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Coronavirus

En taxi, hospital móvil y a baja temperatura: el viaje de la vacuna de la COVID-19 por la España rural

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Una mujer acude al hospital móvil de Navarra para vacunarse contra la COVID-19
Una mujer acude al hospital móvil de Navarra para vacunarse contra la COVID-19

Conseguir que la vacuna de la COVID-19 llegue a todos los puntos de España se ha convertido en un reto para algunas comunidades autónomas, que han tenido que adaptar sus estrategias para continuar con la lucha contra el virus en el ámbito rural.

Allí donde no hay hospitales o grandes infraestructuras, los sanitarios están desplazando las vacunas en neveras portátiles y en taxi, como es el caso de los pueblos de Castilla y León, o administrándolas en unidades móviles, como en Navarra. Otras comunidades como Andalucía, Galicia o Aragón han optado, por su parte, por habilitar puntos de vacunación en los centros de salud rurales, aunque algunos vecinos han denunciado dificultades para desplazarse.

La dispersión geográfica de algunas áreas y el particular modo de conservación de las vacunas exige, en ocasiones, a los sanitarios jornadas maratonianas y una gran capacidad de adaptación. “Ante imprevistos, hay que recalcular la ruta o llamar a la gente de la lista de espera para no desperdiciar las dosis”, cuentan a RTVE.es Paula y Daniel, dos santarios de la provincia de Soria que, aunque aseguran estar cansados por el esfuerzo de la pandemia, volverían a aceptar la misión de vacunar “con los ojos cerrados”. La misma sensación la vive, desde Navarra, Aitor, miembro del equipo de inmunización rural de la comunidad, ya que espera que la vacuna suponga “el principio del fin de la pandemia”.

España comenzó la campaña de vacunación contra la COVID-19 el pasado 27 de diciembre y, desde entonces, se han administrado más de dos millones de dosis de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca/Oxford, lo que implica la inmunización del 2,47% de la ciudadanía. Una cifra aún lejana del objetivo del Gobierno de alcanzar el 70% de la población española vacunada en verano.

Sanitarios en taxi y con escolta para vacunar en Soria

La falta de centros de salud en algunas localidades rurales de Castilla y León han dificultado la atención de los pacientes durante la pandemia, una situación que se replica ahora con el suministro de la vacuna. Ante ello, provincias como Soria han dispuesto un equipo de seis personas encargadas de la inmunización itinerante en el ámbito rural.

De este grupo forman parte Paula y Daniel, dos sanitarios que anteriormente se había dedicado a realizar PRC por los pueblos, a veces incluso puerta a puerta. “En poco tiempo pasamos de los cribados masivos a la vacunación. En mi caso, fui la encargada de poner la primera vacuna de la provincia. Todo el mundo me decía que había hecho historia, pero yo solo sentía que estaba haciendo mi trabajo”, asegura la enfermera.

Desde entonces, ambos han visitado numerosos pueblos de la provincia para administrar la vacuna en residencias y a grandes dependientes. “Hay personas que prácticamente no han tenido contacto con nadie desde que comenzó la pandemia, por lo que con estos equipos se pretende mantener el grupo burbuja y evitar que se tengan que trasladar a los centros sanitarios para recibir la vacuna”, explica Paula.

El día a día de estos enfermeros comienza en el centro de Salud de la Milagrosa donde los grupos de vacunación, generalmente formados por dos o tres personas, recogen el material. "Después vamos al Centro Territorial de Sanidad a recoger los viales de la vacuna, donde se guarda a -80º, en el caso de Pfizer, y se transportan en neveras portátiles con una temperatura entre 2 y 8º. Una vez descongeladas hay que ponerlas en máximo cinco días, por lo que se cuenta previamente con el listado de personas a vacunar y una ruta para optimizar el viaje”, narra esta sanitaria soriana.

