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Alemania mantendrá en "reserva" sus dos últimas centrales nucleares hasta abril de 2023

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Alemania mantendrá en "reserva" sus dos últimas centrales atómicas hasta abril de 2023
Vista de la planta nuclear de Kruemmel cerca de Hamburgo, Alemania.

Alemania dejará en situación de "reserva" hasta abril de 2023 dos de las tres últimas tres centrales atómicas del país, que de acuerdo al calendario del apagón nuclear deberían quedar desconectadas a finales de este año.

Estas son las conclusiones del llamado "test de resistencia" sobre la situación energética del país que presentará el ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, según ha avanzado el semanario Der Spiegel.

"Los resultados del test de resistencia apuntan a que, en caso de una situación de emergencia en el invierno de 2022 y 2023, es conveniente mantener en reserva esas dos plantas del sur del país", ha afirmado Habeck al presentar las conclusiones.

De acuerdo con sus planes, serán las plantas de Isar 2 (en Baviera) y la central de Neckarwestheim, con una capacidad de 1.400 megavatios cada una y situadas ambas al sur del país. Estas permanecerán en "reserva" cuatro meses más que la de Emsland, en Baja Sajonia, que se desconectará antes del 31 de diciembre de 2022.

Según ha indicado el Gobierno del país, las dos plantas del sur pueden ser utilizadas hasta abril de 2023 con el objetivo de que sirvan de ayuda ante posibles cortes de energía este invierno.

El ministro ha justificado esta medida por las restricciones de gas ruso, pero ha indicado que se prolongará más allá de esos cuatro meses, ya que la "situación energética" será "muy distinta" de cara al siguiente invierno. "No nos apartamos de la línea del abandono de la energía nuclear, tal como está regulada", ha asegurado Habeck.

Hace unas semanas, el canciller Olaf Scholz había dejado abierta la posibilidad de prolongar la existencia de las tres últimas plantas en función de los resultados de esas pruebas.

Esta decisión supone una nueva modificación en los planes para dejar de usar esta fuente de energía, impulsado primero por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en 2000, con los Verdes como aliados, y recuperado en 2011 por la conservadora Angela Merkel, a raíz de la catástrofe de la central japonesa de Fukushima.

Posiciones diferentes dentro del Gobierno

La coalición de gobierno alemán mantiene posiciones divergentes acerca de esa cuestión. Los socialdemócratas de Scholz se han mostrado partidarios de una prolongación limitada a unos meses, mientras que sus socios liberales apostaban por mantenerlos conectados al menos hasta 2024.

Los Verdes rechazan que sea necesario, puesto que proporcionan apenas un 6% del total del consumo energético, pero una parte del partido ecologista no lo descartaba ya completamente en medio de la inseguridad derivada de la reducción de los suministros de gas ruso.

Alemania ha logrado rebajar su dependencia energética de Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania. En febrero, un 55% del total de importaciones de gas procedían de ese país, y actualmente el porcentaje ha bajado al 9% después de sustituirse por envíos de Noruega y Países Bajos.

Los depósitos de gas se encuentran actualmente en un 85% de su capacidad, un nivel que esperaba alcanzarse en octubre, mientras que para noviembre se aspira a lograr el 95%, un nivel considerado necesario para garantizar los suministros de todo el invierno.