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Elecciones locales en Reino Unido | Análisis

El 'partygate' de Johnson le pasa factura a los conservadores en las municipales y Starmer logra sus primeras victorias

  • Los resultados no permiten anticipar que el laborismo esté bien situado para unas elecciones generales
  • El escándalo de las fiestas en plena pandemia ha dejado en casa a muchos votantes conservadores
  • Los liberal-demócratas recuperan terreno y podrían ser claves para la gobernabilidad

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El primer ministro británico, Boris Johnson, en una visita a una escuela en South Ruislip,  Reino Unido, el 6 de mayo de 2022. Daniel Leal/pool, vía REUTERS
El primer ministro británico, Boris Johnson, en una visita a una escuela en South Ruislip,  Reino Unido, el 6 de mayo de 2022.

Las elecciones locales celebradas este jueves en el Reino Unido eran la primera prueba para el primer ministro, Boris Johnson, y para su partido, el Conservador, después del partygate, el escándalo de las fiestas en Downing Street en plena pandemia.

Los datos en Inglaterra permiten concluir que el resultado ha sido malo para los conservadores, pero no tanto como se esperaba y como vaticinaban las encuestas, que preveían la pérdida de más de 800 escaños cuando finalmente han sido 301. Han perdido ayuntamientos y concejalías (especialmente en Londres, donde han sido desalojados de Westminster), pero no ha sido una catástrofe, y ni el Partido Laborista ni su líder, Keir Starmer, pueden atribuirse una victoria clara fuera de la capital, puesto que en todo el país han ganado 40 escaños. Además, los conservadores también han caído en Gales y Escocia, donde el SNP se mantiene como primera fuerza.

Malos resultados para los tories, pero no tan buenos para los laboristas

"Probablemente, no ha sido tan malo como los tories temían en sus peores pesadillas, pero no es que haya sido muy bueno para ellos", explica, en declaraciones a RTVE.es, Paul Webb, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Sussex. Webb estima que la ventaja global de los laboristas sobre los conservadores puede ser de un 4 %, en línea con lo que indican las encuestas nacionales recientes.

Martin Baxter, fundador y director del centro de análisis Electoral Calculus, cree que el laborismo "lo ha hecho bien, pero no muy bien". El partido, dice, "está muy lejos del entusiasmo y el carisma que Tony Blair generó en los noventa". El de los conservadores, expone "no es un resultado bueno", pero tampoco supone una "catástrofe" para Boris Johnson. "Mi impresión es que Johnson va a a sobrevivir", dice.

Baxter señala que parte de la explicación es que los conservadores han logrado mantener un gran apoyo de los votantes del Brexit, lo que explica también la victoria de los laboristas en Londres, donde los votantes se mostraron favorables a continuar en la Unión Europea en el referéndum de 2016. "Puede que aún estemos recreando las guerras del Brexit, diez años después", ironiza.

Georgia Gilholy, periodista de la web Politics.co.uk, especializada en información política y Parlamentaria, califica las victorias laboristas fuera de Londres de "modestas", y las relaciona con la poca confianza que aún genera Starmer. Los tories han perdido terreno en zonas que pueden considerar "marginales" para sus planes de conservar el poder, pero que aun así pueden ser imprescindibles si las próximas elecciones generales son reñidas, estima Gilholy.

"Las cosas no van mejor para el Gobierno, y no parece que vayan a ir mejor - resume la periodista- pero eso no significa que el laborismo vaya a tener una tremenda victoria en 2024, es más complicado que eso".

El partygate deja a muchos votantes conservadores en casa

Las elecciones tienen lugar después de que Johnson se haya convertido en el primer mandatario en ejercicio de la historia reciente de Reino Unido que ha sido sancionado por la ley. Las multas por las fiestas en Downing Street en plena pandemia han pasado factura a los alcaldes y concejales tories, o al menos así lo han declarado abiertamente varios de los que han perdido su asiento.

"El partygate no ha alterado ayuntamientos en un número muy alto - considera Baxter - pero sí ha hecho que un gran número de votantes conservadores, que votarían en unas generales, se queden en casa, más que los de otros partidos".

"Westminster es ejemplo de eso. Hicimos una encuesta antes de las multas por el partygate que mostraba que los conservadores lo tenían garantizado. Dos semanas después de las multas hicimos otra encuesta y ya dijimos que iba a parar a los laboristas, y así ha sido", añade.

El profesor de la Universidad de Sussex lo ilustra con una anécdota: algunos de sus alumnos realizan becas con políticos locales, en su mayoría conservadores. "Cuando mis alumnos vuelven, más de uno me cuenta que ha estado gestionando los correos electrónicos, y una gran cantidad de ellos eran quejas de gente ordinaria sobre el partygate. La gente está muy enfadada".

"Para mucha gente tiene menos que ver con lo que haya ocurrido de verdad - apunta Georgia Gilholy - porque no sabemos exactamente qué ha ocurrido del todo, sino con que el Gobierno hizo las normas, y luego hubo gente en el mismo gobierno que las incumplió. Sí que ha influido. La cuestión es cuánto importará en 2024, posiblemente menos".

