Enlaces accesibilidad

La adolescencia, aislada dentro del aislamiento: "Ahora no salimos de la habitación"

Por
La adolescencia es una etapa vital muy compleja en la que el contacto físico y las relaciones personales son aún más importantes
La adolescencia es una etapa vital muy compleja en la que el contacto físico y las relaciones personales son aún más importantes.

La adolescencia es una etapa vital marcada por una compleja transformación individual. Las emociones están a flor de piel, las hormonas bullen y las relaciones de amistad se convierten en el único refugio donde encontrar comprensión frente a los dilemas del día a día.

Por eso, muchos adolescentes viven el confinamiento con una mayor frustración que los niños. Pasan la mayor parte del día en sus habitaciones -"aislados dentro del propio aislamiento"-, asumen una gran carga de tareas lectivas y se apoyan en la pantalla del teléfono móvil para paliar una falta de contacto físico que, aseguran, está afectando a su estado anímico.

Sin embargo, las medidas que el Gobierno plantea aprobar este martes en relación con la salida pautada de los niños pondrán el límite, a priori, en los 12 años, así que los chicos y chicas entre 13 y 18 años podrían quedar en el limbo dentro de esta primera desescalada.

"Antes, si te agobiabas, podía salir con los amigos a despejarte"

“Nosotros estábamos acostumbrados a ver todos los días a nuestros amigos en el instituto y esta situación nos ha quitado gran parte de nuestra vida porque ahora no salimos de la habitación”, explica a RTVE.es Marta, una joven de 17 años que admite que este encierro forzoso está siendo duro para su grupo de amigos.

Ella vive en un pueblo de Granada y tiene la suerte, dice, de tener una perrita a la que sacar a la calle, pero esos paseos "de cinco minutos" no oxigenan su mente como lo hacían las quedadas con amigos.

Lo que Marta hace algunas veces, relata, es avisar a una amiga que vive en la calle de al lado para poder hablar unos minutos en la distancia. Cada una se queda en una acera y así, al menos, pueden compartir una mínima conversación ‘cara a cara’.

La mayoría de mis amigos no salen nada y a todos nos está afectando mucho porque normalmente si te pasa algo o estás mal no se lo cuentas a tu madre. Estamos acostumbrados a que sean los amigos los que lo solucionen y antes cuando te agobiabas en casa podías salir con ellos y despejarte”, confiesa la joven, que asegura estar la mayor parte del tiempo haciendo trabajos para clase y estudiando para las pruebas de acceso a la universidad.

Pensábamos que iba a ser algo supercorto y que algunos días podríamos quedar

El exceso de tareas durante este periodo es algo que también agobia a Elena, una estudiante de 16 años que reside en la provincia de Málaga, aunque lo que peor lleva, igual que Marta, es no poder ver a sus amigos.

"Todos pensábamos que iba a ser algo supercorto y que algunos días podríamos quedar. Ahora todo el mundo está muy cansado. Ni siquiera apetece hacer videollamadas. Incluso me pasa con mi familia, que ya no me apetece tanto contar cosas y hablar siempre del mismo tema", revela Elena.

"Nos hemos quedado sin graduación, sin viaje de fin de curso y sin festivales"

Su generación, asegura, es muy consciente de que, comparados con "los problemas que hay afuera" los suyos son irrelevantes, pero lamenta que los adultos y los políticos no estén dándose cuenta del esfuerzo que están haciendo.

"Sabemos que comparado con los problemas que hay afuera son tonterías pero nos afecta"

"Nos hemos quedado sin graduación, sin viaje de fin de curso, sin varios festivales de música a los que íbamos a ir este verano... Esta es la etapa de la vida en la que, lo típico, puedes hacer más cosas. Y nos hemos metido todos en casa y simplemente lo hemos aceptado", añade la joven, que cree que "no es justo que algunos tengan derecho a salir" y ellos se estén "aguantando".

También Marta agradecería que las nuevas medidas del Gobierno para que los niños puedan salir a la calle de manera pautada se extendieran finalmente a quienes tienen más de 12 años: “Nos vendría bien salir a veces, aunque es verdad que muchos tampoco saldríamos mucho porque para pasearnos solos…”, reflexiona.

Los expertos dudan que los adolescentes deban salir igual que los niños

En este sentido, varios expertos en psicología y docentes consultados por RTVE.es admiten la dificultad que supondría garantizar que los adolescentes cumplen con las normas en la calle, suponiendo que ellos también pudieran salir de manera pautada.

“¿Cómo controlas que sean salidas por necesidad psicológica y no una excusa para saltarse las normas? Yo entiendo que se permita a grupos de niños más pequeños porque es más sencillo de controlar, pero con adolescentes es diferente", apunta Marta Yesa, experta en Psicología de la Educación.

