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Consumo alerta de que uno de cada cuatro niños de 3 a 10 años toma bebidas energéticas: "No deberían tener acceso"

  • Garzón quiere regular estos productos, que ingiere más de un 30 % de los adultos y del 60 % de los adolescentes
  • Su exceso de cafeína se asocia con trastornos del sueño, riesgos cardiovasculares y hematológicos

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Un niño bebe de una lata en una imagen de archivo.
Un niño bebe de una lata en una imagen de archivo.

Uno de cada cuatro niños de entre 3 y 10 años consume bebidas energéticas, una prevalencia que se acerca al 30 % en el caso de los adultos, mientras en los adolescentes aumenta hasta el 62 %, según una encuesta elaborada por el comité científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas.

"Estamos hablando de edades que no deberían tener acceso a este tipo de productos por su naturaleza y composición", ha advertido el ministro de Consumo, Alberto Garzón al presentar los "preocupantes" datos del informe. Desde la tribuna, ha avanzado su intención de regular estos productos que pueden suponer un "riesgo" para la salud.

Insomnio, problemas cardiovasculares y otros riesgos

Una persona que tome más de 1,4 miligramos de cafeína por kilo de peso al día puede sufrir insomnio. Si la ingesta se duplica hasta los 3 miligramos, se asocia a riegos cardiovasculares y hematológicos, entre otros, según estudio de la Aesan, que ha registrado un crecimiento "muy importante" del consumo. Sin embargo, ha señalado Garzón, los envases más habituales de bebidas energéticas contienen 32 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros, teniendo en cuenta que hay envases también de 300 y 500 mililitros.

"Hablamos de un tipo de consumo que se hace con desconocimiento de los componentes y características del producto y se suelen equiparar a un refresco normal", ha afirmado el ministro, quien ha aclarado que bebidas energéticas y refrescos son productos diferentes, con lo que hay que explicar los riesgos de un consumo no moderado.

Concretamente, la prevalencia de las bebidas energéticas asciende al 31 % en adultos, al 62 % en adolescentes de entre 10 a 18 años y al 26 % en niños de entre 3 y 10 años, según la encuesta.

Consumo quiere regular para terminar con la "confusión"

Durante la presentación del informe, Garzón ha expresado la intención de su Ministerio de transmitir los riesgos e informar al consumidor de los componentes de estos productos y ha subrayado que el hecho de que bebidas energéticas estén equiparadas a refrescos "retroalimenta esa confusión que existe en el consumidor".

"En complicidad con todo el ecosistema industrial", con los productores y la comunidad científica, Consumo pondrá en marcha un grupo de trabajo con agentes institucionales, sociedad civil y expertos para abordar las medidas necesarias para "regular" un "mercado que está en auge", ha avanzado el ministro.

Las recomendaciones de la AESAN

El informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) incluye una serie de recomendaciones para la Administración y en torno al consumo, que ha explicado la coordinadora y autora del documento, Carmen Rubio.

La Aesan ha incidido en que el término bebida energética no está recogido en la legislación como tal. Por ello, han instado a incluir su definición y límites: los ingredientes que pueden contener, su concentración máxima y posibles combinaciones.

Además, ha recomendado fijar unas dosis máximas de consumo en función del peso de la persona. De este modo, en personas que pesen menos de 50 kilos se aconseja evitar la ingesta de bebidas que contengan más de 32 miligramos por 100 mililitros para evitar alteraciones del sueño.

Por otro lado, la agencia ha apuntado a la necesidad de que las etiquetas de las bebidas energéticas recojan la cantidad de cafeína procedente de todos sus ingredientes y ha planteado una "regulación del contenido máximo" de esta sustancia "tal como han hecho algunos países".

Pero la cafeína no es el único componente para el que la Aesan urge mayor control. En su informe se alerta también de otros principios activos presentes en el ginko -cuya ingesta está contraindicada en el embarazo y la lactancia- y el ginseng -también con riesgo durante el periodo gestante, la infancia y la adolescencia.