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Bacary, de la universidad al cayuco: las causas que empujan a los jóvenes de Senegal a jugarse la vida en el mar

  • Bacary llegó a El Hierro en patera tras vivir en su piel la persecución política y la crisis de la pesca
  • Sufren la imposibilidad de conseguir visados, el veto a los de tránsito y la externalización de servicios consulares

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Jugarse la vida en el mar, la única salida de los jóvenes en Senegal
Bacary llegó en cayuco a España hace seis meses, actualmente reside en Sevilla (CEAR)

Bacary nació en el seno de una familia de pescadores en Saint Louis, una ciudad ubicada en el noroeste de Senegal. Llegó a la isla de El Hierro hace seis meses, tras superar siete días de travesía en alta mar. Tiene 24 años y antes de emigrar estudiaba dos carreras, Derecho y Ciencias Políticas. Su padre es pescador, pero la sofisticación provocada por los acuerdos entre la Unión Europea con su país ha provocado un resentimiento de la pesca tradicional. Los pescadores locales no pueden competir con flotas más modernas y sofisticadas y su familia, ya en 2002, se vio forzada a emigrar a Mauritania

“He vivido los dos grandes problemas que sufre mi país. La crisis de la pesca y la persecución política”, relata a RTVE.es desde uno de los centros de acogida de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Sevilla. “Quiero aprender sobre legislaciones, justicia, cómo funciona la democracia o las relaciones internacionales”, explica. Tras pasar su infancia y parte de su adolescencia jugando en costas mauritanas, en 2012 volvió a Senegal para continuar sus estudios. Allí, su entusiasmo por el fútbol le llevó a formar parte de un equipo semiprofesional. 

De repente, en junio de 2023, su vida dio un vuelco al implicarse en las protestas contra el actual presidente del país, Macky Sall, tras la condena a dos años de prisión por “corrupción de menores” contra el líder de la oposición, Ousmane Sonko, que no podrá presentarse a las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 25 de febrero. “Todas las encuestas y sondeos apuntaban como ganador de los comicios a Sonko. Por eso, actualmente está en prisión y su partido ha sido disuelto”, argumenta desde Dakar Mame Cheikh Mbaye, coordinador del Centro de Acogida e Investigación sobre Migraciones Africanas (CARMA por sus siglas en francés). Vive a caballo entre Dakar y Las Palmas de Gran Canarias y lleva 11 años especializándose en migraciones y asistiendo a los que llegan a la frontera sur de Europa. 

Bacary se sumó a las protestas “para denunciar la corrupción y la mala gestión de los recursos por parte del actual Gobierno”, relata. “Las causas de las protestas se arrastran desde hace años y son las que causan la migración clandestina”. Los manifestantes, denuncia, fueron víctimas de “mucha represión, brutalidad policial y gases lacrimógenos”, recuerda. El líder de la oposición tiene mucho apoyo entre los jóvenes en un país que asiste al saqueo de sus recursos y atraviesa una crisis económica agravada por la inflación. 

Cinco continentes - Senegal, más allá de la rivalidad Sall-Sonko - Escuchar ahora

La amenaza se personifica con un canal en TikTok

Bacary creó un canal en TikTok para denunciar el doble discurso político que se hizo muy popular dentro y fuera de Senegal. “Subía videos comentando los discursos del presidente que salía después de las manifestaciones. En wólof, uno de los idiomas que se hablan en Senegal, decía unas cosas, y en francés se dirigía más a la opinión pública internacional”, arguye. “Abrí un canal en TikTok para relatar a la opinión pública lo que estaba pasando realmente en nuestro país”, asegura. Lamenta que en los discursos oficiales de los gobernantes no se hacía referencia a los muertos, los heridos o los detenidos, teniendo en cuenta que las últimas tres movilizaciones han provocado 19, 14 y 22 fallecidos respectivamente. Además, hay más de 1.800 presos por motivos políticos, según organizaciones estudiantiles. 

El primer ministro llegó a “señalar como terroristas a los jóvenes que protestaban”. Los vídeos de Bacary comenzaron a viralizarse, con “más de 900.000 visitas”, y recibía muchos mensajes de apoyo, pero también de amenazas. “Un día, un hombre me propuso dinero para dejar de publicar vídeos y me dijo que podría abrirme un canal de YouTube con un equipo para conseguir más repercusión, visibilidad y dinero”. El ministro del Interior, en junio, decidió suspender temporalmente el internet móvil. “Hemos visto a muchos periodistas, raperos, jóvenes e influencers entrar en prisión por el simple hecho de expresar su opinión”, denuncia el coordinador de CARMA. 

