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La Justicia alemana juzga a un nonagenario acusado de ser el 'contable' de Auschwitz

  • Oskar Gröning inspeccionaba las pertenencias de los deportados
  • "Soy moralmente cómplice", declara al iniciarse el juicio
  • El precedente de Demjanjuk ha permitido sentarle en el banquillo

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El "contable" de Auschwitz admite en el juicio su responsabilidad moral en las muertes

La Justicia alemana juzga este martes a un hombre acusado de colaborar con el exterminio de 300.000 personas en el campo de concentración de Auschwitz, cuando están a punto de cumplirse 70 años de la rendición del Tercer Reich. En Auschwitz murieron en total 1.5 millones de personas.

Oskar Gröning, de 93 años, tenía 21 cuando recibió el encargo de incautar y etiquetar las pertenencias de los deportados llegados a Auschwitz, campo al que fue destinado en 1942. Groening era miembro de las SS y, según él mismo ha reconocido, un ferviente nazi en aquellos años.

"Para mí está fuera de toda duda que soy moralmente cómplice", ha admitido Gröning ante el tribunal al comienzo de la vista en la Audiencia de Lüneburg.

Para mí está fuera de toda duda que soy moralmente cómplice

Por la sala pasarán supervivientes procedentes de EEUU, Canadá, Israel, Hungría y Reino Unido que han acudido para testificar.

"Este juicio es uno de los eventos más importantes de mi vida", ha declarado Eva Pusztai-Fahidi, una de las supervivientes, que ha llegado desde Budapest.

El 'contable' de Auschwitz

Gröning se alistó en 1941 en las Waffen SS y entre septiembre de 1943 y octubre de 1944 sirvió en Auschwitz.

El trabajo que Gröning desempeñó en el campo le ha valido el apodo de "el contable de Auschwtiz". Su labor consistía en recoger las pertenencias de los deportados que llegaban en tren y que eran sometidos a un proceso de selección previa. Tras inspeccionar el equipaje, Göring debía apartar los objetos de valor y enviar el dinero directamente a oficiales de las SS en Berlín.

Según la Fiscalía, Gröning fue cómplice del exterminio de los deportados ya que era consciente de que el destino de los calificados como "no aptos" para el trabajo era la cámara de gas.

La acusación limita sus cargos a unos meses de 1944, en la llamada operación Hungría, cuando llegaron a Auschwitz 137 transportes procedentes de ese país, con 425.000 deportados, de los cuales unos 300.000 murieron en las cámaras de gas.

"Con sus acciones, ayudó financieramente al régimen nazi y apoyó su campaña de asesinato sistemático", asegura el informe de la acusación.

Gröning ha vivido tranquilamente en Lüneborg todos estos años y nunca ha negado su papel en Auschwitz. Sin embargo, siempre ha insistido en que él no intervino en ninguno de los crímenes ni mató a nadie. "Solo era un tornillo en la maquinaria", declaró en una ocasión.

El antecedente de Demjanjuk

En 1985, la Justicia sobreseyó un caso contra Göring y otra docena de empleados de los campos alegando que no tenían relación directa con los crímenes. Sin embargo, la condena al nazi Ivan Demjanjuk sentó un nuevo precedente.

Demjanjuk, ciudadano ucraniano, se exilió en EE.UU. tras la guerra y fue extraditado tras un largo proceso. El ucraniano fue condenado en 2011 a cinco años de cárcel por su complicidad en la muerte de más de 29.000 judíos en el campo nazi de Sobibor, donde sirvió como guardia voluntario. Murió unos meses después en un asilo.

La sentencia contra Demjanjuk permite a la justicia alemana sentar en el banquillo a exnazis por complicidad en los asesinatos del Reich, aunque no hubiera participación directa.

"Los que cometan crímenes hoy deben saber que serán considerados responsables en el futuro" ha declarado a Reuters Hedy Bohm, superviviente de Nueva York. "Nunca más podrán decir: 'Yo solo era un tornillo en la maquinaria, no maté'".

Nunca más podrán decir: 'Yo solo era un tornillo en la maquinaria'

El caso de Göring no es el único. La semana pasada, la fiscalía de Hamburgo abrió formalmente una investigación a una exguardiana de un campo nazi, de 93 años, por haber supervisado un traslado de prisioneras en el que murieron entre 1.400 y 2.000 mujeres.