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Un grupo de mujeres protesta a cara descubierta en Kabul contra el uso obligatorio del burka en Afganistán

  • La ONU acusa al régimen talibán de estar violando los derechos de las mujeres
  • Desde su vuelta al poder en 2021, los talibanes han restringido cada vez más la presencia de la mujer en la esfera pública

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Mujeres afganas protestan contra la orden de llevar burka en espacios públicos

Un grupo de mujeres se ha manifestado este martes en Kabul para protestar contra el edicto talibán que las obliga a cubrirse el rostro cuando estén en lugares públicos y que, como ha reconocido el régimen, tiene por objetivo promover el uso del burka.

"El burka no es nuestro hiyab", han coreado las manifestantes a cara descubierta, según la agencia de noticias Jaama. La manifestación ha sido dispersada por milicianos talibanes y se han producido detenciones de periodistas.

Fue el sábado pasado cuando el régimen decretó una orden prohibiendo a todas las mujeres y niñas en Afganistán mostrar su rostro en público. "A pesar de que el 99 % de las mujeres afganas ya usan hijab, el resto también debería usarlo y no hay excusa para ellas", reza un documento del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio.

Organizaciones como la ONU han acusado a los talibanes de seguir cercenando los derechos con una orden que parte directamente del principal líder, Hebatulá Ajundzada, y que exhorta a las mujeres a quedarse en casa en la medida de lo posible.

Para quienes salgan a la calle, plantea de nuevo cubrirse de pies a cabeza y recomienda expresamente el burka. Quienes incumplan la medida, se arriesgan a amonestaciones que recaerán en principio en el 'guardián' varón, normalmente el marido o un familiar directo y que podría desembocar en su detención si sigue sin cumplirse.

Además, asegura el comunicado, las mujeres que trabajen en departamentos relevantes y no utilicen hijab también serán despedidas de sus trabajos.

La educación, el otro gran campo de batalla de las mujeres afganas

El burka fue uno de los símbolos de la represión durante el anterior régimen talibán que terminó en 2001. Cuando volvieron al poder en 2021, los insurgentes aseguraron que no se volvería a la situación de entonces.

Sin embargo, la situación de la mujer no ha hecho más que empeorar y va recordando a la que vivieron durante el primer mandato talibán cuando fueron recluidas en sus hogares, sin posibilidad de estudiar o trabajar.

Otra promesa incumplida del régimen ha sido la educación de las adolescentes afganas. Los fundamentalistas aseguraron que las niñas podrían volver a la escuela tras el parón invernal, pero las aulas finalmente no abrieron sus puertas para las menores de entre 12 y 18 años de edad.

Aunque sí permitieron la vuelta de las estudiantes universitarias, se hizo bajo un sistema de segregación por sexos en las clases y con la obligación de llevar velo y ropajes negros que cubran todo su cuerpo.

La situación ha generado numerosas protestas por parte de activistas afgana, que han sido siempre duramente contestadas por parte del régimen, y que también denuncian que las mujeres están excluidas del gobierno del país.