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Un exdirectivo de Caja Madrid defiende los test que hizo a los clientes para vender preferentes

  • El test cumplía con la directiva europea de Mercados e Instrumentos Financieros
  • Un modelo matemático asignaba puntuaciones a los inversores
  • El folleto de la emisión de preferentes fue redactado por el despacho Garrigues

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El exdirector de cumplimiento normativo de Caja Madrid Manuel Fernández Navarro ha defendido en la Audiencia Nacional los test que realizaba a los clientes a los que iba a colocar participaciones preferentes porque la entidad fue más exigente que otras a la hora de seleccionar su perfil.

Este miércoles también ha comparecido ante el juez Fernando Andreu el firmante del folleto informativo de la emisión de 2004, Fernando Cuesta, que ha reconocido que invirtió en las preferentes de 2009 para venderlas un año después para comprarse un coche, han informado fuentes jurídicas.

Mientras, el exdirector de finanza corporativa Carlos Contreras ha dicho que firmó el folleto de la emisión de 2009 siguiendo las indicaciones de su superior, el entonces director de negocio Matías Amat.

Antes de ello, revisó el folleto, redactado por el despacho Garrigues, y comprobó que las condiciones de la emisión coincidían con las que le habían indicado, y que incluía las advertencias de los riesgos de la inversión, el tratamiento fiscal del producto y la información financiera.

También le encargaron evaluar el precio razonable de la emisión, el cual discrepaba en 50 puntos básicos con el de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el mercado, aunque no ha especificado si por encima o por debajo.

Un modelo matemático asignaba puntuaciones a los inversores

Por su parte, Fernández Navarro ha justificado que cuando se emitieron estos productos, los test de conveniencia se realizaron en ausencia de normativa por parte de la CNMV, por lo que se elaboraron en función de la experiencia previa.

El magistrado le ha preguntado por los parámetros para clasificar a sus inversores, a lo que ha precisado que se basaban en un modelo matemático de asignación de puntuaciones y que además se envió a las oficinas documentación específica para que también allí valoraran la conveniencia de colocárselas a un determinado cliente.

Ha relatado que en aquel entonces las preferentes estaban clasificadas como productos de renta fija, por lo que muchas entidades las destinaron a inversores con un perfil muy conservador, mientras que Caja Madrid elevó el tramo a moderado por ser también productos complejos.

La CNMV pidió que modificara los test de idoneidad

Sin embargo, en una carta dirigida a Fernández Navarro en mayo de 2010, la CNMV le pidió que modificara los test de idoneidad y conveniencia porque arrojaban un "alto grado de resultados positivos" y le alertaba de deficiencias en la asignación de los perfiles de inversión.

El regulador no consideraba adecuado que se anotara como "moderado" el de los clientes que se decían "muy conservadores" o que declaraban que iban a tener necesidades de liquidez "en el horizonte temporal cercano".

Según el exdirectivo, el test, adecuado para sus clientes porque cumplía con la directiva europea de Mercados e Instrumentos Financieros (MIFID), debía contextualizarse con el folleto de las preferentes, en las que se advertía de los riesgos de invertir en estos productos.

Previamente, en junio de 2009, la CNMV le pidió una auditoría interna, a lo que él contestó en septiembre con un informe que recogía los grados de cumplimiento, entre ellos que en el 94% de los casos se realizó el test de idoneidad y en el 88% se reflejaba la firma de información contractual.

Creación de un grupo de trabajo para elaborar el test de conveniencia

Después, en enero de 2010, el regulador requirió a la caja mejorar los controles internos en la comercialización de preferentes y revisar la información contractual.

En este sentido, ha explicado que se creó un grupo de trabajo para elaborar el test de conveniencia en el que participaron los departamentos de marketing y comercial, negocio, asesoría jurídica, sistemas, y en el que cumplimiento normativo hacía labores de asesoramiento.

A la advertencia de mayo para que modificara el perfil a dinámico, Fernández Navarro respondió en junio que se había puesto en marcha un plan de actuación, que firmaron el director de banca de particulares, Fernando Sobrini, y el de marketing.

Un mes después, la CNMV convirtió en exigencia el cambio, y ya fue su sustituto, Alberto Álvarez García, el que informó en octubre que ya se había hecho.