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EE.UU. endurece sus restricciones a Huawei y limita aún más su acceso a los microprocesadores

  • Ha agregado a 38 filiales de la compañía a la lista de entidades que pueden suponer una amenaza para la seguridad nacional
  • Huawei es considerada por Washington un brazo del ejército y del Partido Comunista Chino

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Una mujer utiliza su teléfono móvil frente al logo de Huawei
Una mujer utiliza su teléfono móvil frente al logo de Huawei

Estados Unidos sigue intensificando las presiones sobre Huawei, una de las empresas tecnológicas chinas de más proyección internacional y considerada por Washington un brazo del ejército y del Partido Comunista Chino (PCC), al imponer nuevas restricciones que dificultan la capacidad de la compañía para conseguir microprocesadores.

Las medidas adoptadas este lunes impiden que microprocesadores u otros componentes producidos por otras empresas pero realizados en parte o totalmente con software o hardware estadounidense sean adquiridos por Huawei.

En la práctica, esto supone que los principales productores de chips de Europa y Asia, como la holandesa NXP Semiconductors, la taiwanesa MediaTek o la coreana Samsung Electronics, solo pueden vender sus productos a Huawei si Estados Unidos lo autoriza.

Además, ha agregado a otras 38 filiales de Huawei en 21 países de todo el mundo a la 'lista negra' de entidades que pueden suponer una amenaza para la seguridad nacional de la potencia norteamericana y a las que se les exige el requisito de contar con una licencia para todos los artículos sujetos a la regulación de exportaciones.

EE.UU. considera a Huawei "un brazo" del PCC

"La Administración Trump considera que Huawei es un brazo del Estado de vigilancia del Partido Comunista Chino (PCC) y hemos tomado medidas en consecuencia", ha señalado en un comunicado el secretario de Estado de EE. UU., Michael Pompeo, quien ha indicado que las decisiones adoptadas respecto de la compañía china buscan "proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos, la privacidad de los ciudadanos y la integridad de la infraestructura 5G de la influencia maliciosa de Pekín".

De este modo, el Departamento de Estado ha expresado su firme apoyo a la ampliación de las restricciones aplicadas a Huawei por parte del Departamento de Comercio, que evitará que Huawei esquive las leyes de estadounidenses a través de la producción y el suministro de chips producidos con herramientas adquiridas a EE. UU., después de que la compañía china haya intentado "evadir continuamente" el veto más limitado implementado desde el pasado mes de mayo.

El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, ha señalado en un comunicado que "Huawei y sus afiliados extranjeros han aumentado sus esfuerzos para obtener semiconductores avanzados desarrollados o producidos con software y tecnología estadounidense para cumplir los objetivos del Partido Comunista Chino (PCC)".

"Esta acción con múltiples frentes demuestra nuestro continuo compromiso para dificultar la capacidad de Huawei" de dañar la seguridad e intereses de política extranjera de Estados Unidos, ha añadido Ross.

Una guerra comercial de largo recorrido

La presión no cesa desde mayo de 2019, cuando la Administración Trump incluyó a la empresa de telecomunicaciones china en la lista de entidades que pueden suponer una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.

La medida cortó el suministro de software y hardware producido por empresas estadounidenses al gigante chino, conocido por los consumidores por sus teléfonos móviles de precio competitivo pero que también se ha convertido en uno de los mayores productores del mundo de los equipos de telecomunicaciones que componen las redes de telefonía.

Con anterioridad, en diciembre de 2018, Washington ya había abierto otro frente contra la empresa al solicitar a Canadá el arresto y extradición de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, a la que acusa de fraude bancario para evadir las sanciones comerciales impuestas contra Irán.

Meng, hija del fundador de la compañía y una de las mayores fortunas de China, está en libertad bajo fianza en Canadá a la espera de que los tribunales del país resuelvan si es extraditada a Estados Unidos. Desde entonces, Washington ha montado una campaña sin descanso contra Huawei.

En el campo diplomático, presiona a diario a sus aliados para que prohíban la instalación de los equipos de Huawei en las redes de telecomunicaciones nacionales, especialmente las nuevas de tecnología 5G. Y en el terreno tecnológico, EE. UU. intenta que la compañía china se quede sin los preciados microprocesadores y otros componentes de alta tecnología que integra en sus productos.

La semana pasada, la revista Caixin anunció que Huawei dejará de producir su marca de procesadores Kirin, que utiliza en la mayoría de sus smartphones y tabletas actuales, desde el próximo 15 de septiembre debido a las sanciones de Estados Unidos, que prohíben la colaboración de empresas estadounidenses de chips con Huawei.