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La Navidad trae más mascotas, pero los refugios siguen saturados: datos del abandono de perros y gatos en España

  • “Se decía que los animales que se adoptaban en Navidad en julio eran abandonados. No es así, ocurre todo el año”

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El abandono animal se mantiene constante y alto
El abandono animal se mantiene constante y alto.

La cuenta atrás para la Navidad ya ha empezado y, en una semana de emoción y compras impulsivas que durarán hasta el día de Reyes, los refugios y las protectoras de animales recuerdan que regalar una mascota no es solo un presente bajo el árbol, sino que implica la responsabilidad de ocuparse de un nuevo miembro de la familia.

Así, casi cuatro de cada diez centros de protección animal aseguran que en periodo navideño aumentan las peticiones de adopción de perros y gatos, según estima el estudio de la Fundación Affinity sobre abandono, pérdida y adopción de mascotas (2022).

Aunque se detecta en los últimos meses del año un mayor interés, cuando se producen más adopciones es en septiembre y octubre. Dos de cada diez animales son adoptados en esos meses, que coinciden con la vuelta del verano y, por tanto, cuando las personas pueden ocuparse con tiempo de integrar al animal en la familia. Por el mismo motivo, los meses con menos adopciones son julio y agosto: encuentran hogar un 12% de los perros y un 14% de los gatos.

Alejandra Botto, presidenta de la Fundación El Arca de Noé, asegura que, si bien las familias acuden a la protectora con “más insistencia y entusiasmo” en Navidad, el protocolo para adoptar un animal es igual de “arduo” y “tenaz” que el resto del año. Por tanto, la familia que decide adoptar en diciembre puede recibir el animal en febrero o incluso en marzo.

¿Y qué pasa con los animales que se adoptan en Navidad? Según el estudio de Affinity, solo un 3% de los animales devueltos al refugio se asocian a la caída del entusiasmo de los niños y al periodo navideño.

“Antes se decía que los animales que se adoptaban en Navidad en julio eran abandonados. Esto no es así, el abandono no es estacional porque ocurre todo el año. Hay pequeños picos, pero, en general, se debe a otras causas”, argumenta Manuel Lázaro, vocal del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid (COLVEMA).

A pesar de que la sociedad es cada vez más consciente de que un animal no es un juguete, los refugios siguen insistiendo en que debe ser una decisión consensuada por todos los miembros de la familia para evitar el abandono.

“Cuando los padres quieren regalar a sus hijos un animal, hacemos hincapié en que el grueso de esta responsabilidad recaerá en los progenitores. Y, en el caso de querer regalarlo a otra persona, recalcamos la necesidad de que la persona esté totalmente de acuerdo con la adopción, ya que puede interferir en su modo de vida”, explica Azahara Gómez, responsable del Arca de Noé en Córdoba.

El abandono de perros no es estacional, el de gatos sí

Más de 170.000 perros y 118.000 gatos entraron en refugios o casas de acogida el año pasado. Son 2.903 animales más que en 2021, pero, respecto a 2019 -cuando entraron más de 300.000 animales-, se han recogido 13.000 perros y 5.000 gatos menos en 2022.

La pandemia tuvo un efecto sorprendente. Muchos estudios confirmaron que las familias que habían pasado el confinamiento con animales lo pasaron menos mal. Eso contagió a muchas personas para que tuvieran mascotas, además del impulso del teletrabajo”, argumenta el vocal de COLVEMA. A su vez, como la gente no salía a la calle, se perdían menos animales.

A pesar de esta excepción, en los últimos años el abandono se ha mantenido en “niveles constantes y muy altos”, evalúa Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Manuel Lázaro hace hincapié en que “uno de los mitos más extendidos” es que a los perros se les abandona más cuando llegan las vacaciones de verano. Sin embargo, los datos no muestran una diferencia significativa: oscilan entre el 7 y el 9% de perros abandonados a lo largo de todo el año.

En el caso de los felinos, el abandono sí es estacional y coincide con el ciclo reproductivo. “Los gatos se reproducen de forma estacional y normalmente los nacimientos se producen entre invierno y primavera. Cuando hay exceso de gatitos hay un aumento de entrada de animales abandonados durante el segundo cuatrimestre del año”, asegura Fatjó.

De los animales que ingresaron en centros de protección, casi un 11% fueron cedidos por sus dueños. Y, entre las razones que dan para entregar al animal, hay uno que siempre encabeza el ránking: las camadas no deseadas.

El problema de las camadas está muy extendido y suele darse cuando los animales se reproducen por error o sin control, tanto fuera como dentro de casa. “La gente no entiende la importancia de esterilizar y no sabe que las perras, cuando se quedan embarazadas, tienen diez perros”, argumenta Alejandra Botto.

Otros cinco motivos que se repiten cada año son problemas de comportamiento -que las protectoras sugieren corregir a través de veterinarios y educadores-; pérdida de interés por el animal; fin de la temporada de caza; factores económicos; y cambio de domicilio y traslado. Menos de un 2% declara que el motivo de la cesión tiene que ver con la llegada de las vacaciones, aunque no por ello deja de ser una realidad.

