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El Novo Banco, creado con los activos saneados del Banco Espírito Santo, perdió 980 millones en 2015

  • Por las altas provisiones por créditos heredados del BES con dificultad de cobro
  • Es la tercera mayor entidad del país y se encuentra en proceso de venta
  • Fue recapitalizado con un crédito público de 3.900 millones y con 1.000 millones de la banca

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Logo del Novo Banco en una oficina de Lisboa (Portugal)
Logo del Novo Banco en una oficina de Lisboa (Portugal).

El Novo Banco, creado en agosto de 2014 a partir de los activos saneados del quebrado Banco Espírito Santo (BES), registró unas pérdidas de 980,6 millones de euros en 2015, lastrado por las elevadas provisiones (1.054 millones).

En un comunicado, el banco ha detallado que sus resultados de 2015 se vieron especialmente penalizados por las provisiones puestas en marcha por créditos heredados del BES que presentaban problemas para ser cobrados. Los resultados "reflejan el elevado nivel de provisiones esencialmente para el crédito a clientes, títulos e inmuebles", ha explicado.

El crédito en riesgo del Novo Banco se situó en el 22,8% del apartado de préstamos, 6,3 puntos porcentuales más que en el 2014. El crédito vencido a más de 90 días aumentó 5,8 puntos porcentuales, hasta el 14,5%.

"Debido a la degradación de estos indicadores, el banco procedió a un refuerzo significativo de provisiones", ha señalado la entidad. Sin embargo, el índice de solvencia mejoró hasta el 13,6% gracias a la eliminación en el "debe" del balance de 1.985 millones, que fueron transferidos al BES ("banco malo"). Excluyendo las provisiones y las pérdidas asociadas a la cartera de crédito, el Novo Banco habría obtenido beneficios de 125 millones.

Asimismo, cayó el volumen de crédito bruto concedido, un 6,6% hasta 37.400 millones, y crecieron ligeramente los depósitos a los clientes, un 2,8% hasta 27.400 millones. El Novo Banco también ha informado de que sus activos bajaron en 2015 un 12,1% hasta situarse en 57.500 millones.

Actualmente, el Novo Banco es la tercera mayor entidad del país y se encuentra en proceso de venta, aunque la izquierda radical, socia del gobernante Partido Socialista (PS), ha pedido que se nacionalice. Fue recapitalizado con un crédito público de 3.900 millones de euros y otros 1.000 millones aportados por el resto de bancos portugueses.