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Nuevas denuncias de abuso sexual a pocos días del encuentro entre obispos y el Vaticano para investigar a la Iglesia

  • Justicia ha solicitado a la Conferencia Episcopal los historiales y a Fiscalía, las diligencias abiertas en los tribunales
  • Dos párrocos de Tarragona han presentado su renuncia tras conocer que estaban siendo investigados
  • Fiscalía de Bizkaia ha recibido denuncias contra un sacerdote vinculado a los 'scouts' y a un exprofesor de los Salesianos

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El padre Francisco en una imagen de archivo en febrero de 2019
El padre Francisco en una imagen de archivo en febrero de 2019

A menos de quince días de la reunión convocada por el papa para tratar sobre el abuso sexual a menores, los obispos españoles se enfrentan a un goteo de nuevas denuncias. Este sábado, cientos de personas se han concentrado ante el Arzobispado de Tarragona para protestar y expresar su rechazo a estos hechos. La concentración ha sido convocada por las redes sociales bajo el lema "La canalla no es toca" (las criaturas no se tocan), después de que salieran a la luz los abusos a menores cometidos por el ex párroco de Constantí (Tarragona), ya fallecido, e investigaciones sobre otros casos en los que están implicados los rectores de Constantí (Tarragona) y Arbeca (Lleida), que han cesado en sus cargos.

Durante la concentración, los manifestantes, que han exigido que la Iglesia actúe con "contundencia" y "transparencia, han leído una carta de una víctima anónima que ha relatado los abusos que sufrió cuando era menor, hace varias décadas. "No podemos permitir que se lleve a un mosén de un país a otro y que se le cambie de parroquia y que siga pasando lo mismo, la sociedad está harta", ha declarado Cinta Oliván, una de las promotoras de la protesta. Los asistentes han pegado en la fachada del palacio episcopal de Tarragona algunos carteles en los que se podía leer: "basta impunidad".

Una situación que avanza sin retorno

La gravedad de la situación ha llevado a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, a solicitar a la Conferencia Episcopal Española (CEE) las investigaciones internas y procedimientos abiertos por abusos y agresiones sexuales. También dicen haber pedido a Fiscalía General del Estado las diligencias abiertas en los tribunales por delitos cometidos en el seno de congregaciones, colegios y otras instituciones religiosas.

La CEE, sin embargo, ha negado haber recibido solicitud alguna de Justicia. Ha subrayado que las instituciones eclesiásticas han puesto en manos de la Santa Sede y las autoridades judiciales españolas "los casos de los que han tenido conocimiento".

Entre los últimos casos denunciados se encuentran el de dos párrocos de la archidiócesis de Tarragona. Ambos han presentado su renuncia tras saber que les estaban investigando. Se trata de Josep Maria Font, actual párroco de las localidades leridanas de Arbeca, Maldà, Belianes, Omellons y Rocafort de Vallbona. El otro sacerdote es Xavier Morell, párroco de Constantí y La Canonja.

'¿Ese mal momento de la vida?'

Y en medio de la polémica, el arzobispo de Tarragona, Jaume Puyol, se ha refirido a los abusos a menores cometidos por sacerdotes de su diócesis afirmando que "hay personas que tienen este mal momento en la vida, que los lleva a hacer algo que después quizás se arrepentirán".

Hay personas que tienen este mal momento en la vida, que los lleva a hacer algo que después quizás se arrepentirán

A estos casos se suma la denuncia de una decena de personas contra el padre Andreu Soler, monje de la abadía de Montserrat, responsable del movimiento escultista durante cuarenta años, en los que estuvo en contacto con menores.

El abad de Montserrat, ha pedido perdón por los abusos sexuales y se ha comprometido a "aclarar" lo sucedido. La comunidad benedictina ha abierto una comisión formada por una psicóloga, un médico y una abogada que ya ha comenzado a tomar testimonio para elaborar un dictamen sobre las denuncias, pero las víctimas consideran que deberían ser profesionales independientes, no vinculados a la iglesia, quienes escucharan sus declaraciones.

Las víctimas necesitan mucho tiempo para poder verbalizar los abusos

Tal y como ha explicado Miguel Ángel Hurtado, la primera persona que ha denunciado al sacerdote de Montserrat, la mayoría de los casos tuvieron lugar entre los años 70 y 80. "Las víctimas necesitan mucho tiempo para poder verbalizar los abusos" y quienes se han atrevido a contarlo tienen entre 40 y 50 años. Por eso, cree que las denuncias públicas solo acaban de empezar.

Movimientos en busca de justicia

El defensor del Pueblo catalán, Rafael Ribó, ha anunciado la creación de un protocolo para garantizar que, en los entornos religiosos donde se hacen actividades con niños, se pueda prevenir cualquier abuso. El Obispado de Girona ha anunciado también la puesta en marcha de una comisión diocesana para investigar los casos cometidos durante más de treinta años por el párroco del municipio de Vilobí d'Onyar, Tomàs Pons. Según el diario Ara, Pons habría abusado durante 33 años de diversos menores. Abusos de los que el Obispado dice "no tenía constancia".

Para hacer frente a estos casos, la Iglesia ha aplicado la normativa dictada por el papa Francisco de "transparencia, apoyo a las víctimas, búsqueda de la verdad y aplicación rigurosa del Derecho Canónico para castigar a los culpables". Pero dentro de la comunidad religiosa también han surgido opiniones que critican "la falta de contextualización" en los medios y aducen que se trata de casos que suponen sólo un 3% del total de abusos a menores que se dan en la sociedad. La mayoría, en el ámbito familiar.

"Sabemos que los casos de abusos a menores por religiosos son más sabrosos para los medios que los cometidos en familias, escuelas o actividades deportivas, pero si la Iglesia ha de ser cabeza de turco para erradicar los abusos y que toda la sociedad reflexione, bienvenida sea", ha comentado un religioso que reconoce que "la Iglesia ha cometido muchos errores, pero también ha hecho muchas cosas buenas".

Bizkaia pide a la Iglesia respuestas

La Fiscalía de Bizkaia ha registrado recientemente una querella por cuatro delitos de abusos contra un presbítero que mantenía una estrecha relación con los scouts de Bizkaia. Ya había sido apartado de sus funciones por el Obispado de Bilbao con el argumento de tener "comportamientos inadecuados contra la libertad sexual".

Este caso sucedido en el País Vasco se suma a las denuncias contra un exprofesor del Colegio de los Salesianos del barrio de Deusto, en Bilbao, presentadas por una veintena de exalumnos, víctimas de abusos sexuales y físicos, a finales en los años 70 y 80.

Decenas de personas han respaldado en Bilbao a las víctimas en una concentración "contra la impunidad", donde se ha pedido a la Iglesia vasca "que se posicione" sobre este escándalo de abusos a menores, el de mayor dimensión hasta la fecha en el País Vasco.