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Un atentado suicida contra un hospital mata al menos a 70 personas en Pakistán

  • Un hombre se ha hecho estallar a la entrada de las urgencias del centro
  • Cientos de personas estaban allí tras el asesinato de un prominente abogado
  • Hay más de un centenar de heridos tras el ataque, uno de los más graves de 2016
  • Ha sido reivindicado por una facción de los talibanes y por el Estado Islámico

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Al menos 70 muertos en un ataque suicida contra un hospital en Pakistán

Un atentado suicida perpetrado contra un hospital de la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, ha matado este lunes al menos a 70 personas y ha herido a más de un centenar, en uno de los ataques más mortíferos cometidos este año en suelo paquistaní, que ha sido reivindicado por una facción de los talibanes denominada Jamaat-ur-Ahrar y por el Estado Islámico.

El autor del atentado, un hombre que llevaba adosados unos ocho kilos de explosivo, ha hecho estallar su carga a la entrada de emergencias del Hospital Civil de Quetta; allí se habían reunido cientos de personas, entre ellas numerosos abogados y periodistas, tras el asesinato horas antes del presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, acribillado durante la mañana por un grupo de hombres sin identificar.

"El balance [de víctimas] asciende a 70 muertos y 112 heridos", ha informado el responsable de Sanidad de la provincia de Baluchistán, el doctor Masoood Nausherwani. De esta forma, el atentado es, por el momento, el segundo con más muertos perpetrado en Pakistán a lo largo de este año, después de una bomba matara en Semana Santa a 72 personas en un parque infantil de Lahore.

El ataque ha sido reivindicado, en primer lugar, por una facción de los talibanes paquistaníes llamada Jamaat-ur-Ahrar, escisión de la principal formación insurgente de Pakistán, el Tehrik-e-Taliban Pakistan, según ha confirmado a través de un correo electrónico remitido a las agencias internacionales un portavoz del grupo, Ehsanullah Ehsan. Posteriormente, también lo ha reivindicado el Estado Islámico, a través de un comunicado difundido por la agencia afín Amaq que calificaba al autor de "mártir".

Uno de los heridos en el atentado del hospital de Quetta es evacuado

Uno de los heridos en el atentado del hospital de Quetta es evacuado EFE

Un mar de sangre

Antes, el mensaje del portavoz talibán explicaba la naturaleza del ataque: "Esta mañana un muyahidín mató al presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán y después mató a muchos abogados y funcionarios que protestaban por su muerte. El grupo talibán paquistaní Jamaat-ur-Ahrar asume la responsabilidad de este ataque y se compromete a seguir perpetrando atentados de este tipo hasta la imposición de un sistema islamista en Pakistán".

En el hospital de Quetta, los cuerpos de las víctimas, muchas de ellas vestidas con traje y corbata, cubrían el suelo en mar de sangre y de cristales rotos, tal como ha relatado un periodistas de AFP que se encontraba en el lugar, a una veintena de metros de donde ha tenido lugar la explosión.

"Había unas enormes nubes negras y polvo. Me he acercado corriendo y he visto cuerpos dispersos y numerosos heridos llorando. Había mares y mares de sangre, trozos de carne y miembros humanos", explica este testigo, que señala que los sanitarios han acudido inmediatamente para ayudar a las víctimas.

Muchos amigos míos han muerto. Los que han hecho esto son animales

Pervez Masi, que ha resultado herido por el estallido de los cristales, ha relatado a la misma agencia que la detonación ha sido tan potente que "no comprendíamos que había pasado". "Muchos amigos míos han muerto. Los que han hecho esto son animales", se lamentaba.

Varias personas socorren a los heridos tras el ataque suicida en el hospital de Quetta, en Pakistán

Varias personas socorren a los heridos tras el ataque suicida en el hospital de Quetta, en Pakistán. EFE

Un ataque "planeado"

La policía paquistaní ha confirmado con celeridad que se trataba de un atentado suicida: "El autor de la explosión iba armado con unos ocho kilos de explosivos, con trozos de metal y rodamientos”, ha detallado el responsable de los artificieros, Andul Razzaq.

Por su parte, el jefe de Gobierno de Baluchistán, Sanaullah Zehri, ha declarado al canal de televisión Geo que el atentado estaba "planeado", ya que contaba con que el asesinato del abogado Bilal Anwar Kasi suscitaría la llegada de otros letrados al hospital.

"Sabían que dispararían al abogado y que otros abogados irían al hospital. El suicida explotó las bombas que portaba cuando los abogados fueron al hospital", ha dicho Zehri. La insurgencia paquistaní ya había usado está táctica de dobles atentados en el pasado: en diciembre de 2013 un suicida mató con sus bombas a 30 personas en el entierro de un policía asesinado un día antes en Quetta.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ha condenado las muertes en un comunicado en el que ha afirmado que "no se permitirá a nadie perturbar la paz" y ha anunciado que viajará este mismo lunes a Quetta. El jefe del Ejército, Raheel Sharif, ha llegado a la ciudad pocas horas después del atentado y ha visitado a algunos heridos, informó la oficina de comunicación en su cuenta de Twitter.

Ola de violencia contra abogados

En los últimos meses varios abogados han sido atacados en la provincia de Baluchistán, región suroccidental donde operan grupos armados de corte separatista, además de facciones talibanes y grupos yihadistas.

Hace menos de una semana el abogado Jahanzeb Alvi fue asesinado por atacantes sin identificar y, en junio, el director de la Universidad de Derecho, Amanullah Achakzai, también fue tiroteado. La Asociación de Abogados de Pakistán ha anunciado la convocatoria de una huelga general mañana y ha declarado una semana de luto.

Pese a estos ataques, Pakistán ha visto caer el número de acciones terroristas en el país, una tendencia que el Gobierno y el Ejército atribuyen a la campaña iniciada en junio de 2014 en el noroeste del país contra supuestos santuarios talibanes.

Esa ofensiva ha causado al menos 3.400 insurgentes y 488 militares muertos, según datos no verificados independientemente, y más de un millón de desplazados.