Tampoco lo tiene "nada claro" Óscar Martínez, profesor de ciclos de formación de grado medio y superior y tutor de un centenar de alumnos. Entre ellos, numerosos adolescentes menores de edad.

"A esta edad les hierve la sangre, son muy movidos y no sé si algunos intentarían quedar con los amigos"

"El problema es hasta qué punto son responsables de seguir las pautas. A esta edad les hierve la sangre, son muy movidos y no sé si algunos intentarían quedar con los amigos y saltarse las normas. Además, si ya a nosotros ya nos cuesta, a un chaval de estas edades que tiene un sentimiento de amistad como mucho más exagerado no sé si le vendría bien o sería incluso peor”, apunta el docente.

Más tajante se muestra la psicoanalista Magdalena Salamanca, especializada en terapia con adolescentes: "Ellos quieren salir a relacionarse. Salir para dar un paseo no les interesa. Lo que van a intentar es encontrarse clandestinamente y eso en este momento es peligroso porque se ha demostrado que solo el aislamiento sirve para luchar contra este virus".

Como profesionales, también ellos perciben el impacto emocional que tiene el confinamiento en los jóvenes, especialmente en quienes no tenían antes del estallido de la pandemia unas aficiones que poder seguir nutriendo desde casa, como pueden ser la lectura, la música o el deporte.

Están confundidos con los mensajes de los medios porque de manera oficial nadie se está dirigiendo a ellos

“Les está afectando mucho. No saben bien cómo encontrar explicación en lo que está pasando. También están confundidos con los mensajes que llegan desde los medios porque de manera oficial nadie se está dirigiendo a ellos. Se dirigen a los adultos o a los niños más pequeños”, señala Martínez, que, al igual que Yesa, percibe que los jóvenes se encuentran ahora más tristes e irascibles.

"Mi hijo vive en su habitación"

Tampoco es fácil para los padres ayudar a sus hijos en esta etapa porque a los problemas habituales que afloran con la adolescencia se suman los derivados unas circunstancias totalmente nuevas.

"Mi hijo vive en su habitación, que solo está preparada para dormir. Tiene otras habitaciones para estudiar, pero no hay manera. Habla mucho con sus amigos, juega con el teléfono y sé que está desesperado, aunque no lo demuestra", explica Elena, madre de un chico de 17 años que "antes no paraba en casa" y que ahora se encuentra doblemente confinado.

Como ella, la mayoría de padres pasan ahora más tiempo con sus hijos en casa, pero esto no siempre favorece la comunicación familiar. Si bien los niños más pequeños reciben con entusiasmo contar con una mayor atención por parte de sus progenitores, muchos adolescentes y preadolescentes se sienten ahora más acorralados que nunca.

"Está generando en muchos jóvenes un aislamiento sobre el propio aislamiento"

"Las diferencias generacionales se van a agudizar. Yo a los chicos que estoy tratando les aconsejo que mantengan conversaciones con su familia pero normalmente no quieren. Los padres están descartados en esta etapa y además les piden hacer tareas como mantener la habitación limpia, de las que no quieren saber nada", afirma Salamanca, quien subraya que la situación está generando en muchos jóvenes un "aislamiento sobre el propio aislamiento".

El encierro podría perjudicar a su salud sexual

Por esa razón, esta psicóloga pide a los padres que se encuentren confinados con adolescentes que aprendan a entenderlos: "No son caprichosos, sino que están en un proceso de transformación sexual que es muy fuerte y tienen que entender que sus intereses están puestos en otros lugares. No les podemos pedir que se interesen por lo mismo que un adulto porque tienen todas las hormonas enloquecidas", sostiene.

Lo ideal en estos momentos, recalca, es que los padres tengan paciencia, que establezcan una comunicación constructiva y, sobre todo, que no "vuelquen" toda la frustración que ellos sienten sobre sus hijos.

Tendrían que estar empezando a descubrir su sexualidad de forma abierta y lo están haciendo de manera cerrada

Por otra parte, Salamanca también alerta de que esta situación de encierro podría ser también perjudicial para su salud sexualidad.

"Toda esa líbido debería estar puesta en relacionarse con otros compañeros. Tendrían que estar empezando a descubrir su sexualidad de forma abierta y lo están haciendo de manera cerrada, a través de internet. Esto va a generar una satisfacción muy hedonista y muy primitiva, y quizá después a muchos les puede costar más empezar a relacionarse", advierte la psicóloga.

Considera que lo más importante ahora es que los adolescentes "aprendan a vivir en el aislamiento" y puedan relacionarse de manera sana con quienes tengan cerca y con quienes estén al otro lado de la pantalla.