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Elecciones en Argentina: análisis

La Argentina que deja el kirchnerismo

  • Argentina, aunque fuera de los mercados internacionales, ha cumplido los pagos
  • Cristina Fernández ha multiplicado por 20 el presupuesto de programas sociales
  • La economía termina el año con una inflación disparada y un crecimiento del 0,4%
  • La inseguridad, la corrupción y la división social, los grandes retos pendientes

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Cristina Fernández arropada por su candidato a sucederla en la Casa Rosada.
Cristina Fernández arropada por su candidato a sucederla en la Casa Rosada.

Cuenta el periodista e investigador Ceferino Reato en su último libro, Doce noches, que hubo un tiempo en el que la crisis de "una Argentina con las tripas abiertas se televisaba en vivo y en directo". Se refiere a las anárquicas dos semanas que siguieron a la huída en helicóptero -desde el tejado de la Casa Rosada- del expresidente Fernando de la Rúa. Era finales del 2001, el año del crudo corralito, de las caceroladas contra los escaparates de los bancos y de la suspensión de pagos.

Es un país que, hoy, sin duda, no existe. De vez en cuando, algún que otro episodio esporádico recuerda aquellos vertiginosos días de desesperación y hecatombe, pero definitivamente es otro país. Afortunadamente.

Reconducir aquella nación no fue fácil. Se manejaron hilos y, al final, fue el peronismo tradicional el que tomó las riendas. Y no fue otra que la misma política que, desde la calle, se pedía que desapareciera. En 2002, sin embargo, retomó el poder con Eduardo Duhalde. Y, tras él (a pesar de él), surgió Néstor Kirchner, dando vida al kirchnerismo nacional. Llegaría a la presidencia en 2003 con tan sólo un 25% de los votos (Carlos Menem, ganador en la primera vuelta, se bajaría en la segunda).

El matrimonio Kirchner saluda a sus seguidores desde la Plaza de Mayo de Buenos Aires el 18 de junio de 2008

El matrimonio Kirchner saluda a sus seguidores desde la Plaza de Mayo de Buenos Aires el 18 de junio de 2008. EFE/Leo La Valle

"El pingüino" llegado del sur patagónico tomó, a partir de entonces, decisiones que han marcado los 12 años "K" (esa década "ganada" que dice su esposa, Cristina Fernández) y que, inevitablemente, marcarán el futuro. Como la deuda reestructurada.

Los retos económicos: inflación y deuda

Argentina, estando fuera de los mercados internacionales, ha sabido cumplir con los pagos. Muy a pesar de la clase media porque la acumulación de reserva para pagar los bonos no sólo ha supuesto restringir dramáticamente las importaciones, sino también los dólares de bolsillo, el refugio de los ahorristas argentinos (con un cambio en el mercado negro que supera -ahora mismo- los 16 pesos/dólar). Ahora, queda saber hasta qué punto hipotecarán ese futuro los fondos buitres que acumulan deuda argentina, que no se sumaron a ninguna de las reestructuraciones y que, desde hace un tiempo, pelean en los tribunales estadounidenses exigiendo intereses imposibles.

Los presupuestos aprobados por el Congreso argentino para el 2016 prevén una inflación del 14,5% y un PIB del 3%. Otro asunto es que las cifras macroeconómicas reales no den al traste con otros planes de la agenda presidencial: porque ni la inflación es tal (probablemente supera el 30%), ni el crecimiento. Después de años creciendo a "tasas chinas", la economía argentina terminará 2015 -según el Fondo Monetario Internacional- con un crecimiento de tan sólo el 0,4% y vaticina la recesión.

Por otro lado, algunas agencias de calificación advierten sobre el bajo nivel de las reservas internacionales del Banco Central: no cerca de los 30.000 millones que reportan las cifras oficiales, sino entre 10.000 y 12.000 millones de dólares (Moody's), lo que obligará a tomar medidas drásticas para poder cumplir con los compromisos.

Integrantes y seguidores de los sindicatos argentinos participan en una manifestación frente a la sede del Ejecutivo argentino

Integrantes y seguidores de los sindicatos argentinos participan en una manifestación frente a la sede del Ejecutivo argentino "contra la inseguridad, la inflación y la pobreza". David Fernández

Pobreza e inseguridad

Un 60% del gasto presupuestario previsto para el año que viene irá destinado a los planes sociales y los candidatos a la presidencia tienen diferentes opiniones sobre ellos. Todos saben que dan votos. Muchos votos. Pero, si bien han ayudado a salir adelante a miles de familias (como la "Asignación Universal por Hijo"), también han permitido el entumecimiento de una parte de la sociedad y algo que para el siguiente mandatario supone un lastre: el alto coste para las cajas públicas. El gobierno de Cristina Fernández ha multiplicado por 20, en relación al 2007, el dinero destinado a los programas sociales.

Es cierto que se construyen hospitales y escuelas y que, por ejemplo, los ordenadores han llegado a las aulas de poblaciones deprimidas, pero algunas organizaciones alertan -frente al silencio oficial- de que casi un cuarto de la población infantil se encuentra en situación de pobreza. También es verdad que se ha reducido la mortalidad infantil, pero casi el 70% de los menores de cuatro años siguen sin tener un fácil acceso a la educación, según Unicef.

Otro reto para la Argentina que viene: la inseguridad. No es de los países más peligrosos, pero sí de los más inseguros de toda Latinoamérica. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, lidera el ránking de robos por habitante, por delante de México (el informe recoge los asaltos denunciados durante el 2011, pero el gobierno sólo ha aportó datos hasta 2008).

Hechos claros: una sociedad dividida, pero la inclusión definitiva de los jóvenes en la vida política (con la eclosión de numerosos movimientos entre los que destaca, cómo no, "La Cámpora" kirchnerista, hoy totalmente presente en las instituciones oficiales).

Lucha contra la corrupción y el narcotráfico

Y avances incontestables en identidad sudamericana (en las elecciones del domingo 25 de octubre, también se eligen asientos del parlamento del Mercosur), más allá de llamativas expropiaciones como fue la de YPF. También ha habido desde el 2004 un progreso histórico en defensa de los Derechos Humanos de las víctimas de la dictadura con la persecución judicial de los represores. Videla, entre otros, murió con varias sentencias en su contra por delitos de lesa humanidad.

Habrá que ver cómo avanza (si es que lo hace) la lucha contra la corrupción y el narcotráfico y la relación del nuevo poder con el mundo mediático (léase "Grupo Clarín"; dependerá de si gana Daniel Scioli o Mauricio Macri, aunque el candidato oficialista no se lleva del todo mal con el viejo conglomerado) y con la Justicia (tradicionalmente conservadora y enfrentada, hasta el último momento, a Cristina Fernández)

Lo que casi es seguro es que 'Ella' (Cristina) no se irá definitivamente, que su impronta -al menos, durante un largo tiempo- lo impregnará todo. Además, está claro que sea quien sea el próximo presidente argentino, seguiremos sin saber si el fiscal Nisman se suicidó o se quitó la vida (porque no le quedaba otra).

* José Carlos Gallardo fue corresponsal de TVE en Argentina desde 2011 a 2013. Ahora es redactor de la sección de Internacional de los Servicios Informativos.