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Birmania

Los muertos por la violencia militar en Birmania superan ya los 400 desde el golpe de Estado

  • La del sábado fue la más sangrienta desde que arrancaron las protestas en Birmania contra el golpe de Estado
  • Desde el 1 de febrero, la junta militar ha detenido a cerca de 3.000 personas, incluida la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi

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Cientos de personas de la comunidad de Myanmar en Londres se reunieron para protestar contra las decenas de personas asesinadas por las fuerzas de seguridad de Myanmar y para poner fin al golpe militar.
Cientos de personas de la comunidad de Myanmar en Londres se reunieron para protestar contra las decenas de personas asesinadas por las fuerzas de seguridad de Myanmar y para poner fin al golpe militar.

El número de muertos debido a la violencia militar y policial contra manifestantes y civiles en Birmania (Myanmar) asciende a 423, incluidos menores, ha informado este domingo la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) birmana.

La AAPP ha señalado en un informe que los policías y militares llevaron a cabo el sábado la mayor matanza de civiles desde el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, al verificar la muerte ese día de al menos 90 personas, incluidos seis niños de entre 10 y 16 años.

Sin embargo, reconoce que el número de víctimas mortales "probablemente sea mucho mayor".

El medio Myanmar Now sitúa el número de muertos en al menos 116 durante la jornada del sábado, en la que los soldados mataban en las calles al mismo tiempo que la capital acogía un desfile castrense por el Día de las Fuerzas Armadas.

La mayoría de los países boicotearon el acto, pero Rusia, China, India, Pakistán, Bangladés, Vietnam, Laos y Tailandia enviaron a representantes al desfile, según el medio Asia Nikkei.

Las calles se han convertido en zonas de guerra contra civiles desarmados

La AAPP ha explicado que una niña de 13 años murió en su casa debido a los disparos de las fuerzas de seguridad, mientras que un menor de 16 iba en moto y, sin aviso alguno, fue tiroteado por las fuerzas de seguridad.

"El chico murió por no recibir tratamiento adecuado bajo detención", ha asegurado la asociación, que hace recuento de las víctimas y detenidos por la junta militar en Birmania.

Las muertes del sábado ocurrieron en al menos 40 localidades de las regiones de Rangún, Bago, Magway, Sagaing, Tanintharyi y Ayeryawady, así como en los estados Mon, Kachin y Shan, donde las calles se convirtieron en zonas de guerra contra civiles desarmados.

La APP ha afirmado que los uniformados se llevaban algunos cadáveres, que no devuelven a los familiares para eliminar pruebas, y que también atacaron a periodistas.

Con muchos medios cerrados y la persecución de periodistas, gran parte de la información, fotos y vídeos de la violencia sale a la luz gracias a reporteros que trabajan clandestinamente y de ciudadanos que arriesgan su vida.

Duras condenas por parte de numerosos países

La violencia desatada en la víspera provocó duras condenas por parte de numerosos países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y España, así como de la Unión Europea y la ONU.

"Estoy profundamente conmocionado por la muerte de docenas de civiles, incluidos niños y jóvenes, por las fuerzas de seguridad en Myanmar (...). La violencia militar es inaceptable y requiere una respuesta internacional firme, unificada y decidida", dijo el sábado en un comunicado el secretario general de la ONU, António Guterres.

Sin embargo, la ONG Burma Campaing UK criticó a Guterres por "hacer solo declaraciones sobre lo conmocionado o preocupado que está", en lugar de actuar en el seno de Naciones Unidas.

Los militares tomaron el poder con la excusa de un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la líder depuesta y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y que fueron declarados legítimos por los observadores internacionales.

Desde el golpe, la junta militar ha detenido a cerca de 3.000 personas, incluida Suu Kyi y gran parte de su Gobierno, quienes se encuentran en su mayoría incomunicados.

Estados Unidos sancionó en febrero al comandante del Ejército de Birmania, el general Min Aung Hlaing, quien lideró el levantamiento militar, así como a otros nueve oficiales y a varias empresas vinculadas con las Fuerzas Armadas de ese país