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¿Son arte los videojuegos? Los museos Thyssen-Bornemisza y OXO intentan responder a esta pregunta

  • Este jueves, ambos museos organizan un encuentro en el Thyssen-Bornemisza de Madrid
  • La actividad coincide con el lanzamiento del videojuego The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

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Imagen de 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom'
Imagen de 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom'

¿Son los videojuegos arte? Con la excusa del lanzamiento, el 12 de mayo, de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, la nueva entrega de uno de los más populares y mejor valorados, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Museo OXO del Videojuego (Málaga), han organizado el encuentro Videojuegos, el décimo arte, para conversar sobre esa consideración artística del videojuego. Se celebrará en Madrid, en el Thyssen, este jueves, 27 de abril, a las 12:00 de la mañana.

La entrada a esta charla es gratuita (hasta completar aforo) y cuenta con destacados participantes: Juan Gómez Jurado, escritor; Ana Oncina, ilustradora y autora; Valeria Castro, productora y diseñadora de videojuegos y presidenta de la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV); Rufino Ferreras, educador, director del Área de Educación del Museo Nacional Thyssen, y Santiago Bustamante, director cultural de OXO y director del programa Fallo de Sistema, de Radio3.

Hemos hablado con Santiago Bustamante, que lleva años defendiendo que los videojuegos son arte: "Para mí son arte y también para el Museo MoMA, que en 2012 adquirió 40 videojuegos para su colección permanente, adquiere 40 videojuegos. Ese fue un paso simbólico, de alguna manera lanzó un guante académico, teórico y artístico para que reflexionáramos sobre si son arte o no. Entre esos videojuegos estaban el Pac-Man, el Tetris, el Portal..."

"Para mí -añade Santiago- los videojuegos serían el Décimo Arte. Porque es un número simbólico y porque englobaría a otras artes como la arquitectura (en el diseño de espacios), la escultura, la pintura... Si hablamos de literatura hay libros que son arte y otros, como el de Belén Esteban, que no. Y en los videojuegos igual. Hay videojuegos, como este nuevo de The Legend of Zelda, que para mí son un ejemplo de arte máximo... porque es un juego que está vivo, en ese mundo abierto, y por la especial sensibilidad y sentimiento que te transmite mientras está jugando, que trasciende al propio hecho de jugar. Sin olvidar la profundidad de su mensaje, de belleza absoluta.

Imagen de 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom'

"Los videojuegos son cultura"

Uno de los errores que cometemos los periodistas a menudo es etiquetar a los videojuegos como ciencia, cuando son productos culturales. "En Fallo de sistema -nos cuenta Santiago-, llevo años intentando romper varios techo de cristal asociados al videojuego. El primero es que son perjudiciales para los chavales, lo que hace que se intenten sacar de las escuelas. Pero cada vez hay más estudios científicos que demuestran sus valores positivos. Como los de la neurocientífica Daphne Bavelier, que ha demostrado cómo los videojuegos pueden tener efectos positivos sobre diversas funciones cerebrales. La gente que juega tiene más concentración, se enfrenta a los problemas con mayor creatividad y tiene un margen de tolerancia al fracaso mucho mayor, porque en un videojuego siempre lo puedes volver a intentar, mientras en la vida real nos venden que no hay segundas oportunidades".

"Además, los videojuegos nos transmiten conocimientos de manera inconsciente -añade-. Y todos esos valores positivos hacen que vayan conquistando espacios como las escuelas o los museos. La propia existencia del Museo OXO es la demostración palpable de que el videojuego tenía que conquistar ese espacio que algunos catalogan como alta cultura. Es como una revolución silenciosa, la prueba palpable de que algo está cambiando en la sociedad".

Por eso Santiago lleva años defendiendo que los videojuegos son cultura: "Es ciencia convertida en arte. Pero el error es que solemos mirar los videojuegos desde el prisma de la tecnología. Cuando hablamos del Séptimo Arte, del cine, no analizamos el 4K, las lentes que han usado para la película o los procesos de posproducción. Se supone que hay algo por encima de todo eso que es la historia, la narrativa, lo que quieres contar. Actualmente, hay una visión tecnológica del videojuego que merma una de sus principales potencialidades, que es la de ser un medio cultural. El medio cultural de nuestros días, el que atrae a más gente, el que más potencial tiene y el que más está creciendo a nivel económico, pero también en el cualitativo y de calidad. Cada vez hay más niñas y niños que se acercan al videojuego para contar sus propias historias. No lo hacen con canciones, libros o cámaras. Por eso el videojuego es cultura".

