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Una cena benéfica solo para hombres desata la polémica en Reino Unido por las acusaciones de acoso a las azafatas

  • El Financial Times destapa el comportamiento de algunos invitados a la gala
  • Las azafatas fueron manoseadas y recibieron comentarios lascivos
  • El organizador de la cena y asesor del ministerio de Educación ha dimitido

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Una cena benéfica solo para hombres desata la polémica en Reino Unido por las acusaciones de acoso sexual a las azafatas - 24/01/18

El President's Club es un evento benéfico que lleva celebrándose desde hace más de 30 años. Por él han pasado altos ejecutivos de grandes empresas, magnates, políticos o famosos televisivos, y siempre todos hombres. El Financial Times no revela quien asistió el pasado jueves a esa cena de gala, posiblemente por razones legales. Pero sí cómo se comportaron muchos de ellos esa noche a partir de la experiencia de dos reporteras del diario haciéndose pasar por azafatas.

A lo largo de la velada tanto ellas como algunas de sus compañeras fueron manoseadas por invitados. Tuvieron que escuchar comentarios lascivos, recibieron invitaciones para subir a habitaciones. La agencia que las contrató las obligaba llevar vestidos ceñidos y ropa interior negra, y las reprendía si no hablaban con los invitados o pasaban demasiado tiempo en el baño.

El evento recaudó más de 2 millones de libras para causas benéficas, entre ellas un hospital infantil. Los invitados pujaban por diferentes lotes, entre ellos una operación de aumento de pecho para las esposas de los invitados.

La información del Financial Times ha sido letal para el President's Club, que ha anunciado que ya no celebrará más eventos benéficos. Su máximo responsable ha dimitido como asesor del ministerio de Educación, y el secretario de Estado para la Infancia está en la cuerda floja porque asistió al evento, aunque asegura que estuvo muy poco tiempo y se marchó en cuanto vio el rumbo que seguía la velada.

También es significativo que la denuncia provenga del diario preferido de las élites mundiales. Señal, quizá, de que el acoso sexual va a ser cada vez menos tolerado en el mundo financiero.