El 12 de mayo, después de una manifestación en la universidad, al volver a casa, Bacary se percató de que un grupo de personas le estaban siguiendo, pero logró escabullirse al llegar a su barrio. Más tarde, después de la tercera gran manifestación, no logró salir de la universidad. “Las fuerzas del orden rodearon todo el recinto. Intenté escapar por una de las salidas secretas que conocemos los estudiantes y allí me detuvieron”. Estuvo casi 24 horas arrestado. No le preguntaron mucho, le golpearon, trataron de sobornarle y le inyectaron miedo en el cuerpo, recuerda. “Al salir me di cuenta de que esta situación se podría repetir, por lo que decidí abandonar mi ciudad y marcharme con un amigo a Dakar”, alega. 

Bacary describe un clima desolador tras las manifestaciones, donde reinaba la desesperación entre los jóvenes porque la Administración quería cerrar la universidad. De hecho, la Universidad Cheikh Anta Diop, la más importante del país, permanece cerrada. “Por ese motivo los universitarios se encuentran ante una atmósfera de incertidumbre, no saben qué va a pasar mañana. Lo mismo ocurre con inversores, proyectos de cooperación que nos ven como un país inestable”, lamenta Mame Cheikh Mbaye. 

Los universitarios se encuentran ante una atmósfera de incertidumbre, no saben que va a pasar mañana

Siete días en el mar para llegar a Canarias 

Ante esta situación, Bacary se escondió en una casa durante varios días, hasta que su amigo le consiguió una plaza para poner rumbo a las Islas Canarias. “El 15 de junio me llevaron en una piragua pequeña con otras personas hasta alta mar y allí me monté en un cayuco. Lo costeó mi amigo porque trabajaba”, relata. Junto a él zarparon unas 121 personas, entre las que había seis mujeres y varios niños. Era consciente del riesgo, ya que al ser hijo de pescador conoce bien el mar. “Pero lo que viví en las 24 horas detenido también había sido un infierno y pensé que podría morir por manifestarme”, añade. 

“Por mucha sensibilización que hagamos las organizaciones sociales sobre los peligros de la ruta atlántica, la crisis política y la persecución hace que muchos estén decididos a abandonar el país. Ven claramente que no hay derechos, no hay esperanza, ni tienen un futuro aquí”, concluye el especialista. Los dos primeros días en la travesía fueron más amables. Hablaban entre ellos, rezaban y se sentían aún cerca de su tierra. Sin embargo, a partir del tercer día de viaje todo se complicó. Se quedaron sin agua, sin comida y hacía mucho frío porque estaban mojados. “Había mucha gente gritando, lloré mucho y tenía mucho miedo”. El cuarto día estuvieron prácticamente 24 horas sin poder moverse por el viento. El quinto, sexto y séptimo ya no les quedaba casi nada; cuenta que estuvieron a punto de quedarse sin gasolina y “nos quedamos esperando, estábamos muy cerca de las Islas Canarias”. Finalmente, a las 15:00 horas del día 22 de junio, la Guardia Civil los socorrió y llegaron a la isla de El Hierro, donde Cruz Roja les auxilió. 

Había mucha gente gritando, lloré mucho y tenía mucho miedo

“Nunca me imaginé salir en patera de mi país”, confiesa. Se detiene y sus recuerdos le vuelven a Senegal. Explica que tuvo la oportunidad de continuar sus estudios en Canadá y Francia, le habían aceptado en dos universidades, estaba haciendo todos los trámites, pero “es prácticamente imposible conseguir el visado”. Él participó en un videoclip de un conocido cantante de Saint Louis que alertaba sobre los riesgos de la emigración clandestina, pero en Senegal su vida desde el pasado junio corría peligro. 

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado ha visto un aumento de solicitudes de asilo por motivos políticos desde que comenzaron las protestas. “Si además de la represión en las manifestaciones, se suma que no tienen medios de vida porque los caladeros de pesca están desapareciendo o la inflación, vemos cómo se produce un repunte desde el verano de salidas por motivos multifactoriales”, afirma Elena Muñoz, coordinadora estatal de Jurídico de la organización. 

La imposibilidad de obtener visados

Otro motivo que lleva a los jóvenes a escapar es la homosexualidad en un país con más del 90% de población musulmana. Se considera una “desviación del camino de Alá y es pecado”, recuerda CARMA. El pasado mes de octubre, el cadáver de un homosexual fue exhumado de un cementerio para ser quemado en Kaolack, en el centro del país. “El colectivo LGTBI tiene mucho miedo en estos momentos”, señala el coordinador de CARMA.

