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El grito de las protestas en Senegal irrumpe en las urnas: "La nuestra es una democracia en acción"

  • Hay 19 candidatos en la contienda y dos grandes rivales: oficialismo contra oposición
  • Estas elecciones ponen fin a tres años de crisis política y uno de los episodios más traumáticos la historia reciente 

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Elecciones Senegal: un joven en Sant Louis
Un joven en una calle de Sant Louis Senegal María Navarro Sorrolla

“Votar es muy importante para mí”, dice Jadim Diop. Tiene 23 años y estudia Ciencias Políticas en Dakar. Este viernes se ha puesto en marcha para volver a Gandiol, una localidad rural ubicada en el norte del país, para ejercer por primera vez su derecho al voto. Jadim, al igual que muchos jóvenes senegaleses, está expectante ante una convocatoria electoral que no parecía llegar y que marcará un punto de inflexión a una crisis política que desde hace tres años agita a una de las democracias más estables de África Occidental.

Tras semanas de incertidumbre, los senegaleses acuden este 24 de marzo a su cita electoral para elegir entre un total de 19 candidaturas en la contienda. Pero, entre ellos, hay dos principales rivales: el ex primer ministro Amadou Ba, la apuesta del oficialismo, y Bassirou Diomaye Faye, respaldado por el líder de la oposición, Ousmane Sonko. Este último sindicalista e inspector fiscal, no podrá concurrir finalmente a los comicios al frente de su partido Los Patriotas de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF).

Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Fuertes protestas han sacudido en los últimos meses al país africano contra su actual presidente, Macky Sall, tras la condena a dos años de prisión a Sonko, que fue acusado  de “corrupción de menores” y al que todas las encuestas y sondeos apuntaban como claro ganador. Esas protestas dieron sus frutos y Macky Sall dio su brazo a torcer y se vio acorralado para convocar los comicios, tras suspender los del pasado 25 de febrero. El presidente justificó su decisión de suspenderlos por la disputa que había abiera sobre las candidaturas entre el Parlamento y el Consejo Constitucional.

Sin embargo, en las calles tacharon este aplazamiento como una forma de aferrarse al poder más allá de la expiración de su segundo mandato, el 2 de abril. El actual gobierno, con el objetivo de calmar el fervor en las calles, aprobó una ley de amnistía y esto permitió la salida de prisión de Sonko y de Diomaye Faye, el pasado 15 de marzo, a diez días de los comicios.

Jadim Diop, estudiante de Ciencias Políticas en Dakar (Senegal)

Jadim Diop, estudiante de Ciencias Políticas en Dakar (María Navarro Sorolla)

 A Jadim le emociona ver el “triunfo” de las movilizaciones, pese a la represión policial que ha acabado con la vida de al menos 60 personas y más de 1800 presos políticos, según organizaciones estudiantiles. “El presente es el futuro, hoy es el futuro de ayer y esto es algo que está entendiendo la juventud”, dice aliviado. 

Hemos luchado por nuestra democracia. Es una oportunidad especialmente para los jóvenes, de ser parte integral de la remodelación del tipo de democracia de la que queremos formar parte”, alega Rama Salla Dieng, investigadora, escritora y profesora en la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad de Edimburgo. "Es un momento crucial para Senegal", avala Saiba Bayo politólogo, académico y profesor en la Universidad Pompeu Fabra. Está convencido de que si se respetan mínimamente las reglas del juego, no habrá segunda vuelta y ganará la oposición. “Estamos en pleno mes de Ramadán y lo que se va a decir y lo que se discute tiene simbólicamente un valor duplicado”, dice, refiriéndose al fuerte sentimiento de injusticia arraigado en el país de la Teranga (en la lengua wolof significa hospitalidad).  

La geopolítica la marca también la diáspora 

El estudiante de Ciencias Políticas no descarta una segunda vuelta. “Llegarán y ahí es donde se jugará todo”, explica. Coincide con que la oposición tiene muchas posibilidades de llegar a gobernar porque la “población, en general, está bastante desilusionada con el actual gabinete. Pero hay más factores que juegan contra a Macky Sall. “La geopolítica la está marcando también la diáspora senegalesa, que está ejerciendo mucha presión. Tenemos profesores en casi todas las universidades norteamericanas y europeas, especialmente en Francia”, apunta  Saiba Bayo. Recuerda que la diáspora intelectual, económica y diplomática tiene la capacidad de cuestionar a la élite que conserva el poder desde la independencia en 1960.  

Además, estos senegaleses que han asistido desde el extranjero a la represión por las protestas han conseguido darle una repercusión importante por las violaciones de derechos humanos. El abogado francés de Sonko ha llegado a presentar una demanda por crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional. Por otro lado, organizaciones como Amnistía Internacional han exigido a las autoridades investigar los homicidios y la brutalidad policial.

Cartel electoral de los dos líderes de la oposición Ousmane Sonko y Bassirou Diomaye Faye

Cartel electoral de los dos líderes de la oposición Ousmane Sonko y Bassirou Diomaye Faye (Reuters)

En todas las ciudades se ha manifestado el descontento con un gobierno acusado de corrupción. “Para mí lo más importante es el papel del Tribunal Supremo que ha sido capaz de frenar  la decisión unilateral de Macky Sall de posponer la fecha electoral. Puedo decir con seguridad que tenemos unas instituciones muy sólidas”, afirma la investigadora y escritora senegalesa. Bayo define este contexto como un proceso de consolidación y pone el ejemplo de que el Consejo Constitucional. “No es un Tribunal Constitucional, sus decisiones no son vinculantes y siempre ha legitimado las acciones del Gobierno, en esta ocasión no solo se ha desmarcado, sino que ha tomado una decisión que le contradice”, aclara. 

