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Arte

El público del Museo Ramón Gaya puede vivir una restauración "in situ"

  • La idea es que los interesados conozcan las técnicas de conservación
  • Así el arte sobrevive para generaciones futuras

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El museo Ramón Gaya restaura cuadros frente al público

En el museo Ramón Gaya de Murcia se ha puesto en marcha una iniciativa pionera que consiste en restaurar cuadros in situ, en sus propias salas.

“Sobre todo mirando por el bien y el interés de la obra de arte. Cuando una obra de arte no sale de su entorno, de su temperatura y de su ambiente tiene muchísimos menos movimientos y menos traslados, donde la obra no sufre ningún deterioro”, asegura Isabel Sánchez Prieto, restauradora de bienes culturales.

Para divulgar y concienciar al ciudadano que se tiene que conservar el arte

Además, estos trabajos de restauración están abiertos al público para que los interesados conozcan las técnicas de conservación.

“También para divulgar y concienciar al ciudadano que se tiene que conservar el arte, se tiene que conservar el patrimonio”, señala Isabel.

Es un trabajo muy detallado, con mucha investigación y requiere mucho tiempo

“Es un trabajo muy detallado, con mucha investigación y requiere mucho tiempo. El mayor reto siempre es proteger, por todos los medios, el original. La obra es un bien y un tesoro que tenemos que conservar para generaciones futuras”.

Una tarea muy delicada para conservar un arte que sobrevive a las generaciones y que atesora así el testimonio del pasado, gracias a un cuidadoso trabajo de restauración.

Pasos para restaurar un cuadro

Restaurar un cuadro, como asegura Isabel Sánchez, no es un proceso sencillo y por supuesto, al que hay que dedicarle mucho tiempo.

Se comienza por la documentación para identificar la obre en cuestión y qué es lo que le ocurre. Uno de los pasos más delicados es la limpieza de la pintura y previamente hay que determinar cuál es el método adecuado para hacerlo.

El estucado consiste en aplicar una capa de preparación, lo que se conoce como estuco, a las lagunas de la obra, para la reintegración del color. El penúltimo paso es la reintegración cromática para recuperar la continuidad visual en la obra, con especial tratamiento en las zonas perdidas.

Finalmente, se aplica el barnizado para proteger la obra o embellecerla.