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El sector de los videojuegos es la industria del ocio más importante

Actualmente, el sector de los videojuegos es la industria del ocio, factura más que el cine y la música juntos. En España emplea a más de 30.000 personas y mueve más de 1.700 millones de euros anuales. Somos el cuarto consumidor de videojuegos de Europa y el noveno del mundo. Además, el sector tiene una inserción laboral por encima del 85 %. Y es que en España hay 15 millones de personas que juegan a videojuegos, de los que casi la mitad, el 45 %, son mujeres.

"En España hay unas 400 empresas de videojuegos y se mueve muchísimo en consumo -asegura Santiago-. Pero en lo que es producto local, es decir, empresas españolas de gente que se gana dinero haciendo videojuegos, todavía tenemos un largo camino por recorrer. Nuestro ecosistema local del videojuego está todavía en pañales. Por eso es tan importante que se empiece a divulgar el videojuego. Por ejemplo, a través de actividades como esta del Thyssen o que haya un museo como el OXO de Málaga. Tenemos que conseguir que los que nos administran y los que gobiernan detecten que aquí hay algo y que necesita un apoyo, igual que en su momento se lo dieron al cine, a la música o al cómic".

"Hay tres o cuatro grandes desarrolladas españolas que son la leche y tienen muchísimo éxito -añade-. Pero también hay muchas empresas pequeñas que no llegan y muchos proyectos que se mueren por falta de Publisher. Eso es lo que nos falta en España, alguien que financie y publique esos juegos. Talento tenemos de sobra. También es fundamental que los políticos sean más sensibles con los videojuegos y los apoyen".

El Museo OXO del videojuego

El pasado 26 de enero se inauguraba el Museo OXO del Videojuego en Málaga, un proyecto único en el mundo del que Santiago Bustamante es director cultural. Le preguntamos qué destacaría de este centro: "Primero, que es un espacio singular en un edificio emblemático del centro de Málaga. Otros museos, como el Museo Picasso, los tienes que buscar, pero este te lo topas paseando. Y luego que para mí es maravilloso, a nivel emocional, ver como a diario vienen padres y madres con sus hijos y comparten su pasión por algo que une ya a varias generaciones. Pueden compartir los videojuegos que les han marcado".

"Puede parecer una tontería -añade-, pero para mí, más que un museo, es un templo donde venerar a los dioses del pixel y compartir esa experiencia en familia. Y es emocionante ver que funciona, ahora mismo tenemos unos 11.000 visitantes al mes y no hemos hecho más que comenzar con las actividades culturales. Por ejemplo, todos los jueves tenemos una charla. Mi objetivo aquí, como director cultural, es divulgar el mundo de los videojuegos, pero también hay que seguir impulsándolo y normalizándolo. O sea, que sea un museo vivo, que vaya cambiando y evolucionando. Y que sigamos incorporando piezas nuevas. Y, sobre todo, debatir sobre cosas de los videojuegos que la mayoría desconocemos".

"Y, por supuesto, es un museo en el que también se puede jugar a videojuegos -añade santiago-. Hay una coña que yo digo en muchas entrevistas cuando me preguntan qué se puede hacer aquí y es que les digo: ¿Y qué puedes hacer frente a Las Meninas? Es cierto que el museo es muy interactivo. Pero me gusta pensar que no tenemos que sentirnos más pequeños que otros museos que expongan piezas de arte. Cuando contemplamos Las Meninas vemos arte, cultura, algo muy bello. Y esa sensación también podemos sentirla en este museo".

"De hecho -concluye Santiago-, yo he programado una exposición meramente plástica, solo de cuadros, para romper esos prejuicios sobre los videojuegos y como son percibidos socialmente. Eso que la gente llama "cultura friki", como el cómic o los videojuegos, cada vez más es la cultura de verdad. La cultura contemporánea ya no pasa por las grandes charlas en la Academia de Bellas Artes Provinciales de Cuenca o de Valladolid. Ahora pasa por las series, el cómic y, por supuesto, los videojuegos"