Para Adam Cygan, profesor de derecho en la Universidad de Leicester, los conservadores volverán a apostar por Johnson para las generales, "probablemente se quedarán con él porque no tengan un sustituto". Sin embargo, ese podría ser el problema "porque es el hombre de los escándalos, de las dificultades para fijar objetivos, tiene una inflación muy alta".

"Ha intentado que la gente se fijara en el Brexit, y no ha funcionado, y lo que hemos visto en Irlanda del Norte con Sinn Fein siendo el partido más grande, le puede hacer la vida muy difícil", añade Cygan. Para el profesor, el gobierno no parece tener respuesta para los problemas de la gente: "Una persona que antes pagaba el equivalente a 650 o 700 euros de electricidad, ahora paga 1500, lo notan en su bolsillo, y no pueden resolverlo".

Starmer se apunta algunos éxitos, pero insuficientes

El líder opositor no ha esperado a los resultados definitivos para apuntarse el tanto. "Es un punto de inflexión" en el camino hacia Downing Street, ha dicho Starmer.

"Starmer lleva ya algunos años como líder, llegó durante la COVID, lo cual no ha sido fácil - explica Martin Baxter - En este tiempo el laborismo no había ganado unas elecciones, no había ganado nada. Así que hoy es un buen día para ellos porque han ganado algo. La cuestión es si esto será suficiente".

"Antiguamente, el laborismo se apoyaba en los escaños de Escocia, pero ahora el SNP [nacionalista escocés] obtiene la mayoría allí. Puede ser que las próximas elecciones los conservadores pierdan la mayoría, pero los laboristas no consigan una, así que podemos encontrarnos con un parlamento sin mayorías [hung paliament]", advierte el analista.

Para Baxter, la cuestión es si la gente está descontenta con los conservadores. "Lo están, pero algunos lo demuestran más quedándose en casa que votando a otros partidos. La otra cuestión es si hay entusiasmo por los laboristas. En Londres lo hay, pero fuera de Londres tenemos que verlo".

El director de Electoral Calculus se pregunta si Starmer será capaz de generar "siquiera una fracción del tipo de entusiasmo que generó Tony Blair". "Es demasiado pronto vara decirlo", advierte.

"No sabemos cuándo van a ser las elecciones generales. - puntualiza por su parte Paul Webb - Hay rumores de que podrían ser a finales de este año, pero más bien creo que será en 2023 o 2024, porque la situación económica va a ser mala y el Gobierno intentará mantenerse en el poder".

"No podemos saber qué pasará en la política en uno o dos años - continúa el profesor de Sussex - Pero si esta es la historia de la llegada gradual al poder del Partido Laborista, entonces realmente el punto de inflexión será la crisis del partygate, el invierno pasado, cuando se vio que las encuestas empezaban a cambiar".

El regreso de los liberal-demócratas

El laborismo no ha recogido todo el malestar ciudadano. Otros partidos menores, como el Partido Verde o el nacionalista galés Plaid Cymru, también han obtenido buenos resultados. El más beneficiado ha sido el Liberal-Demócrata, que ha recuperado muchos de las concejalías que les habían arrebatado los conservadores y han ganado el ayuntamiento de Hull, tradicionalmente laborista.

"Esto es un punto importante para la victoria potencial de los laboristas en el largo plazo - remarca Paul Webb - Si los laboristas van a ganar otras elecciones generales, o a convertirse de nuevo en el mayor partido, no va a ser porque su formación lo haga bien, sino porque partidos como el Liberal-Demócrata lo hagan mejor" y arranquen escaños a los conservadores.

Martin Baxter cree que el buen resultado de los liberal-demócratas y de otros partidos menores es una mala noticia para Starmer. "Significa que la gente no quiere votar por los conservadores y Boris Johnson, pero no se sienten atraídos por Starmer y el laborismo".

"Incluso si ganan un puñado de escaños en las próximas elecciones generales, será un tremendo triunfo para ellos en comparación con 2019", considera Gilholy, que señala que los liberal-demócratas pueden jugar un importante papel en el futuro para la formación de mayorías.

Ahora bien, tal y como explica Baxter, pese a los buenos resultados obtenidos, "es difícil que puedan competir en las elecciones generales, ya que el sistema electoral no es proporcional y hace difícil el acceso a los pequeños partidos, incluso aunque hayan cosechado buenos resultados ahora". Lo que sí está en boca de algunos es una posible coalición entre ellos y los laboralistas que, según el experto, "es algo difícil de anticipar, pero puede ser electoralmente positivo para ambos".

Para las próximas generales, el profesor Cygan, apunta a una posible cooperación entre ambas fuerzas. "No irían formalmente juntos porque la Constitución del Partido Laborista les obliga a luchar y derrotar. Lo que podemos encontrar es una cooperación no oficial a partir de la cual ambos partidos inviertan sus recursos en aquellos lugares en los que tengan más probabilidades de ganar".

Conforme a los resultados de estos comicios, podría empezar a vislumbrarse lo que, dice Cygan, se ha denominado como "alianza progresista" entre laboralistas, demócratas y Los Verdes. "Están buscando ganar a los conservadores en las próximas elecciones, quitarles la mayoría. Creo que ese será el próximo desarrollo que veremos como resultado de estas elecciones".