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Fiestas

Los Caballos del Vino de Caravaca estrenan la distinción de Patrimonio Inmaterial por la UNESCO

  • Una fiesta que se remonta al siglo XIX como ofrenda a la Santísima Cruz
  • La competición la ganó la peña Calimocho con la yegua Bulería

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Los Caballos del Vino estrenan la distinción de Patrimonio Inmaterial por la UNESCO

Cada dos de mayo, la localidad de Caravaca de la Cruz vive su día grande con la carrera de los Caballos del Vino. Se trata de una competición histórica en la que los equinos, guiados por cuatro caballistas, luchan por ser el más rápido en la subida de la cuesta del Castillo. La imagen de los caballos llama la atención con sus mantos lujosamente bordados. Una fiesta de origen medieval que por primera vez disfruta del titulo de Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco, ya que esta distinción fue concedida en 2020, en plena pandemia.

La ciudad recupera su aire festivo tras dos años de pandemia

Desde primera hora se respiraba un ambiente festivo en las calles de Caravaca, en donde el tradicional pañuelo rojo atado al cuello con la camisa blanca se multipica entre la multitud. Los caravaqueños tenían muchas ganas de que llegase este día "Son dos años esperando para volver a salir y hacía tiempo que no se sentían estos nervios" nos comentaba un corredor.

Hacía tiempo que no se sentían estos nervios

"Me siento muy orgullosa y lo vamos a celebrar por todo lo alto porque hace dos años que no lo podemos celebrar". Los gigantes y cabezudos vuelven a pasearse por el centro de la ciudad y se oye la dulzaina castellana acompañada del tradicional tambor. Los festeros, eso sí, miraban de reojo al cielo, despejado por la mañana, pero con aviso amarillo por fuertes lluvias durante la tarde. La fiesta podría tener que suspenderse. "La cruz de Caravaca nos va a proteger y van a ser unas carreras muy bonitas" nos comentaba Miguel, un murciano que nos anima a venir todos los años.

La tradición de los bordados data del siglo XIX

Pero no sólo está la competición de las carreras. Al campeón por el más veloz se une el ganador de los concurso de bordados. El origen de este tradicional concurso se remonta al siglo XIX, cuando un temporal arrasó los viñedos, impidiendo a los caravaqueños realizar la ofrenda de vino habitual. En su lugar, las ofrendas consistieron en "colchas de novia, mantones de Manila... en definitiva, lo mejor que había en cada casa para adornar esos caballos" nos comenta Franciso Javier Gallego Ríos, presidente del Bando de Caballos.

Las primeras ofrendas consistieron en colchas de novia o mantones de manila

"Los vecinos querían que sus vecinos vieran esos adornos y de ahí viene esa rivalidad y esa competición por ser el caballo mejor adornado". Los preparativos para estos concursos llevan meses. Las peñas dedican cientos de horas a diseñar y bordar los mantos.

Este año no pudieron competir todas las peñas

Unos minutos después de las dos de la tarde, los caballos engalanados empezaron a correr. Unas carreras en las que los caballos, acompañados por sus cuatro caballistas, tenían que cubrir los 80 metros de la cuesta del Castillo en el menor tiempo posible. En Caravaca de la Cruz la peña Calimocho ganó este año la carrera de los caballos del vino con esta subida. La yegua Buleria, ganó acompañada de sus cuatro caballistas cubriendo la carrera en 8 segundos y 257 milésimas. Una peña que ya en 2019 registró la mejor marca. Aunque este año no han podido competir todas las peñas ya que la lluvia y el granizo hicieron acto de presencia. La carrera tuvo que ser suspendida y sólo participaron la mitad de los 60 caballos en competición. Por su parte, la peña Terry se llevó el primer premio al enjaezamiento.