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El Senado francés vota en contra de ratificar el acuerdo UE-Canadá y abre la vía a su potencial anulación

  • Su tramitación queda en manos de la Asamblea Nacional, donde el Gobierno no tiene mayoría absoluta
  • Canadá y la UE firmaron el conocido como CETA en 2016 y entró en vigor al año siguiente

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El Senado francés vota en contra de ratificar el acuerdo UE-Canadá y abre la vía a su potencial anulación
El Senado francés vota en contra de ratificar el acuerdo UE-Canadá STEPHANE DE SAKUTIN / AFP

El Senado francés se ha pronunciado este jueves contra el tratado de libre comercio e inversiones entre la Unión Europea y Canadá (CETA), gracias a una alianza de la oposición al Gobierno del presidente Emmanuel Macron, y ha abierto el camino hacia su potencial anulación después de siete años de aplicación provisional.

Tras un debate iniciado por una iniciativa de los comunistas, apoyada por la mayoría de la oposición conservadora en la Cámara Alta, 211 senadores han votado a favor del rechazo a la ratificación del acuerdo, mientras que otros 44 la han respaldado.

Canadá y la UE firmaron el conocido como CETA en 2016 y entró en vigor al año siguiente. La decisión tomada por el Senado no pone en peligro al acuerdo de manera inmediata, pero sí que complica las cosas al Ejecutivo de Macron, que tendrá que revertir ese voto en una Asamblea Nacional en la que no cuenta con mayoría absoluta.

Esta Cámara ratificó el tratado en 2019, pero la relación de fuerzas se modificó tras las elecciones legislativas de 2022, por lo que está por ver si una mayoría de diputados estarían dispuestos a hacerlo de nuevo en el contexto actual, mucho menos propicio a los acuerdos de libre comercio. El CETA es muy criticado en Francia, que vive en un clima marcado por la crisis agrícola y tenso por las cuestiones europeas de cara a las elecciones europeas del 9 de junio.

En caso de que el acuerdo fuera también rechazado en la Asamblea Nacional, el Gobierno francés tendría que notificar su fracaso para ratificarlo al Consejo Europeo, a menos que intentara antes organizar otro escrutinio, y eso supondría su suspensión en el conjunto de la UE.

Una forma de evitar que eso sucediera sería que Francia rechazara comunicarlo a los Veintisiete, como ya ha hecho Chipre, donde también fracasó el proceso de ratificación. De hecho, solo 17 de los 27 países miembros han concluido este proceso.

A la espera de ser votado en la Asamblea Nacional

El Partido Comunista Francés (PCF), que impulsó el proceso apoyado por partidos de derecha, ha manifestado su voluntad de llevar la cuestión a la Asamblea Nacional el próximo 30 de mayo, unos pocos días antes de las elecciones europeas. Sin embargo, la decisión dependerá en último término del Gobierno. 

"El voto de hoy no puede quedar en papel mojado", ha declarado la formación en un comunicado. 

Por su parte, el ministro francés de Comercio Exterior, Franck Riester, ha denunciado "una burda maniobra, una manipulación inaceptable con graves consecuencias para nuestro país" y "una señal desastrosa" para Canadá. "Se trata simplemente de una maniobra política que comunistas y socialistas, con el apoyo de los republicanos, llevan a cabo en plena campaña electoral europea, en detrimento del interés general", ha asegurado.

El principal motivo de crítica de los que son contrarios al acuerdo es el riesgo de una competencia desleal de los agricultores y, sobre todo, de los ganaderos canadienses, con el argumento de que no están sometidos a las mismas reglas sanitarias y medioambientales que sus homólogos europeos.

Riester ha insistido durante el debate en que el CETA incluye "cláusulas espejo" que precisamente impiden la entrada en Europa de productos canadienses que incumplan las reglas sanitarias europeas, en especial la carne de animales engordados con hormonas, a diferencia del todavía más polémico acuerdo UE-Mercosur, "al que nos oponemos y nos seguiremos oponiendo".

Sin embargo, las quejas de la comunidad agrícola han sido más convincentes para la derecha del Senado, que ha votado abrumadoramente en contra del texto. 

El presidente de la Fédération Nationale Bovine (FNB), Patrick Bénézit, ha celebrado el rechazo, al que se ha referido como "buena noticia". Los senadores han tomado "la decisión correcta" al rechazar "un tratado que autoriza alimentos que no respetan nuestras condiciones de producción", ha dicho en declaraciones a la AFP.

La oposición de izquierdas también se ha mostrado unida y los Socialistas han criticado un acuerdo que, según su senador Didier Marie, está "en total contradicción con nuestros compromisos medioambientales".