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Agredidos de oficio: sanitarios, profesores, vigilantes de seguridad y funcionarios de prisiones

  • Los sanitarios, con 10.000 agresiones al año, son la profesión que más agresiones físicas y verbales sufre
  • Vigilantes de seguridad y funcionarios de prisiones también reciben golpes, amenazas e insultos
  • El domingo, a las 22:30 horas, en RTVE Play y en el Canal 24 horas

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Un hombre muestra una herida en la frente causada por una agresión en su puesto de trabajo
Los datos de violencia en las aulas crecen anualmente, y afecta por igual a otros colectivos profesionales, especialmente los del ámbito sanitario.

“Hay una palabra que parece haberse prohibido en las leyes y en la sociedad, no se utiliza…y es la disciplina. La disciplina no significa ser autoritario, sino tener autoridad. Y eso se ha perdido. Y sin autoridad es imposible dar clases”. Son frases contundentes de David Rabadà, profesor y portavoz del sindicato de profesores de secundaria de Catalunya.

Recibí un puñetazo en el pecho por parte de un alumno. Y las directivas de los centros intentan ocultarlo

Rabadà también ha sido agredido: “Recibí un puñetazo en el pecho por parte de un alumno. Y las directivas de los centros intentan ocultarlo. El colectivo de profesores está frustrado y decepcionado porque se encuentra indefenso ante la violencia y el acoso que sufre por parte de alumnos y familias”.

Fran Muñoz, otro profesor agredido tuvo que recoger firmas para exigir un protocolo de actuación ante las agresiones en el aula:”la administración me decía que me buscaban otro centro. O sea, el castigo era para mí. Nadie me ha preguntado cómo estoy, ni cómo me siento…la verdad es que voy a trabajar con muy malas sensaciones…”.

Lamentablemente, los datos de violencia en las aulas crecen anualmente, y afecta por igual a otros colectivos profesionales, especialmente los del ámbito sanitario.

“El ministerio tiene contabilizadas diez mil agresiones al año, entre insultos, amenazas y golpes. Y es la punta del iceberg, porque muchos profesionales no se atreven a denunciar por miedo a represalias”, advierte el comisario Manuel Yanguas, jefe inspector policial sanitario.

Una mujer lee un folleto informativo sobre agresiones a sanitarios

Muchos profesionales no se atreven a denunciar por miedo a represalias. REPOR

Se trata de una figura creada en 2017 para atender exclusivamente los casos de este sector, asesorarles e impartirles cursos de gestión de situaciones conflictivas por los que ya han pasado más de 18.000 sanitarios.

No se denuncia por miedo, porque al día siguiente o al otro te vuelves a encontrar con tu agresor en la sala de espera

“No se denuncia por miedo, porque al día siguiente o al otro te vuelves a encontrar con tu agresor en la sala de espera…si se le adjudicara otro centro de atención médico a varios kilómetros de aquí…sería un avance”, nos relata Antonio, un enfermero del servicio murciano de salud que sufrió una agresión y que se ha atrevido a dar la cara y exponernos su caso.

Sanitarios con mascarilla protestan tras una pancarta

Los sanitarios son los profesionales que más agresiones reciben en su trabajo. REPOR

"Llegó un señor ebrio a urgencias con varias heridas, y cuando vio a la doctora se lanzó a agredirla. El guardia de seguridad se puso delante y se llevó el puñetazo, que lo dejó KO. Me abalancé yo para agarrarlo y lo pude sujetar hasta que llegó la policía. La conclusión, desgarro muscular y contusiones”, cuenta Antonio

Denuncias y cambios en la ley

“Hay que denunciar. Es el único modo de frenar esta sangría de casos. Los agresores son condenados, se les impide presentarse a oposiciones públicas y se les multa. La denuncia es una herramienta eficaz”, sentencia Fernando Sánchez, jefe médico del hospital Vithas La Milagrosa de Madrid.

Para otros profesionales agredidos es vital cambiar la legislación para que sean declarados agentes de la autoridad, y así, en caso de ataque y denuncia, su palabra prevalecería sobre la del agresor y las penas que se impondrían serían superiores.

A un preso le sale gratis agredir a un funcionario de prisiones, no se le incrementa la condena

“A un preso le sale gratis agredir a un funcionario de prisiones, no se le incrementa la condena…a lo sumo se le retira algún permiso de salida a patio”, nos explica Félix, funcionario en la prisión de León, uno de los centros penitenciarios con mayor conflictividad laboral por el índice de agresiones existentes a la plantilla.

Imagen de un vigilante de seguridad agredido en una estación de tren

Los vigilantes de seguridad reciben entre tres y cuatro agresiones diarias. REPOR

“Ahora, en un rato, un solo compañero tendrá que supervisar la salida de celda y el comedor de 150 reclusos…es inaceptable. El 30% de plazas está sin cubrir, y así tu capacidad de gestionar el módulo se reduce drásticamente”, sentencia Félix, al que las cifras parecen darle la razón. Un funcionario de prisiones es agredido en España cada 19 horas.

Y mucho peor es el caso de los vigilantes de seguridad. Padecen entre tres y cuatro agresiones diarias. “Nos tienen que declarar agentes de la autoridad. Es incomprensible que se nos exija detener a delincuentes y ponerlos a disposición de los cuerpos de seguridad del estado, que incluso se nos dote de armas de fuego, y que luego no tengamos un respaldo jurídico…que seamos igual que un civil”, afirma en este caso Toni, vigilante de seguridad ferroviaria en Palma de Mallorca.

Viene uno cada día a trabajar con la incertidumbre de saber si volverá sano y salvo a casa…

Toni se ha visto involucrado en varias agresiones, y al que incluso le han llegado a destrozar su vehículo particular. Y apostilla: “Hay una pérdida de valores total. Se confunde la libertad con el libertinaje. Yo hago lo que quiero cuando quiero y no hay consecuencias…viene uno cada día a trabajar con la incertidumbre de saber si volverá sano y salvo a casa…”