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Voluntarios en La Palma: "No aguantábamos el sufrimiento de la gente y dijimos 'vamos a echar una mano'"

  • Cada día, unas 200 personas llegan a La Palma para colaborar en labores de emergencia
  • La ayuda se necesita no tanto en cuanto a número sino mantenida en el tiempo

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Voluntarios en La Palma recuerdan que hace falta más ayuda

Las imágenes de la destrucción del volcán de La Palma han dado la vuelta al mundo y han conmocionado a miles de personas. Muchas de ellas se han desplazado hasta la zona para echar una mano. Es el caso de Jorge Boltes, que vio la situación por televisión y, en cuanto pudo, voló a La Palma desde Barcelona. Como él, cada día 200 personas colaboran en las tareas de emergencia.

Se te cae el alma al suelo. Hay metros y metros de ceniza, las casas ni se ven, ese silencio solo roto por el sonido del volcán… muy duro, es muy duro

Jorge sigue impactado, nos cuenta que está roto emocional y físicamente. Tras pasar diez días como voluntario en La Palma, hoy vuelve a su casa. "Estábamos en Barcelona viendo todo lo que pasa aquí desde el principio y no aguantábamos más el sufrimiento de la gente y dijimos 'vamos para allá a echar una mano'", explica a RTVE.

Se compró un billete de avión y alquiló un apartamento más grande de lo necesario por si alguien necesitaba acogida y una furgoneta para ayudar con los traslados... todo de su bolsillo.

"Que no se olviden, más ayuda"

Desde la zona de exclusión, donde no dejan acceder a los medios, Boltes ha grabado vídeos que muestran el desastre. Durante su estancia en la isla, se ha dedicado a repartir comida en el banco de alimentos, ayudar en la evacuación o limpiar ceniza. En definitiva, a ayudar en lo que hiciera falta.

Los palmeros necesitan ayuda económica y voluntariado. "Que no se olviden, más ayuda", insiste Boltes. Le gustaría que todo el mundo aportase su granito de arena.

Encuentras a gente de 50 o 60 años, que son los dueños de la casa, dos personas solas sacando ceniza del tejado, pobres… Es desolador

Cada día, unas 200 personas colaboran en las diferentes tareas que exige la emergencia. Algunos llegan de la península y colaboran, por ejemplo, con Cruz Roja.

Aunque ha habido días de mayor intensidad que otros, la lava en La Palma no ha cesado todavía. El volcán muestra señales de cansancio, pero eso no significa que la erupción haya acabado. Los estragos de la erupción requieren, en realidad, una gestión a largo plazo. La emergencia no ha acabado todavía, por eso los palmeros recuerdan que la ayuda se necesita no tanto en cuanto a número… sino mantenida en el tiempo.