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La UE designa a Tusk presidente del Consejo Europeo y a Mogherini, jefa de la diplomacia

  • El primer ministro polaco es conservador y profundamente europeísta
  • La ministra italiana tiene poca experiencia y es bien vista por Moscú

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Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 han elegido a Donald Tusk como nuevo presidente del Consejo Europeo

Los líderes de la Unión Europea (UE) han designado al primer ministro polaco, Donald Tusk, nuevo presidente del Consejo Europeo y a la ministra italiana de Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, nueva jefa de la diplomacia europea.

Una indiscreción de Herman Van Rompuy con el primer ministro chipriota ante un micrófono abierto había confirmado la noticia antes de que fuera oficial. Ante la pregunta de si Tusk sería su sucesor, el belga respondía "Sí, guarda el secreto". Había prisa por demostrar consenso después de que la cumbre del 16 de julio terminara sin acuerdo.

Los 28 se han esforzado por reequilibrar las fuerzas dentro de la UE. Por un lado, Tusk: hombre, conservador, del Este, de fuera de la eurozona y beligerante con Moscú. Y, por el otro, Mogherini: mujer, del centroizquierda, del sur y miembro de la moneda común, y bien vista por el Kremlin.

En las últimas semanas tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el primer ministro británico, David Cameron, habían respaldado públicamente la candidatura de Tusk. Entre las alternativas que se barajaban para el puesto se hablaba del ex primer ministro letón Valdis Dombrovskis, también del PPE; de la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt (PSE); del ex jefe del Ejecutivo de Estonia Andrus Ansip (liberal), y del primer ministro irlandés, Enda Kenny (PPE).

Tusk: "Quiero una Europa unida"

El actual primer ministro polaco reemplazará en el cargo al belga Herman Van Rompuy, un hombre discreto, hábil negociador y experto en lograr consensos, con bajo perfil internacional hasta su elección como presidente del Consejo Europeo en 2009.

El de Tusk es el primer nombramiento relevante para la Europa excomunista que entró en la UE hace una década. Primer ministro de Polonia desde 2007, Tusk es considerado en Bruselas un líder europeísta y conciliador, valorado por haber consolidado la posición del país en la UE, dejar atrás las polémicas con Alemania y superar definitivamente las reticencias polacas al avance comunitario. Además, se le ve como el candidato idóneo para culminar el proceso de integración de los nuevos socios de Europa Central y Oriental.

Nada más ser elegido, Tusk ha apostado por una Europa "unida" y ha dicho es "consciente" de que los principales desafíos que afronta la UE ahora "no desaparecerán hasta diciembre", como la crisis económica y la situación en la eurozona.

Desde su experiencia como primer ministro, ha asegurado que es posible combinar la disciplina presupuestaria y el crecimiento porque en Polonia, ha puntualizado, "hemos tenido un crecimiento acumulado del 20 % y hemos podido mantener una disciplina fiscal". "Esto no es una contradicción, el crecimiento y la disciplina. Conseguiremos este objetivo de combinar estos dos objetivos", ha recalcado, en un guiño a la petición sobre todo de gobiernos socialistas, encabezados por Francia.

Y también ha tenido palabras para Reino Unido, a quien "no puede imaginarse" fuera de la Unión. "Estoy convencido de que el futuro de la UE no trata de hacer la Unión más pequeña", ha dicho.

Tusk, que ha hablado en polaco para ser "más preciso" y ha prometido pulir su inglés "para estar listo en diciembre al 100 %, ha reconocido en un tono más distendido que los líderes europeos con su "cordial presión han influido un poco" en que acepte el cargo.

Mogherini: "Una nueva generación" empuja en la UE

Por su parte, la elección de Mogherini tampoco era una sorpresa, aunque su falta de experiencia política y sus buenas relaciones con Rusia habían sido un escollo en la anterior cumbre para su nombramiento. La elección de Tusk como contrapeso al final la han aupado como jefa de la diplomacia europea.

La crisis de Ucrania, ha reconocido es uno de los "difíciles retos" que tendrá que enfrentar. "Tenemos que trabajar sobre las sanciones pero dejando la vía diplomática abierta, y lograr una combinación inteligente de las dos", ha señalado la ministra italiana, preguntada al respecto en la rueda de prensa posterior a la cumbre.

También ha subrayado la importancia de prestar atención a la situación en el Mediterráneo y en Oriente Medio, y de trabajar para la paz dentro del territorio europeo, pero también fuera de las fronteras de la Unión.

La ministra italiana, de 41 años, se ha referido además a las dos décadas de experiencia política que posee, en respuesta a las críticas que ha recibido por su juventud.

"Ya no soy tan joven", ha dicho Mogherini, quien ha recordado que el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y otros líderes de la UE tienen menos años que ella y ha considerado que el hecho de pertenecer a una "nueva generación política europea" puede ser un factor positivo de acercamiento a los ciudadanos

La ministra italiana, que reemplazará a la británica Catherine Ashton, se ha impuesto a los otros dos candidatos que se barajaban para el cargo: el jefe de la diplomacia polaca, Radoslaw Sikorski, y Georgieva.

Con Tusk y Mogherini, la tradición de pactos en las instituciones europeas mantiene el bipartidismo político. Para los conservadores, ganadores de las últimas elecciones al Parlamento europeo, la presidencia del Consejo y de la Comisión. Los cargos de más poder. Los socialistas ostentan el Parlamento y la cartera de Exteriores. Serán tres hombres y una mujer, como hasta ahora. En el ámbito geográfico, también hay tres representantes del centro de Europa (el luxemburgués Jean-Claude Juncker, el polaco Donald Tusk y el alemán Martin Shulz), mientras que los países mediterráneos están representados por la nueva jefa de la diplomacia europea y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.