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Proyecto 0: agentes de cambio contra la violencia de género

  • Es un programa de talleres para concienciar sobre la violencia machista
  • Impulsado por FEDEPE, ayuda a detectarla y saber cómo actuar frente a ella

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En el trabajo se pueden detectar casos de violencia de género
En el trabajo se pueden detectar casos de violencia de género

Las campañas para luchar contra la violencia de género suelen lanzar mensajes como "No estás sola" o animar al entorno de las posibles víctimas a que las respalden y ayuden a denunciar. Efectivamente, el aislamiento de la familia, las amistades y personas que puedan servir de apoyo es uno de los elementos que forman esa cárcel que es la violencia de género para una mujer. Construyendo ese aislamiento, el agresor consigue que la mujer se sienta sola, vulnerable, dependiente de él, que se cierren las puertas del calabozo.

Cuando un hombre mata a su pareja, tras ese asesinato suele haber años de malos tratos físicos o psicológicos, de control, de aniquilación de la autoestima de ella..., y de ignorancia o silencio de su entorno. La pregunta sería: ¿Somos como sociedad conscientes de esto? ¿Sabemos identificar los distintos elementos que construyen la violencia de género o solo su final más trágico: el asesinato?

La importancia de ser agentes de cambio

Miguel Lorente, exdelegado del gobierno para la violencia de género afirma: "La sociedad sigue normalizando la violencia, minimizándola, y sólo reaccionamos cuando es grave Y eso es insuficiente porque llegamos tarde, tanto para haber evitado la agresión que nos conmueve y agita como para haber impedido la violencia que esa mujer ha sufrido en el tiempo y todas las consecuencias que ésta produce".

Cuando se dice que todos somos responsables en la lucha contra la violencia de género y la desigualdad, precisamente se está hablando de esto. Todas y todos podemos ser agentes transformadores de nuestro entorno: en casa, con la familia, con las vecinas, en el trabajo, en el ámbito asociativo.

La sociedad sigue normalizando la violencia de género

"Todas tenemos el deber de estar alerta, saber identificar las señales y conocer los recursos y cómo ofrecerlos a mujeres que pueden estar sufriendo violencia de género en casa. Sabemos que uno de los principales miedos y frenos que sufren las mujeres a la hora de denunciar violencia de género es la falta de recursos económicos y laborales que les permitan rehacer su vida y hacer frente a la vivienda y las facturas. Más aún cuando hay menores en casa", afirma Ana Bujaldón, presidenta de FEDEPE. Existen muchas iniciativas para concienciar a la población. La Federación de Mujeres Directivas y Empresarias ha puesto precisamente en marcha 'Proyecto 0' con el lema "Construimos juntos y juntas una sociedad libre de violencia de género".

Debemos saber identificar las señales, conocer los recursos y ofrecerlos a las mujeres

Se trata de un programa de talleres para convertir en agentes de cambio a las personas participantes. ¿Qué supone exactamente ser agente de cambio? "Todas y todos podemos ser agentes del cambio porque cualquiera puede ser víctima, cualquiera puede tener una amiga/o, una vecina/o, una familiar, una compañera…, que esté sufriendo las consecuencias del machismo, por tanto, todos y todas podemos hacer cosas, quizás pequeñas, quizás a nivel muy doméstico…, pero que sin duda pueden contribuir a prevenir, a influir, a frenar la violencia", afirma la responsable del proyecto, Maribel Martínez de Murguía.

Proyecto 0

Este programa emplea una metodología innovadora para trabajar por un cambio positivo: la Indagación Apreciativa. Se trata de buscar inspiración en las cosas buenas que se están haciendo ya, en los valores positivos. "Se focaliza en indagar y apreciar lo que llamamos el "núcleo positivo" del sistema, es decir en todas sus fortalezas, activos, buenas prácticas pasadas y presentes, y oportunidades futuras disponibles en lugar de centrarnos en lo que está mal, en lo que es un error o un problema complicado de resolver", afirma Maribel Martínez de Murguía, experta en esta metodología.

A través de lo que llaman "cumbres" o "encuentros participativos" -que hasta ahora se han producido de forma online-, buscan aprovechar ese potencial humano para generar una realidad mejor. "Los y las participantes son guiados a través de cuatro fases, donde prima la conversación en parejas y en grupos a partir de preguntas que formulamos. A partir de esas conversaciones van saliendo conclusiones y reflexiones que se aterrizan en acciones concretas a implementar individualmente en nuestras vidas", explica.

Buscamos aprovechar las buenas prácticas pasadas y presentes

Este método, según sus impulsoras, crea sólidos compromisos además de personas altamente motivadas con el cambio. Está dirigido a personas de cualquier edad y ocupación, mujeres y hombres. Animan a estos últimos a sumarse a los encuentros, porque reconocen que -como suele suceder- la mayoría de quienes asisten son mujeres, pero sin ellos no se solucionará el problema.

En el trabajo..., y en cualquier lugar

El próximo 25 de febrero se celebrará un encuentro presencial. Más adelante, en la elaboración de las conclusiones del proyecto participará el profesor de medicina legal de la Universidad de Granada, Miguel Lorente, que insiste en que es fundamental luchar contra la normalización de la violencia machista: "Tenemos que trabajar en las causas y en esa construcción social de lo que deben ser las relaciones de pareja. Por lo tanto, no podemos esperar a que llegue la violencia explícita, sino cuestionarnos y anticiparnos a dichas conductas a través de lo que es la referencia social que la hace posible".

Se puede detectar y evitar la violencia machista en la familia, el vecindario, la escuela -tantas criaturas la sufren en sus propios hogares-, y también en los centros de trabajo. "La empresa es un reflejo de la sociedad, y por eso es importante trabajar en este ámbito. Es importante convertir el entorno laboral en un entorno seguro, de detección de discriminación y violencias, y de acción contra las barreras y agresiones. La empresa puede y debe promover medidas que ayuden a reducir la brecha salarial, el techo de cristal, y por supuesto, como decía antes, cualquier tipo de violencia contra la mujer", asegura Ana Bujaldón, presidenta de FEDEPE.

Subraya que ningún cambio social será posible si no se producen al mismo tiempo cambios individuales, compromisos personales con la igualdad, para encontrar nuevos modelos en los que no haya violencia y sí respeto y colaboración.