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Dos víctimas del atentado de Algeciras detallan cómo fueron agredidas y piden ser indemnizadas

  • Han declarado un sacerdote salesiano que fue atacado y un marroquí que también agredido por el presunto yihadista
  • Todos los testigos que han declarado se han ratificado en las versiones que dieron a la Policía

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Un furgón policial entra en el garaje de la Audiencia Nacional
Un furgón policial entra en el garaje de la Audiencia Nacional donde comparecen dos testigos por el ataque en Algeciras del 25 de enero.

Dos de las víctimas que resultaron heridas durante el atentado perpetrado en Algeciras el pasado 25 de enero por el presunto yihadista Yassine Kanjaa y que acabó con la vida de un sacristán han detallado este viernes ante el juez cómo se produjo la agresión y han reclamado ser indemnizadas.

El magistrado de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha finalizado este viernes la primera ronda de testigos en el marco de la investigación por este "ataque yihadista" con la declaración por videoconferencia del sacerdote Antonio Rodríguez, que tuvo ser hospitalizado tras ser herido de gravedad con el machete que portaba el autor confeso del ataque, y del ciudadano marroquí al que Kanjaa agredió, según el juez, al creer que era converso y no practicaba "la auténtica religión".

Según han informado fuentes jurídicas, ambos testigos han ratificado por videoconferencia las versiones que aportaron en su declaración ante la Polícia, y cuyos detalles no han transcendido al encontrarse la causa bajo secreto, y han solicitado una indemnización, habitual en estos casos.

Así, han relatado cómo se encontraron con Kanjaa, investigado por estos hechos y en prisión provisional desde que fuera detenido la misma noche del ataque, y cómo se produjeron las agresiones que, en el caso del salesiano Antonio Rodríguez, supuso su ingreso hospitalario para ser intervenido en el Hospital Universitario Punta de Europa, en el municipio gaditano, debido a la gravedad de las heridas.

Todos los testigos han ratificado las declaraciones iniciales

Hasta el momento todos los testigos se han ratificado en las declaraciones iniciales que prestaron ante la Policía y, según las fuentes consultadas, la investigación se encuentra en un estado avanzado, aunque no se descarta que, cuando se levante el secreto de sumario, las acusaciones personadas o la propia defensa soliciten más diligencias.

El pasado martes declararon ante Gadea un total de doce personas, entre testigos presenciales y policías. Antes de estas comparecencias, el pasado viernes el juez tomó declaración a uno de los compañeros de piso de Kanjaa y a su hermano. El primero confirmó que el presunto atacante cambió de hábitos de manera radical y que escuchaba de manera asidua el Corán a través de audios desde su teléfono móvil.

Fuentes jurídicas confirmaron a Europa Press que en su declaración como testigo el compañero de piso ratificó su declaración anterior en comisaría. En la misma explicó que Kanjaa pasó de beber alcohol y fumar hachís a variar sus costumbres repentinamente, según plasmó el instructor en una de sus resoluciones.

Los hechos

De acuerdo al relato que realizó el juez en el auto donde autorizaba la entrada y registro de la casa donde vivía el investigado, Antonio Rodríguez, de 74 años, fue agredido minutos después de oficiar misa en la parroquia de San Isidro, cuando bajó del púlpito para comprobar lo que estaba ocurriendo, al escuchar los allí presentes que alguien que se encontraba fuera del templo estaba profiriendo gritos en árabe.

En ese instante, decía el juez, "el investigado portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita" lo agredió "causándole lesiones de gran gravedad" e intentó atacar también a uno de los testigos que estaba también allí

Tras huir de la parroquia, continúa el relato del juez, Kanjaa se dirigió a la iglesia Virgen La Palma, a unos 200 metros, donde se encontró con el sacristán Diego Valencia, que estaba abandonando el lugar por la puerta trasera, y a quien el investigado presuntamente mató con la "catana" que portaba y tras gritar unas palabras en árabe, entre las que se escuchó "allah".

Según el magistrado, también centró "su ataque contra un marroquí al que considera infiel, al creer que estaba ante un converso, por no practicar la auténtica religión, y al que agredió con intención de matarle".

Tras esto, matiza ese auto, finalizado ese hecho "de forma muy tranquila se dirige a la conocida como Ermita Europa ubicada en esa misma plaza e intenta acceder al interior de la misma, si bien en ese instante y sin prestar resistencia es detenido por la Policía Local de la Ciudad de Algeciras".

En prisión provisional

El juez Gadea decretó el pasado 30 de enero, tras escuchar al presunto yihadista en sede judicial, prisión provisional sin fianza, y le atribuyó los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas que, advirtió, podrían conllevar la prisión permanente revisable.

En su resolución, el juez indicaba que la actividad desarrollada por Yassine Kanjaa se podía calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.

Relataba que la conducta del investigado fue consciente y que tenía definidos sus objetivos, teniendo la opción de causar unos daños mayores, focalizó su acción concretamente sobre los sujetos a quienes atacó, a los que eligió de forma deliberada.