A todo esto se suma que los aliados internacionales del actual jefe de Estado le han dado la espalda. “Hemos visto que Estados Unidos ha hecho un llamamiento a Macky Sall diciendo que la situación no era aceptable. A esa queja se han unido Reino Unido, Francia y otras potencias extranjeras”, analiza la profesora en la Universidad de Edimburgo.  Washington y Bruselas le exigieron convocar elecciones en el menor plazo posible.  Es la primera vez, añade el profesor de Universidad Pompeu Fabra, que ocurre en el continente africano que líderes políticos internacionales se “desmarquen ante un presidente elegido democráticamente”. 

Influyen también los golpes de Estado en Níger, Mali o Burkina Faso que han ido alimentando más el sentimiento antifrancés en el Sahel. Esto hace que París, principal aliado de Dakar, tenga que escuchar las demandas de la gente. “Francia ya no puede ejercer su poder neocolonial y de alguna manera ha presionado a Macky Sall para que no se presentara a un tercer mandato”, reitera el politólogo afincado en Barcelona. 

Un hombre y un niño transportando bidones en una carretera de Senegal

Un hombre y un niño transportando bidones en una carretera de Senegal

Crisis económica, migraciones y paz social  

Estas movilizaciones habrían sido impensables sin las redes sociales. De hecho, el gobierno consciente de ello ha recortado la conexión a internet en los picos de mayor tensión. Periodistas, raperos, artistas e influencers han entrado en prisión por el simple hecho de expresar su opinión. “La fuerza que tenemos a través de las redes sociales es brutal y lo más importante es que nos informamos. Compartimos información, la gente sabe lo que está pasando y todo el rato, todos estamos compartiendo información”, dice Jadim.  Bayo coincide en que los medios de comunicación convencionales han quedado obsoletos en esta campaña y que “son las determinan la agenda y no las televisiones y las radios”. 

Además, la oposición tiene mucho apoyo entre los jóvenes en un país que asiste al saqueo de sus recursos y atraviesa una crisis económica agravada por la inflación. De hecho, uno de los principales retos para el siguiente gobierno, coinciden todos los analistas, es hacer frente a la crisis económica en un país donde el 75% de la población es menor de 35 años. Tres de cada cinco jóvenes no tienen empleo.  “La media de edad aquí son los 20 años y hay muchos jóvenes en el paro y que no tienen perspectiva de futuro”, denuncia el estudiante. Esperan que si gana Bassirou Diomaye Faye, dice  Salla Dieng, haga una renegociación de contratos y acuerdos sobre la energía, la minería y la pesca. 

De hecho, está convencido que la gente de su edad está muy pendiente de tomar cualquier decisión de emprender un viaje migratorio dependiendo del resultado de las siguientes elecciones. A lo largo de este periodo de inestabilidad son muchos los que se han visto empujados a partir. “Hay estudiantes que han muerto en el camino hacia España”, enfatiza Jadim.  Después de las manifestaciones reinaba un clima de incertidumbre entre los jóvenes porque la administración quería cerrar la Universidad. De hecho, la Universidad Cheikh Anta Diop, la más importante del país, permanece cerrada hasta hoy y esto ha empujado a muchos estudiantes a tirarse al mar. Otro reto básico es el tema de la vivienda, ya que los alquileres están por las nubes. 

Además, el vencedor de estos comicios tendrá que apaciguar la ansiedad social provocada tras tanta tensión. La ley de amnistía de Macky Sall, advierten, no será suficiente para pasar página. “¿Habrá justicia? ¿Se va a reparar el dolor de los familiares de las más de 60 víctimas que han sido asesinadas entre marzo de 2021 y ahora?”, asegura la académica. 

Niños jugando frente a varios cayucos en una playa de Saint Louis

Niños jugando frente a varios cayucos en una playa de Saint Louis (María Navarro Sorrolla)

Senegal, una isla en la región 

Este domingo los senegaleses celebran la fiesta de la democracia tras vivir uno de los episodios más traumáticos de su historia contemporánea. “Senegal está construyendo su democracia y el pueblo está luchando para que nadie la debilite”, zanja Jadim. Confía en un sistema electoral fiable, aunque siempre hay un temor de que se cumpla un viejo dicho local, nadie organiza unas elecciones para perderlas” , concluye Bayo. 

“La nuestra es una democracia en acción”, reivindica la escritora e investigadora. La lucha de estos tres años, dice, ha sido para salvaguardar la gobernanza, que no es “un proceso lineal, fluido y directo, puede ser también un camino turbulento y caótico”, matiza. Al sobrevivir y llegar a la cita electoral, los senegaleses creen que pueden servir de ejemplo a los demás países del Sahel, pero incluso para el sur y el cuerno de África. 

Bayo coincide en este análisis, aunque es más cauto: “Es un proceso que no se ha acabado y ya veremos si esta vez realmente llegaremos a un proceso de consolidación democrática”. Pero es ahora cuando, matiza, “estamos viviendo una transición, vamos a empezar un proceso de consolidación democrática”.  Este plebiscito es un punto de partida, no solo para Senegal, sino también para África Occidental. 

Mujeres trabajando en el campo en una localidad rural de Senegal

Mujeres trabajando en el campo en una localidad rural de Senegal (María Navarro Sorolla)