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Elecciones generales

Ojo al voto extranjero: el recuento final podría mover escaños y complicar aún más la gobernabilidad

  • Los casi 234.000 votantes en el extranjero que han participado en el 23J pueden hacer que varios escaños cambien de manos
  • En Madrid o Girona, si el PP ganase un nuevo escaño podría obligar a Sánchez a tener que negociar el sí de Junts

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Voto extranjero: los escaños podrían cambiar de manos
Una persona vota en las elecciones generales del 23 de julio en un colegio electoral en Albacete.

Las elecciones generales aún no han terminado. Desde este viernes 28 y hasta el 1 de agosto, cuando finalizará el recuento oficial, se recopila el resultado del voto extranjero, técnicamente voto CERA, y podría provocar aún un intercambio de escaños que llegase a complicar aún más la gobernabilidad, si varios de los diputados que ahora están en el alambre se mueven y acaban en manos del PP, como calculan fuentes de este partido.

Según los datos de los consulados a los que ha tenido acceso Efe, un total de 233.688 de residentes en el extranjero han ejercicio su derecho al voto en las elecciones del 23J, lo que supone el 10,04% de los 2,3 millones de españoles registrados en el Censo de Residentes Ausentes en el Extranjero (CERA).

Los españoles que viven en el extranjero son un total de 2.328.261 votantes, 200.000 más que en las últimas elecciones generales. El voto extranjero no siempre tiene capacidad de cambiar el resultado de unas elecciones, pero en estos comicios de 2023 ha habido escaños que se han repartido finalmente por un margen muy estrecho de votos y es posible que el saldo final se vea alterado en esta última fase del escrutinio.

Por ejemplo, en Madrid, que tiene 378.000 electores censados fuera de España, el PP quedó a 1.749 votos de arrebatarle un escaño al PSOE (lo que solo supone un 0,05% del total del voto válido recontado el domingo). Y en Girona, el PP se quedó a 363 votos de diferencia de Junts para arrebatarle un escaño (un 0,11% del voto válido total hasta el momento). Y, una vez que se recuente el voto emitido por los expañoles residentes en el extranjero esto podría suponer un giro en los escenarios para la gobernabilidad.

El siguiente mapa muestra cómo quedó la foto fija de los escaños en disputa tras la noche electoral del 23J.


Y en estos estrechos márgenes el recuento del voto CERA podría deparar sorpresas Ahora, para ser investido presidente del Gobierno en segunda votación, donde hacen falta más síes que noes, Pedro Sánchez podría contar con 172 votos afirmativos (PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG) y 171 negativos (PP, Vox, UPN y CC). Si uno de los escaños en juego en Madrid o Girona cambia de bloque, ya no bastaría con la abstención de Junts para hacer posible la investidura, y el PSOE tendría que negociar con el partido de Carles Puigdemont un apoyo explícito, lo que elevaría el precio de la negociación con los independentistas catalanes.

Por lo anterior, el PSOE también mira de reojo lo que ocurrirá en Tarragona, donde el 23J quedó a 1.298 votos de ganarle el último escaño a Junts, y en Málaga, donde los socialistas se quedaron a 3.047 votos de arrebatarle un escaño al PP. Otros diputados que están en juego por un margen estrecho y podrían llegar a cambiar de manos se encuentran en Cantabria (428 votos de diferencia entre el PP y Vox, que ganó el último escaño); Santa Cruz de Tenerife, donde el último diputado se quedó en 1.515 votos de diferencia entre el PSOE, que lo tiene, y Sumar, que se lo podría arrebatar; Albacete (1.287 votos de distancia entre PSOE y Vox); y Gipuzkoa (2.735 papeletas entre el PNV y Sumar).

Todos estos eventuales trasvases, además de los señalados en el mapa anterior en Barcelona (el PP y Vox pugnan por un escaño) y Sevilla (Vox le disputa a Sumar un diputado), se mueven en un margen inferior al 0,75% del total de voto válido emitido el domingo y, aunque sean más improbables, la mayoría de ellos tendrían efectos en la suma de bloques de una eventual investidura.