En algunas ocasiones, esta planificación es compleja, ya que la vacuna debe moverse lo menos posible. “En cada turno cada grupo trabaja alrededor de una zona de salud, pero hay pueblos que está muy alejados y es complicado llegar hasta allí. En el caso de los grandes dependientes, les llamamos previamente por si pueden acercarse al centro de salud, pero algunos nos dicen que es imposible y entonces tenemos que hacer una ruta dentro del pueblo”, cuenta, por su parte, Daniel.

En cuanto al transporte de los sanitarios, se hace en taxis contratados por la Junta de Castilla y León, reservando "las ambulancias para otras emergencias", explica la directora médica de Atención Hospitalaria y Atención Primaria de Soria, Ana Isabel Tabernero. “Los equipos itinerantes llevan toda la infraestructura para atender cualquier efecto secundario o reacción que se produzca que, afortunadamente, no nos ha ocurrido”. Además, el transporte de la vacuna “se realiza escoltado por la Policía Nacional, cuando se trata de la ciudad de Soria, y de la Guardia Civil cuando se visitan los pueblos de la provincia”.

A lo largo de los días, las reacciones de los pacientes ante la vacuna han ido variando, cuentan los sanitarios. “Al comienzo la gente estaba más asustada y había muchas dudas. Sin embargo, a medida que han ido pasando las vacunaciones, la gente se ha animado bastante. La vacuna está transformando el miedo en esperanza”, celebra Daniel, orgulloso de poder ser parte de esta tarea.

Paula y Daniel, enfermeros en el ámbito rural de Soria

Paula y Daniel, enfermeros en el ámbito rural de Soria

Un hospital desmontable por los pueblos de Navarra

A más de 160 km de allí, en Navarra, se ha optado por implantar una novedosa iniciativa para acercar la vacunación a ocho puntos del ámbito rural: un hospital móvil con capacidad para vacunar entre cien y trecientas personas al día. Se trata de la Unidad Móvil Polivalente Europa Occitania (UMPEO), construido en Toulouse como parte del proyecto de colaboración europeo EGALURG y que tras visitar la comunidad foral durante mes y medio volverá a Francia para apoyar en la vacunación.

Este hospital consiste en una estructura plegada en un contenedor en el que se pueden disponer entre dos y tres equipos de vacunación. Se instala el día anterior a la inmunización en alguna zona del pueblo con acceso a una toma corriente y está en funcionamiento mañana y tarde. En relación al material, este se traslada en otros vehículos, mientras que las dosis llegan en las neveras portátiles para mantener su conservación.

“Se cita a los vecinos que deban recibir la vacuna en el hospital móvil y aquellos que no pueden venir se les acerca en ambulancia. El objetivo es doble: reducir las distancias para recibir la vacuna y evitar el colapso de los centros sanitarios”, afirma el jefe de la unidad de Emergencias y Transporte Sanitario Urgente y miembro del equipo de vacunación de Navarra, Aitor Erice.

Una vez recibida la vacuna, los pacientes deben esperar 15 minutos para detectar posibles reacciones. Para ello, se habilitan salas de espera improvisadas en alguna instalación de los pueblos como las casas de cultura. “Al principio había más incertidumbre, pero ahora mucha gente ya sabe que hay diferentes tipos de vacunas y quiere saber cuál de las tres le estás poniendo”, asevera.

Al igual que muchos de sus compañeros, este sanitario navarro ha acogido con ilusión la llegada de la vacuna. “Ha sido un año muy intenso para nuestro colectivo, con jornadas maratonianas. Estamos agotados mentalmente y, en ocasiones, hasta olvidas tu tiempo personal y estar al lado de los tuyos”, lamenta.

La estrategia que se seguirá en la zona rural una vez que no se cuente con el hospital móvil y avancen los grupos de vacunación, aún está definiéndose, pero se ya se está planteando adaptar nuevos espacios. “Con este virus hemos tenido que adaptarnos sobre la marcha, pero ahora al menos, cada vez que se administra una vacuna, parece que la normalidad queda un poco más cerca”, dice esperanzado.

