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Elecciones EE.UU. 2016

Trump apuesta por "recuperar la grandeza de EE.UU." pero su estrategia económica es una incógnita

  • La incertidumbre inquieta a los mercados y no se conoce su equipo económico
  • Los analistas confían en que las cámaras frenen sus propuestas más polémicas
  • De momento, defiende el proteccionismo y las barreras contra la inmigración
  • Planteó revisar algunos tratados internacionales de libre comercio

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Un seguidor republicano con un lema de campaña de Trump: "Recuperar la grandeza de EE.UU."
Un seguidor republicano con un lema de campaña de Trump: "Recuperar la grandeza de EE.UU.".

La victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU. abre un escenario de incertidumbre en la economía mundial. Las particularidades de su candidatura hacen que no se conozca su equipo económico y que, una vez terminados los eslóganes de campaña, los analistas no tengan clara cuál va a ser su política real. En su discurso de ganador, ha afirmado que va a "duplicar el crecimiento de Estados Unidos" y que tiene "un plan económico" sin concretar más.

Los mercados habían apostado claramente por Hillary Clinton, la favorita de Wall Street, por lo que se abre un escenario de volatilidad a corto plazo. Las Bolsas asiáticas se han desplomado más de un 5% en el caso de Tokio y los parqués europeos caían en la apertura. Para el profesor de Economía Internacional de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Josep Lladós, se trata de "la típica sobrerreacción de los inversores financieros".

Lladós: Los anuncios económicos de Trump durante la campaña son barbaridades

Este experto señala a RTVE.es que Estados Unidos marca tendencia y que Trump ha hecho bandera de la antiinmigración, el proteccionismo y el cuestionamiento del cambio climático lo que es "especialmente preocupante con una crisis económica y política en Europa que tiene que lidiar con el Brexit en un momento bastante difícil". La posición europea también se vería debilitada si EE.UU. da un giro geoestratégico y se acerca a Rusia.

Lladós sostiene que los anuncios económicos realizados por Trump durante la campaña "son barbaridades" y que las cámaras legislativas, controladas por su propio partido, no le permitirán realizarlos. Entre estas perlas están la subida del 45% de los aranceles a China y del 35% a México. La primera podría desencadenar una guerra comercial con el gigante asiático y la segunda se saltaría a la torera el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y hundiría la economía mexicana, según otros análisis.

El muro con México

Con respecto a una de sus propuestas más polémicas, la construcción de un muro en la frontera sur de EE.UU., que un informe del BBVA cifra en 25.000 millones de dólares, el profesor de la UOC cree que "es capaz de hacerlo porque depende de él". Además expulsar a todos los inmigrantes irregulares y prescindir de 6,8 millones de trabajadores supondría un impacto en el sector privado de entre 382.00 y 623.000 millones de dólares, según el cálculo del American Action Forum.

El economista jefe de UniCredit en Estados Unidos, Harm Bandholz, ha indicado que "si Trump arranca sus primeros 100 días con la construcción de un muro y la expulsión masiva de inmigrantes, el país entrará en el caos. Si hace elecciones sensatas y muestra una actitud tolerante, los efectos serán limitados".

Trump podría borrar de un plumazo dos de los hitos de la presidencia de Obama, el Obamacare (seguro de salud obligatorio) y el compromiso con el Acuerdo de París, además de incrementar la brecha social y dificultar una reforma fiscal más progresiva.

Si el nuevo presidente materializa la prometida bajada de impuestos, elevará el déficit y la deuda, a no ser que acometa recortes sociales sobre los que aún no se ha pronunciado. El analista de National Securities en Nueva York, Donald Selkin, añade que "si Trump impone aranceles podría interrumpir el comercio mundial lo que nos llevaría a la recesión".

El republicano ha llegado a la presidencia aupado por los obreros de los estados industriales. Es posible que esos votantes que ahora le han apoyado le den la espalda si no propone soluciones concretas para reconvertir la industria en plena revolución tecnológica global que aboca a la desaparición a los trabajadores no cualificados.

Una economía muy endeudada

Estados Unidos es una economía muy endeudada -recuerda Lladós-, pero sin problemas de financiación gracias a las inversiones directas que vienen del exterior, una realidad que casa mal con el proteccionismo que invoca Trump y los intereses de las grandes corporaciones. Su oposición a los acuerdos comerciales de largo recorrido tampoco se aviene con la estrategia de las multinacionales estadounidenses.

El economista de la UOC considera que el legado económico de la presidencia Obama es "muy bueno" y que la política monetaria "necesita sensatez de manera urgente", algo que está en mano de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen. Trump ya declaró que no pensaba renovar su mandato y la Fed podría congelar su decisión de subir tipos de interés, prevista para diciembre, hasta que el republicano tome posesión y presente los presupuestos.

Revés en la lucha contra la evasión fiscal

La presidencia del magnate no ayudará a reforzar la lucha contra la evasión fiscal y sin coordinación internacional "no hay manera de controlar a las multinacionales que optimizan su estrategia fiscal". Lladós añade que la Comisión Europea tendrá que ponerse "muy dura y reforzar la cohesión interna" en su defensa de la competencia contra gigantes digitales como Google, Apple o Amazon. Insiste en la idea de que con Clinton se puede pactar pero Trump "es imprevisible".

En cuanto a la banca, es improbable que se avance en la regulación financiera, ya que Trump debe su éxito profesional a los bancos, que le sostuvieron cuando quebraron sus casinos. Sin embargo, el experto de la UOC "tiene esperanza" en que se mantenga la estabilidad financiera puesto que la supervisión es labor de la Fed.

En su discurso como vencedor, Trump ha prometido crear empleo con la construcción de infraestructuras como carreteras y aeropuertos, un sector en el que tienen intereses grandes empresas españolas como OHL, ACS y especialmente Ferrovial que en 2015 generó el 36% de su negocio en Estados Unidos.