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Los republicanos, a un paso de bloquear nuevos testigos y concluir el 'impeachment'

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Los republicanos, a un paso de bloquear nuevos testigos y concluir el 'impeachment'

Un "peligro sin precedentes", un juicio "interminable"... La batalla política por la declaración de nuevos testigos en el impeachment a Donald Trump se ha recrudecido este jueves en el Senado de Estados Unidos. Mientras los demócratas presionaban a los senadores para prolongar el juicio y llamar al exasesor de Seguridad John Bolton a declarar, los republicanos presumían de contar con los apoyos para frenarlo. Trump está acusado de abuso de podery obstrucción a la justicia por presuntamente presionar al presidente ucraniano para investigar a Joe Biden, su principal rival político, pero podría ser absuelto en menos de 24 horas en el juicio político más corto de la historia.

El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, llegó a reconocer el martes que no tenían asegurado el voto en contra de testigos de sus 53 senadores -la moción requiere mayoría simple-, pero en las últimas horas, las filas del partido de Trump se han mostrado mucho más confiadas. Y por si acaso, los senadores se han encargado de formular preguntas favorables a sus tesis: en contra de Joe y Hunter Biden, de un juicio que "perjudica" las elecciones y con un nuevo intento por desvelar la identidad del denunciante anónimo que desató el escándalo ucraniano por el que se juzga al presidente.

Mientras, los demócratas no tiraban la toalla y lanzaban una oferta para persuadir a los cuatro senadores más moderados que en los últimos días han dado cuenta de su indecisión en público. El fiscal jefe, Adam Schiff, ha propuesto prolongar el juicio una semana más para tomar declaración a los nuevos testigos, el mismo tiempo que en el impeachment a Bill Clinton. Los interrogatorios se harían a puerta cerrada para no interferir en la actividad habitual de la Cámara. El juicio se reanudaría después con las conclusiones y la más que previsible absolución de Trump: los 47 senadores del caucus demócrata carecen de los 20 votos necesarios para destituir a un presidente por primera vez en la historia de Estados Unidos.

La Casa Blanca intenta frenar el libro de un exasesor que podría complicar el 'impeachment' a Trump.

El abismo del empate y la decisión de Roberts

Con el reloj en contra, todas las miradas se posan sobre los cuatro senadores republicanos que podrían romper con la disciplina de voto. Lisa Murkowski (Alaska), Mitt Romney (Utah), Susan Collins (Maine) y Lamar Alexander (Tennessee) tienen la llave del futuro de la política inmediata en Estados Unidos. Alexander ha anunciado a última hora que votará en contra; Collins lo hará a favor y Murkowski y Romney ya han insinuado que comparten la necesidad de prolongar las pesquisas. La propia Murkowski ha preguntado por qué no habría de llamarse a Bolton, una de las pocas personas que podría arrojar luz sobre el inicio de la trama ucraniana: "Esta disputa sobre los hechos materiales va en favor de llamar a testigos adicionales que tengan conocimiento directo".

Esta disputa sobre los hechos materiales va en favor de llamar a testigos adicionales que tengan conocimiento directo

Así las cosas, los demócratas se han centrado en traer a colación el caso a la mínima oportunidad. Creen que de lo contrario, el juicio no será justo, ni tampoco la absolución de Trump. "Si no se permiten testigos, estaremos sentando un peligroso precedente. [...] La mayoría de Estados Unidos quiere escuchar a John Bolton", ha dicho Schiff. El congresista californiano también ha advertido de una anécdota "increíble pero cierta": que un abogado del Departamento de Justicia les haya remitido a abrir un juicio político como alternativa a las citaciones rechazadas por la Casa Blanca.

De este modo, la única esperanza para los demócratas es que esta desemboque en un empate técnico 50-50. En ese caso, los demócratas confían en que el presidente del Tribunal Supremo que preside el juicio, John Roberts, decida la mayor, a pesar de que no está obligado por la Constitución. Lo más probable, a priori, sería que el rechazo de Roberts a participar terminara inclinando la balanza a favor de los republicanos.

[Consulta toda la información del juicio político]

Los republicanos tienen prisa y quieren zanjar el asunto cuanto antes, ya que la mayoría de senadores cree que ya han oído suficiente. Según la defensa, la petición demócrata "contradice directamente su caso" porque llevan semanas pidiendo la destitución de Trump en base a las "abrumadoras" pruebas de sus delitos. "Si esa es su postura, ¿por qué necesitan más testigos o pruebas?", se ha preguntado el abogado Patrick Philbin.

Los demócratas persiguen desde hace tiempo la declaración de Bolton, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, o el secretario de Estado, Mike Pompeo. Y ante esta amenaza, los republicanos contraatacan: querrían llevar al estrado a Joe Biden, Hunter Biden y al propio delator.

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El anonimato del denunciante eleva la tensión

La identidad del denunciante anónimo que destapó la trama ha provocado el enfado de Schiff cuando Roberts se ha negado a leer una pregunta del republicano Rand Paul que también fue desechada el miércoles. Inmediatamente, el senador ha ofrecido una rueda de prensa para explicar que preguntaba por la relación de dos trabajadores de la CIA con Barack Obama y una posible conspiración a favor del impeachment.

No creo que ninguno de nosotros hubiera imaginado una circunstancia en la que un presidente anterior al actual llama al denunciante traidor y espía

La identidad del supuesto agente de la CIA según la prensa estadounidense es un secreto a voces en Washington desde octubre. Trump y su partido lo nombran y amenazan en cuanto pueden, a pesar de que el acusado no ha intentado siquiera negarlo. "Están amenazando no solo al denunciante, sino a todo el sistema", ha advertido el fiscal demócrata, que ha reprochado a los republicanos que pusieran en peligro su vida al pretender nombrarlo en un juicio televisado.

El delator, una figura supuestamente protegida por la ley en EE.UU..

Schiff ha ido más allá al advertir de las consecuencias que tendría nombrarlo: "No creo que ninguno de nosotros hubiera imaginado antes de esta presidencia una circunstancia como esta, en la que un presidente anterior al actual llama al denunciante traidor y espía y amenaza con castigarlo como se hacía antaño con los traidores", ha advertido. Y aun así, la defensa ha seguido presionando para conocer cuándo se formuló la denuncia o cuántas veces se reunió con la acusación.

Ante este ajustado ambiente, el juicio político podría llegar a su fin este viernes por la noche o el sábado por la mañana, ya que los demócratas han amenazado con una estrategia para garantizar que el juicio no concluya inmediatamente. Gane quien gane, la volatilidad de un acontecimiento histórico de este calibre amenaza con marcar la campaña electoral de uno y otro bando.