norte a través de un control israelí. REUTERS/Ramadan Abed

Ráfah, en el punto de mira de Netanyahu

Netanyahu designó Ráfah como el siguiente objetivo de la guerra asegurando que es el "último bastión" de Hamás, con cuatro batallones de milicianos, y que sin eso es imposible conseguir el objetivo declarado de destruir totalmente al grupo.

Las presiones internacionales se han sucedido para hacerle cambiar de opinión. El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha hablado dos veces con el primer ministro israelí para pedirle que no lance una operación sin un plan "creíble" para asegurar la seguridad de los civiles. Otros aliados de Israel, como Reino Unido y Alemania, también han mostrado su preocupación.

Sin embargo, a comienzos de abril Netanyahu aseguró que ya tenía fecha para la invasión y que existía un plan para permitir a los civiles abandonar la zona de combate antes de la ofensiva. El destino podría ser Jan Yunis, una ciudad que quedó arrasada tras la retirada de los israelíes el 7 de abril, pero donde Israel ha levantado campamentos de tiendas.

Según varias fuentes, el ataque iraní del 13 de abril retrasó los planes israelíes de atacar Ráfah, pero a cambio le dio a Netanyahu un nuevo respaldo de sus aliados. Medios israelíes especularon con que había recibido el visto bueno de Washington a cambio de no responder al ataque iraní, respuesta que se produjo el 19 de abril. Ese día, el secretario de Estado, Antony Blinken, avisó de nuevo de que Washington no podía apoyar una operación a gran escala en Ráfah, con tantos civiles implicados, por sus "terribles consecuencias", y que Israel podría conseguir sus objetivos "por otros medios".

Este pasado domingo, Netanyahu reiteró que no dejaría de atacar Ráfah, pese a que se negocia otra posible tregua en El Cairo.