Galicia y Aragón apuestan por los centros de salud rurales

En cuanto a la estrategia en otras comunidades, Castilla-La Mancha, ha contado con una treintena de equipos para la vacunación en las residencias, muchas de ellas situadas en el ámbito rural. Marisa y Rosario son dos de las sanitarias que se han ocupado de esta tarea que, cada día, les ha llevado a desplazarse hasta 150 kilómetros. En ocasiones, la jornada puede alargarse desde por la mañana hasta las 16:00 o 17:00 de la tarde. "Estoy cansada, pero me agrada que se vacunen y me satisface vacunar yo" , dice Marisa a un equipo de TVE. "Ya no es un quiero o no quiero, es nuestro deber" añade Rosario.

Una vez desarrollada la vacunación en residencias, Galicia, Aragón y Andalucía han optado por habilitar puntos de inmunización en los centros de salud rurales. En la comunidad gallega, concretamente, se comenzó el viernes la inmunización a los mayores de 80 años en ocho centros en los que fueron citadas más de 500 personas. Según fuentes de la Xunta consultadas por RTVE.es, a medida que se siga con este proceso “se establecerán listados de las personas que no puedan desplazarse y se buscarán alternativas”.

En Aragón, la vacunación en el ámbito rural también se concentra, por el momento, en los centros de salud, aunque algunos sanitarios denuncian incertidumbre sobre los pasos a seguir para los próximos grupos. “Ha habido desplazamientos para ir a vacunar a las residencias, pero estamos a la espera de conocer que ocurrirá con los siguientes grupos”, indica Jorge, enfermero de la zona básica de Alcorisa, en Teruel, que agrupa diez municipios.

Críticas en Andalucía por la falta de puntos de vacunación

La incertidumbre también se vive entre los ciudadanos de los territorios rurales de Andalucía. Este es el caso de José, residente en el pueblo almeriense de Líjar y cuyo punto de vacunación más cercano está a unos 15 km. “Hay riesgos a la hora de desplazarse con vecinos o familiares, así que esperemos que se ofrezcan alternativas”, lamenta este hombre de 93 años, que no dispone de vehículo propio. Su mujer, que tiene la movilidad limitada, sí recibirá la vacuna en casa por lo que espera que él y otros vecinos con situaciones similares también pueda recibirla a domicilio.

Las críticas se han sucedido, además, entre los alcaldes de pueblos de Málaga, Huelva y Cádiz, que piden más puntos de vacunación. "Después de casi un año pidiéndoles a los mayores y con enfermedades graves que no se acerquen a los familiares, que guarden las distancias, que eviten visitas, ahora deben realizar un viaje fuera de su municipio para ponerse la vacuna”, ha declarado el alcalde de Frigiliana, Alejandro Herrero, a Europa Press.

Desde la Junta de Andalucía se ha argumentado a RTVE.es que "la vacuna implica una gran dificultad logística" y, por ello, no se ha dispuesto hasta ahora puntos móviles para la inmunización en el ámbito rural. Sin embargo, ya "se está planteando la utilización de las unidades de cribados masivos", desplegadas por las ochos provincias andaluzas para acelerar el procedimiento de vacunación.

Alerta de fraudes en el ámbito rural con las vacunas de COVID-19 

La Policía Nacional y la Guardia Civil han alertado en las últimas semanas de intentos de estafa a personas mayores y residencias con respecto a la vacuna de la COVID-19.

En estos casos, la directora médica de Atención Hospitalaria y Atención Primaria de Soria, Ana Isabel Tabernero, recuerda que la vacuna aún se está administrando solo a grupos determinados y estos serán notificados previamente por los equipos de inmunización o los centros de salud.

"Las dosis se administran de manera gratuita y los sanitarios nunca piden que se les confirmen datos bancarios o contraseñas. Ante cualquier duda los pacientes deben contactar con su centro sanitario habitual, donde le explicarán el protocolo", indica Tabernero.