El cambio no será tan fácil, por efectos de la fórmula D'Hondt

Sin embargo, como advierte la matemática de la Universidad de Zaragoza Raquel Villacampa* a raíz de las informaciones publicadas sobre el voto CERA, este cálculo inicial no es más que una foto fija, y calcular dónde se encuentra la distancia en votos a la que está cada partido para aspirar a lograr un escaño extra no es tan sencillo, a causa de cómo funciona el cálculo de la fórmula D'Hondt para el reparto de escaños.

Los 1.749 votos que separan al PP de ganar un escaño en Madrid, por poner un ejemplo entre otros que cita la experta, son la diferencia con la que terminó el recuento del voto de los residentes en España el pasado domingo, y solo serían la distancia real a un nuevo escaño si el PSOE no cosechara ni un solo voto en el recuento del voto CERA.

Pero en el momento en que el PSOE empiece a acumular papeletas en dicho recuento, el reparto se altera y la diferencia necesaria para arrebatar un escaño se incrementará. "Es decir, si el PSOE consigue 0 votos CERA, el PP necesita al menos 1749 votos. Si por ejemplo el PSOE consigue 1.000 votos CERA, el PP necesitaría 3.202 para robar ese escaño", explica Villacampa.

Sin voto rogado, sube la participación en el voto extranjero

¿Es real la posibilidad de un movimiento de escaños? Estas elecciones generales han sido las primeras en las que ya no estaba vigente el voto rogado, la modalidad de sufragio que funcionó entre 2011 y 2022 para los ciudadanos que vivían en el extranjero, que obligaba al elector a "rogar" a una autoridad electoral su derecho a ejercer el voto y que supuso una caída de la participación durante este periodo.

Por este motivo, la llegada del voto CERA es clave, sobre todo con el aumento de la participación que desvela el dato difundido este viernes. En las elecciones de noviembre de 2019, en las que los electores en el extranjero tuvieron que rogar el voto, tan solo 226.050 solicitudes de voto fueron aceptadas y votaron finalmente 145.908 personas (un 6,8% del censo), mientras que ahora serían casi 234.000, uno de cada diez censados.

En estas elecciones, los españoles censados en el exterior recibieron la documentación electoral de las delegaciones provinciales de la Oficina del Censo Electoral sin necesidad de solicitarla con antelación y pudieron depositar sus papeletas electorales en embajadas y consulados hasta el 20 de julio, aunque también podían enviar sus votos por correo hasta el día 18. Otra novedad de la reforma de la ley electoral es que los electores CERA han contado con más tiempo para depositar el voto en urna -con más días y en horario tanto de mañana como de tarde- en relación con anteriores citas electorales, informa Efe.

Al afrontar un escenario inédito, las comparaciones con las elecciones anteriores son meramente especulativas, pero cabe señalar que, en el caso de la Comunidad de Madrid, en 2019 votaron 32.784 madrileños residentes en el extranjero, un 10,4% de los que tenían derecho a voto, y el PSOE (que fue el partido más votado tanto en la región como a nivel nacional) aventajó al PP en 1.284 votos.

Y en Girona, el voto CERA (2.043 electores, el 10,04% de los censados en el extranjero) se orientó sobre todo a los partidos independentistas, con ERC como el partido más votado y Junts segundo, que cosechó 303 votos más que el PP. De mantenerse el voto en este sentido, no habría cambios de escaños en estas dos circunscripciones, pero como se ha visto en estas elecciones, hay lugar para cambios de guion.

*Fe de errores. El texto de esta noticia se ha modificado a raíz de las observaciones realizadas en Twitter tras la publicación de esta noticia por la matemática Raquel Villacampa, profesora en la Universidad de Zaragoza, que advertía del error de considerar que la diferencia de votos tras el 23J entre los partidos que se disputan un escaño se mantendría inalterable tras el recuento del voto extranjero.