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Rousseff anuncia que se reunirá con los líderes de las protestas pacíficas

  • Asegura que las protestas deben ser aprovechadas para promover cambios
  • Ha negado la utilización de recursos del Gobierno eventos deportivos
  • Las protestas han perdido fuerza pero persisten en las calles de Brasil

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Dilma Rousseff ofrece diálogo a los manifestantes

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se ha dirigido este viernes a la sociedad brasileña con una comparecencia en televisión, en la que ha asegurado su disposición a mantener reuniones con los líderes de Movimiento Pase Libre y otras organizaciones que han convocado las protestas que han sacudido al país.

No obstante, ha reafirmado su "enérgica condena" a los actos violentos ocurridos durante las protestas.

Las manifestaciones, que se iniciaron con motivo de la subida de precios en el transporte público, se han ampliado abarcando también críticas al gobierno de Rousseff y su gestión de la organización de los eventos deportivos que alberga el país, así como acusaciones de corrupción política y brutalidad policial.

Las palabras de Rousseff no han calmado unas protestas que persisten tras una semana y después de haber alcanzado en la jornada del jueves su punto de máximo apogeo, con más de un millón de manifestantes en las calles de las grandes ciudades de Brasil.

Rousseff ofrece diálogo y condena la violencia

"Voy a recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, de sindicatos y asociaciones populares" pues "precisamos de todas sus contribuciones, reflexiones y experiencias", ha declarado Rousseff en un mensaje en cadena nacional, en el que ha reiterado su "enérgica condena" a la violencia ocurrida en algunas de las protestas.

Rousseff ha afirmado el carácter "democrático" de las movilizaciones, que "prueban", ha dicho, "el deseo de la juventud de hacer avanzar a Brasil". Pese a sus palabras, las protestas continúan en las calles de Brasil, aunque han disminuido considerablemente.

Las manifestaciones disminuyen pero persisten en las calles de Brasil, a pesar de la promesa de Dilma Rousseff anunciando reuniones con los líderes de las protestas.

Ha asegurado también que es "la presidenta de todos, los que se manifiestan y los que no", ha indicado que el "mensaje de cambio" que "viene de las calles es directo" y ha reiterado que debe ser escuchado, como ya dijo en sus primeras declaraciones respecto a las manifestaciones.

La presidenta se ha referido al rechazo que los manifestantes han  expresado por la política tradicional, y aunque ha admitido que las  formaciones partidarias y la política en general necesitan ser  "oxigenadas", a su juicio no pueden dejar de existir.

"Ningún país puede prescindir de partidos ni del voto popular", ha afirmado Rousseff, que ha vuelto a pronunciarse en favor de una reforma  política que "permita a los ciudadanos fiscalizar mejor a todos sus  gobernantes".

Las protestas podrían conllevar reformas

Del mismo modo que pretende recibir a líderes de las protestas  "pacíficas", ha declarado que se reunirá con las autoridades del  Parlamento, del Poder Judicial, con gobernadores y alcaldes, con el objetivo de elaborar un "plan nacional de movilidad urbana", puesto que las protestas se originaron inicialmente por el alza del precio del transporte público.

Sobre el área de salud, ha insistido en que su Gobierno está en  proceso de "traer de inmediato a millares de médicos del exterior para  ampliar la atención", un objetivo que es rechazado por los colegios  profesionales del país.

Según la mandataria, "las manifestaciones trajeron importantes  lecciones", han logrado anular el polémico aumento de los precios del  transporte público y deben ser "aprovechadas" para "promover más cambios  en favor de la sociedad".

Asimismo, ha subrayado una propuesta que ha enviado al Congreso en la que plantea que se destine a la educación el 100 por ciento de las regalías que generen las riquezas petroleras atesoradas en aguas profundas del Atlántico, uno de los sectores en el que los manifestantes exigen mejoras inmediatas.

Según la mandataria, "si se aprovecha bien el impulso de esta energía" que transmiten las manifestaciones "podremos hacer mucho de lo que Brasil aún no ha hecho por problemas económicos o políticos".

Rousseff confía en el buen resultado de los eventos deportivos

También se ha referido a la Copa Confederaciones, que se celebra actualmente en Brasil, que sirve de ensayo previo al Mundial de fútbol, y que ha sido blanco de las protestas por el elevado gasto público en un evento organizado por la FIFA.

Ha explicado que el dinero aportado por el gobierno sólo supone una "financiación" para las empresas que construyeron los estadios y que será devuelto.

"Jamás permitiría que esos recursos salieran de las arcas del Gobierno", ha garantizado la mandataria, que ha recordado que Brasil es el único país que ha ganado cinco mundiales y ha estado representado en todos los disputados hasta ahora.

"Brasil siempre fue muy bien recibido en todas partes. Debemos ahora darle a los pueblos hermanos la misma recepción, con respeto, cariño y alegría", apuntó Rousseff, que ha reiterado su convicción de que el país "hará un gran Mundial" en el año 2014.