España ha reconocido 209 de las 2.633 solicitudes de asilo presentadas en 2023 por senegaleses. “Está claro que no hay un porcentaje muy alto de protección internacional para senegaleses, a no ser que tengan un perfil político bastante activo y público o también por motivos de género”, añade Muñoz. “Cuando eres africano, o senegalés en particular, es muy difícil tener un visado de estudiante, turista o comercial”, arguye Bacary. “Los requisitos económicos son inalcanzables para la mayoría e incluso los que tienen dinero suficiente no consiguen nada”, denuncia. 

CEAR es la organización que lleva el caso de Bacary. La ONG denuncia la nueva medida anunciada por el Ministerio del Interior de imponer un visado de tránsito a las personas con pasaporte senegalés, una norma que entrará en vigor a partir del 19 de febrero. Además, hasta esta fecha el Ministerio de Exteriores ha pedido la colaboración de Marruecos para impedir el embarque de senegaleses sin visado. “Esto significa que cualquier persona que necesite hacer escala en un aeropuerto español tendrá que pedir este tipo de visado, tiene que ir al Consulado y solicitarlo, tiene que presentar una serie de documentación…”, explica la coordinadora del departamento jurídico de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado. 

“Es una medida que va a impedir salir a los que necesiten protección internacional, aprovechar la escala para decir ‘necesito pedir asilo’”, dice. Y hasta ahora, si había senegaleses que necesitaban pedir el asilo, podrían aprovechar la escala en el aeropuerto y manifestar su intención de pedir protección internacional. La Ley de Asilo y Protección Subsidiaria prevé un procedimiento específico y con plazos muy cortos. La decisión de Madrid coincide con la llamada a las urnas en el país africano. “Hay personas que necesitan esta protección. La decisión de Interior perjudica y vulnera el derecho de quienes tengan que ponerse a salvo”, subraya Mame Cheikh Mbaye. 

Consulados sin citas y altos requisitos económicos

Las voces expertas coinciden en que lo que empuja a las personas depositar toda su esperanza en el mar es la situación de bloqueo, trabas administrativas y la falta de asistencia en los consulados. De hecho, un elemento que está haciendo que haya muchas más mujeres y niños es la tardanza en las reagrupaciones familiares. “Tenemos muchos casos de familiares en España que tras llegar, legalizar su situación y  cumplir con todos los requisitos, que no son fáciles, para reagrupar a los suyos, se enfrentan a las trabas en los consulados en los países de origen”, explica el coordinador de CARMA. 

RTVE.es ha accedido a una carta, firmada por más de 50 españoles residentes en Senegal, dirigida al cónsul en Dakar, en la que denuncian la externalización de servicios consulares a la empresa BLS Internacional. “España lleva un tiempo externalizando servicios, incluso reagrupaciones o visados de estudiantes, que antes se hacían directamente con el consulado”, explica Laura Feal, periodista afincada en el país y firmante de esta carta. Las personas que se adhieren a la carta expresan su preocupación por la situación que ha surgido como consecuencia “de la privatización y del funcionamiento de este servicio, en particular, la indisponibilidad de citas e incluso más aún las presuntas actividades ilícitas relacionadas con su obtención”, subrayan. “Es inaceptable que un solicitante, tras introducir sus datos de contacto y no obtener una cita, reciba casi automáticamente una llamada ofreciéndole una cita a cambio de una suma de dinero de entre 150.000 y 400.000 cfas [entre 228 y 600 euros]. Este es un ejemplo sucedido durante la última apertura de citas, del 26 de diciembre, pero no es un caso aislado, sino que parece que está completamente institucionalizado y desde hace al menos varios meses”, recoge el documento.

En los últimos meses, las salidas de Senegal han disminuido porque las costas senegalesas están siendo más vigiladas, pero muchos cayucos salen de Mauritania. De ahí que España recibió este enero a 7.270 personas migrantes en 110 pateras y cayucos, tantos como los que arribaron a sus costas durante todo el primer semestre de 2023. El 83% de los cayucos parten desde Mauritania, según ha revelado esta semana la Comisión Interministerial de Migraciones. Desde CARMA alertan de que también hay jóvenes que están saliendo hacia Estados Unidos. “Hay una vía abierta a través de vuelos, pasan por Nicaragua, que no exige visado y de allí van a México para cruzar la frontera con EE. UU.”, explica el coordinador de la ONG local. 

Senegal es uno de los países más estables en África Occidental, no sufre las guerras y conflictos étnicos tan presentes en los países vecinos. Sin embargo, la actual coyuntura del Sahel pone en alerta a los jóvenes que temen una deriva autoritaria del país. El resultado de las urnas del próximo 25 de febrero marcará el futuro de sus movimientos migratorios. “Si gana la oposición, muchas personas querrán esperar para ver qué pasa”, concluye Bacary. “Creo que el resultado de las elecciones va a tener mucha repercusión, pase lo que pase”, pronostica.