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Coronavirus

La pandemia incrementa las amenazas e insultos a sanitarios de la atención primaria

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Trabajadores sanitarios atienden a un paciente con coronavirus en la UCI del Hospital Cosaga de Ourense. EFE / Brais Lorenzo
Trabajadores sanitarios atienden a un paciente con coronavirus en la UCI del Hospital Cosaga de Ourense.

Con motivo del Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios que se celebra este viernes, la Organización Médica Colegial (OMC) ha presentado un informe que recoge el balance de agresiones sufridas en este año de pandemia por estos profesionales. Un estudio que incide en un crecimiento de los insultos y amenazas producidos en la atención primaria con la mujer como centro de esos ataques. Todo ello pese a que el documento recoge un frenazo del 35 % en las denuncias comunicadas a los colegios, algo que el secretario general de la organización, José María Rodríguez, recuerda que puede deberse a que "no se informa de todas".

2020 cerró con un total de 441 agresiones, una cifra muy por debajo de las 677 de 2019 (dato más elevado de la década) en parte, asegura Rodríguez, por las restricciones derivadas del primer estado de alarma y el confimaniento. La caída confirmada por la OMC sigue la línea descendente confirmada a principios de mes por la Policía Nacional, aunque difiere notablemente con los últimos datos publicados por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que advierten de un incremento del 32 % de ataques en el colectivo.

Mujer profesional de la atención primaria: principal foco de agresiones

El nuevo Observatorio de Agresiones hace hincapié en un preocupante dato que viene siendo habitual en estas publicaciones desde hace cinco años: las mujeres (57 %) reciben más agresiones que los hombres (43 %). Un hecho que el colectivo médico relaciona con que el sector está más feminizado, pero que no oculta otra alarmante situación que indica que tanto en 2019 como en 2020, seis de cada diez agresiones en forma de insultos y amenazas han afectado a trabajadoras.

Otra de las conclusiones relevantes que deja la actualización de las estadísticas del pasado año es el importante aumento de las agresiones registradas en el ámbito de la atención primaria, que crece 11 décimas hasta situarse en el 52 % de los casos. El resto de ataques se reparte entre hospitales (17 %) y los servicios de urgencias de estos departamentos (10 y 9 %, respectivamente).

Insultos y amenazas por discrepancias sobre la atención recibida

Tal vez este año de crisis sanitaria haya provocado la disminución de ataques físicos, sin embargo insultos y amenazas se han repartido en buena proporción las denuncias recibidas. Mientras que el dosier señala que amenazas (42 %) y lesiones (10 %) han bajado el ritmo de otros años, los insultos (48 %) han crecido diez décimas. Aquí también es importante destacar la influencia de la vía telemática, ya que a pesar de que mayoritariamente las agresiones se han dado de forma presencial (71 %), alternativas como la telefónica no se han visto exentas de ofensas (29 %).

Si echamos un vistazo a las causas de estos conflictos, el texto acude las discrepancias en la atención médica como principal fuente de agresiones con un 40 %. Este particular 'podio de la vergüenza' lo completan las diferencias personales (12 %) y el tiempo atendido (11 %).

Andalucía a la cabeza de las agresiones

Por comunidades autónomas, el documento revela un mayor número de agresiones en Andalucía (110), seguida de Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, eso sí, cabe señalar que la incidencia es mayor en otras regiones como Cantabria (4,22) y Extremadura (4,06), superando la media de la tasa acumulada de agresiones, que en España se sitúa en un 1,63 por cada 1.000 colegiados.

Sobre los datos expuestos, la OMC ha querido poner en valor el incremento en lo relativo a asesoramiento y apoyo.“Empezamos con un 29% de médicos asesorados y hoy ese porcentaje ya es del 57%″, subraya el secretario general, Francisco Rodríguez, quien también ha recordado sobre bajas laborales, que se mantiene una línea estable en los últimos años con una ligera subida en 2020 (17 %), respecto a lo recabado en 2019 (15 %) al tiempo que incide en la necesidad de una buena comunicación para seguir avanzando en la erradicación de esta lacra.