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Festival de Cannes

Javier Bardem: "La buena masculinidad es la que tiene una mitad femenina"

  • El actor comparte en Cannes vivencias de su carrera y de su oficio durante una clase magistral

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Javier Bardem, en el Festival de Cannes.
Javier Bardem, en el Festival de Cannes.

Del éxito tal vez se aprende poco. Lo sabe bien Javier Bardem, que tiene muy presente el Festival de Cannes de 2016. Aquel año presentó The last face, dirigida por Sean Penn, considerada a veces con el inexistente título de ‘la peor película de la historia del festival’. “Fue un gran desastre. Pero ser abucheado en el festival es un recordatorio de que lo que haces puede ser horrible. Fue una lección de la vida”, explica el actor que recuerda que la película cambió las normas del festival: a partir de entonces, las críticas se embargaron hasta el pase oficial, evitando que la película sea masacrada previamente.

En realidad, Bardem tiene una historia de éxito de Cannes, como con cualquiercompetición, galardon o aspecto de su profesión. Obtuvo el premio a mejor actor por Biutiful en 2010, y muchas de sus películas han pasado por el festival dejando buen sabor. Lo recuerda el actor durante una clase magistral dentro del festival en la que ha repasado su carrera y las vivencias de su oficio.

¿Qué ha cambiado desde que empezó en el cine español de los años 90? “El modo de hacer cine era diferente. Las películas podían durar un año en las salas; ahora, un mes y medio. Es un momento diferente, delicado, de falta de atención porque tenemos muchas opciones. Lo que más recuerdo es la paciencia”.

El actor ha recordado que comenzó su carrera siendo “un trozo de carne” en los castings y que sus primeros papeles estaban asociados a su rotundo físico. ¿Qué es para él la masculinidad? “No puedo definirla, pero defiendo que la buena masculinidad es la que tiene la mitad de mujer. Cuando veo a un hombre expresar una emoción, sensible, veo un hombre fuerte.  Es algo que he tenido que aprender, porque crecí en una sociedad muy patriarcal. Y todavía seguimos aprendiendo de nuestros errores, conscientes e inconscientes, como hombres”.

¿Cuál ha sido la principal lección de crecer en una familia de artistas? “El respeto que hay que tener. Por todo el equipo, actores y técnicos. No eres menos ni más que nadie. Eso me lo enseño mi madre. Y ganarte lo que haces, porque hay mucha gente con talento que también lo merece".

Tras acumular todos los premios de interpretación que existen, ¿se considera el actor ‘marca España? “No me represento más que a mí mismo. Estoy orgulloso de ser español.  Todo para mí empezó en España: mi lengua, mi cultura y todos los actores que he admirado durante años. Llevar esa responsabilidad es un orgullo".

Javier Bardem, durante su clase magitral en Cannes.

Javier Bardem, durante su clase magitral en Cannes. LOIC VENANCE / AFP

El beso con Penélope Cruz que le regaló Woody Allen

Sobre la carrera paralela junto a su mujer, Penélope Cruz, ha compartido que durante el rodaje de Vicky Cristina Barcelona tendían a ignorarse. “En una escena, teníamos que darnos un beso en la cama. Empezamos y seguimos besándonos. Empezó a durar tanto, como una hora, que se fue el equipo y cuando terminamos no quedaba nadie.  Y Woody Allen nos mandó el metraje como regalo de boda”.

Dice que nunca dirigirá. “Si fuera una cámara y dos actores, ok, pero toda la presión de crear, de la preparación, es muy difícil”. Lo suyo es profundizar en la actuación. “El sueño es borrar tu personalidad. No creo que se pueda, a mí no me ha pasado, pero es el objetivo. Me gusta dibujar, pero solo pinto rostros y cuerpos, no me interesan los paisajes. Soy adicto a ver el comportamiento de la gente en la calle. Lo único bueno de la pandemia es que podía esconderme para que no me reconocieran y poder observar”.

¿Un consejo de actuación? “Estar sano. Por ejemplo: si tienes que interpretar una enfermedad mental, lo primero que tienes que hacer es visitar un psiquiatra para saber que estás bien. Porque, si no estarás, tan unido al personaje que no podrás ver nada más”.

Antes de realizar la clase magistral, bromeó con Asghar Farhadi - miembro del jurado con el que hizo Todos los saben- sobre que le habían llamado para la charla porque era ‘un maestro’. Sobre quién es su maestro, además de Juan Carlos Corazza,  lo tiene claro: “No creo en dios, creo en Al Pacino”.