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Coronavirus

El coronavirus también pone a prueba al periodismo: informar sin pisar la calle

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Periodismo en calles vacías: la información en tiempos de confinamiento

El periodismo es "andar y contar", decía Manuel Chaves Nogales, pero lo primero se hace difícil cuando el confinamiento y la limitación de movimientos por la pandemia del coronavirus alejan a los seres humanos de la calle y del contacto entre las personas.

¿Es el fin del periodismo? No, es otra transformación.

José Luis Paniagua (@josel_paniagua​), jefe de la oficina de la Agencia EFE en El Cairo (Egipto), explica que "nosotros en esta zona cubrimos desde protestas hasta campo de refugiados. Tenemos corresponsales en zonas de guerra. Obviamente a un campo de refugiados ahora no se accede. Primero, porque no es recomendable desde el punto de vista sanitario; pero también porque el acceso está muy restringido en la medida en que cualquier persona que venga de fuera del campo de refugiados puede convertirse en un potencial foco de contagio".

Según este periodista, el repliegue no ha mermado, sin embargo, la producción. Simplemente se trabaja en otro sentido.

Incremento de las entrevistas y los análisis en cuestiones de fondo

"La falta de coberturas sobre el terreno no ha implicado una reducción de la calidad de la información", afirma Paniagua: "por el contrario, creo que la información sale muy bien sustanciada. Hacemos muchísimas más entrevistas, trabajamos más las cuestiones de fondo y creo que, en general, el trabajo se está poniendo en mucho valor".

Un policía egipcio con mascarilla en la ciudad de Guiza.

En el caso concreto de Oriente Próximo, se da una circunstancia adicional, explica Paniagua: "Aquí hay muchos gobiernos que ven el tratamiento de la información relacionada con el coronavirus como una cuestión de seguridad nacional, y eso les está haciendo ser muy celosos en la información que ellos mismos difunden y en el acceso que dan a la información, así como en el tratamiento a los periodistas".

"Hace unas semanas, una agencia internacional fue suspendida temporalmente en Irak; aquí en Egipto, una periodista del periódico The Guardian fue también suspendida y le retiraron la credencial. Toda esta situación está poniendo un extra de presión sobre los periodistas y sobre la libertad de prensa, sin ningún tipo de duda. Y eso hace nuestro trabajo mucho más complicado en el día a día", añade Paniagua.

El caso de Brasil

La presión sobre los medios de comunicación convencionales ha sido una de las marcas de Jair Bolsonaro. El presidente de Brasil ha reforzado esos ataques, dado el cuestionamiento que genera su estrategia con respecto al COVID-19.

Para la periodista Aline Piva (@alinecpiva​), del medio Nocaute FM, "Bolsonaro viene atacando muchísimo a la prensa, pero también Donald Trump. En otras partes del mundo había ya una tendencia de ataque al periodismo digamos de los medios masivos, del periodismo más común y corriente. Eso creo que nos da una oportunidad para, especialmente, nosotros periodistas independientes de tener más espacio, de poder hablar más con la sociedad".

La tecnología, asegura Piva, ayuda a mantener el contacto con la sociedad, aunque reconoce que la falta de contacto directo "va a impactar muchísimo en nuestra labor como periodistas", aunque cree que "uno de los desafíos más grandes que tenemos en este momento en Brasil, es poner un contrapunto a la narrativa del presidente Jair Bolsonaro".

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, usando una mascarilla durante una rueda de prensa.

Según explica la reportera brasileña, "al igual que Trump y otros presidentes de gobiernos autoritarios, Bolsonaro intenta que la gente ya no crea en los medios de periodismo y busque otras fuentes de información. Especialmente, la información que les llega por Whatsapp".

Por un lado, explica Piva, "hay mucha gente que, al quedarse en casa, no tiene más alternativa que recurrir a los medios masivos. Y los medios en Brasil ya están abandonando su apoyo a Bolsonaro". De ahí vendría el redoble de ataques del presidente a los grandes periódicos y televisiones. Y eso, asegura Piva, abre una alternativa: "Creo que fortalecer a los medios independientes y atraer a la gente para que busquen medios confiables de información debe ser uno de los objetivos que tenemos como periodistas en este momento".

Coincide en este punto con Paniagua, para quien "el periodista es un contrapunto y un vigilante de que lo que sucede". En ese contexto, lógicamente los ataques que veníamos experimentando contra la prensa desde hace muchísimo tiempo han encontrado un nivel adicional. Por eso, opina, "el periodista tiene que ser mucho mejor cada día", aunque no pueda pisar la calle.