La pérdida de interés muchas veces ocurre porque la familia no sabe realmente qué supone tener un animal de compañía y cuánto gasto puede conllevar. “Si le pasa cualquier cosa, tiene que tener un colchón de cuatro o cinco mil euros. El que no tenga esa capacidad económica debería plantearse no tener un animal”, incide la presidenta del Arca de Noé.

¿Qué pasa con los animales cuando llegan al refugio?: solo el 24% tiene microchip

De los 288.000 animales recogidos en 2022, la mitad han sido adoptados y en torno al 26% de los perros y el 37% de los gatos siguen en centros de protección.

Cada año, llega un gran porcentaje de animales extraviados a los refugios y, en el mejor de los casos, se identifican y se contacta con sus dueños. Entre perros y gatos hay una gran diferencia: solo un 4% de los gatos perdidos fueron devueltos frente al 21% de los perros.

El estudio de Affinity recoge que solo el 24% de los animales tenían microchip y, por tanto, podían ser recuperados. Sin embargo, de estos, más del 37% no fueron devueltos a sus dueños porque no se les localizó -cambio de teléfono o domicilio- o no fueron a por ellos -delito de abandono-.

Para evitar las sanciones por abandono animal, la presidenta de Arca de Noé asegura que reciben muchos animales con el chip arrancado o desactivado tecnológicamente. Por su parte, el vocal de COLVEMA, Manuel Lázaro, considera que “no es tan sencillo quitar un chip” y que normalmente los animales llegan sin identificar porque “están mal cuidados o la familia es un desastre”.

A pesar de que la identificación es obligatoria para las dos especies, la realidad es que hay un porcentaje muy bajo de gatos con microchip. Esto se debe, según Alejandra Botto, a que hay una tendencia a ahorrar costes cuando los gatos no salen de casa: “Si hay que hacerles una intervención o cualquier cosa, hay que tenerlos identificados”.

Centros saturados de animales con perfiles complicados

Los cachorros, los perros pequeños y los de raza son los que más probabilidades tienen de encontrar una familia y, por tanto, los que menos tiempo están en el refugio. Además, debido a su alta demanda, también hay pocos animales de estas características en las protectoras: dos de cada diez perros son de tamaño pequeño y menos de un 27%, de raza.

Manuel Lázaro asegura que hay pocos perros de raza en los centros de acogida porque, tras hacer un desembolso económico, es mucho más difícil que terminen abandonados: “Esas personas pueden haber tenido interés por un animal concreto y, además, son más fáciles de recolocar”.

En el caso de los gatos, menos del 7% son de raza, pero el problema principal es que solo se demandan cachorros. A pesar de que “los felinos que hay en los centros de protección animal son gatos de casa y no felinos de colonias”, se cree que es más fácil integrar a un cachorro, explica Botto.

Según un estudio de 2023 de COLVEMA, el 75% de animales con menos de dos años permanece menos de seis meses en los refugios, mientras que seis de cada diez seniors -a partir de los ocho años- se quedan más de una década. Además, la investigación estima que el 90% de los perros que entraron en centros de protección de la Comunidad de Madrid estaban sin esterilizar.

De media, un cachorro suele estar en el refugio 2,8 meses si es un perro y 3,4 meses si es un gato. Mientras que, en ambos casos, si entran como adulto o senior superan los 11,7 meses en el caso de los perros y los 12,5 meses en el caso de los gatos, según datos de Affinity.

El motivo principal por el que todos demandan un cachorro, además de su apariencia, es porque es más fácil de socializar y adaptar a los hábitos de la persona. Sin embargo, esto provoca que los centros estén saturados de animales con perfiles más complicados de adopción y que su permanencia se prolongue varios años.

En palabras de Jaume Fatjó, hay cuatro características del animal que dificultan que encuentre una familia: que sea mayor, que tenga una enfermedad crónica, que tenga un problema de comportamiento y que pertenezca a una de las razas en la ley de Perros Potencialmente Peligrosos (PPP).

El problema con estos animales no es su actitud, sino que se exige una documentación adicional y obligaciones como sacarlos con bozal, llevarlos con correa corta o no dejarlos sueltos. “Cuando tienes todo ese tipo de pegas a la ahora de adoptar un perro, te quedas con el de la jaula de al lado. Eso lo que hace es que tengamos un montón de perros sin problemas de conducta que saturan los centros de protección”, argumenta el director de la Cátedra Fundación Affinity.

A la hora de decidir incorporar una mascota a la familia, el representante de COLVEMA sugiere asesorarse del animal que mejor encaja en el estilo de vida de la familia. “Si adopto un perro de caza de 30 kilos, muy nervioso y mal socializado y no tengo tiempo para sacarlo y hacer ejercicio con él, puede ser una bomba de relojería”. “Incluso a lo mejor es más fácil tener un gato porque no tienes que sacarlo a la calle y son más independientes”, concluye.