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La Liga Árabe busca el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU para salvar su plan para Siria

  • Países europeos y árabes han presentado un nuevo proyecto de resolución
  • Se inspira en el plan de transición que ya presentó la Liga Árabe
  • Rusia ha advertido que vetará el texto en el Consejo de Seguridad

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El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, viaja este sábado a Nueva York al frente de una delegación de la organización para reunirse con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y conseguir apoyo a su plan para Siria que ha inspirado la nueva resolución presentada este viernes por Marruecos, pese a las amenazas de Rusia de vetarla. A la reunión, prevista para el próximo lunes, le acompañará el ministro de Exteriores catarí, Hamad bin Yasim bin Yaber al Zani, quien encabeza el grupo de contacto de la Liga Árabe para Siria, según ha manifestado el propio al Arabi.

Este nuevo proyecto de resolución, redactado por varios países árabes y europeos con ayuda de EE.UU., respalda al plan de transición lanzado por la Liga Árabe que el régimen sirio ya ha rechazado en firme. Esa hoja de ruta de la Liga Árabe, propuesta el pasado domingo tras una reunión de los jefes de la diplomacia árabe en El Cairo, pide al presidente sirio, Bachar Al Asad, que transfiera sus poderes al vicepresidente y forme un gobierno de unidad nacional, un plan 'a lo yemení' , que ha sido considerado por las autoridades sirias como una injerencia en sus asuntos internos y un intento de internacionalizar la crisis que atraviesa el país.

Las críticas del régimen sirio no se han hecho esperar. El ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, manifestó este martes que la Liga Árabe "es incapaz de jugar su papel e implantar el plan para Siria y por eso acude al Consejo de Seguridad".

Proyecto de resolución de la ONU

El encargado de presentar el nuevo proyecto ante la ONU fue el embajador marroquí, Mohammed Loulichki, como representante en el Consejo del grupo de países de la Liga Árabe. En él se habla de la aplicación de sanciones, entre las que figura el embargo de armas, según han indicado a Efe fuentes diplomáticas.

Para ese nuevo proyecto, varias delegaciones diplomáticas de Estados Unidos y de Francia, el Reino Unido, Alemania y Portugal han estado manteniendo reuniones con diplomáticos árabes con el objetivo adaptar la hoja de ruta de la Liga, que establece la salida del poder de Al Asad y que transfiere sus poderes al vicepresidente para la formación de un Gobierno de unidad nacional para convocar elecciones libres.

"Es muy importante apoyar los esfuerzos de la Liga Árabe. No puede ser que el Consejo de Seguridad ignore la importancia de los mismos", comentaba este jueves una fuente diplomática occidental citada por Efe. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también ha pedido al Consejo que actúe "de manera coherente y con una sola voz" en Siria, según Afp.

Rusia amenaza con el veto

"Tenemos una oportunidad hoy de abrir un nuevo capítulo sobre Siria", manifestó este viernes el embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig. Sin embargo, la polémica en Naciones Unidas está servida y todas la miradas se centran en Rusia.

El texto incluye la posibilidad de establecer sanciones para el régimen sirio si en un plazo de tiempo concreto no cumple con las propuestas lanzadas. Pero tan solo esta mención ya era un problema para Rusia, país con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y que este jueves anunció que rechazaría el proyecto de resolución, ya que insiste en la adopción de sanciones internacionales contra el régimen de Bachar al Asad.

"Tenemos unas líneas rojas que no podemos cruzar. Es lo que se refiere a la adopción de sanciones y al llamamiento a todas las partes a aplicar medidas restrictivas unilaterales", afirmó Guennadi Gatílov, viceministro de Exteriores ruso, a la agencia Interfax.

Las iniciativas de Liga Árabe

Esta hoja de ruta de la Liga Árabe es la última iniciativa de una organización que, liderada por una intensa diplomacia de Catar, ha ido incrementando su implicación en la crisis política y humanitaria de Siria a lo largo de estos diez meses de revueltas que, según cifras de la ONU, ya han dejado más de 5.000 muertos.

El primer día de noviembre, la organización panárabe y las autoridades del régimen sirio alcanzaron un acuerdo para aplicar un plan que pretendía resolver los enfrentamientos en el país. Sin embargo, ese endeble acuerdo pronto saltó por los aires y tan sólo 11 días después la Liga Árabe suspendió a Siria como miembro de la organización. A finales del mismo mes la organización aprobó una serie de sanciones económicas contra el régimen por su represión de las revueltas.

Presionada por Rusia, el gobierno de Al Asad aceptó la entrada de observadores, y el 12 de diciembre la Liga Árabe aprobó el mandato de una misión de observadores tras la promesa del régimen sirio de respetar su trabajo. Esa delegación, compuesta por 165 personas, se desplegó el pasado 26 de diciembre para evaluar los violentos enfrentamientos que se han producido en el país y tenía como fecha de expiración el pasado 17 de enero, aunque las autoridades sirias aceptaron prolongar la misión pero no ampliar su mandato.

El primer informe de los observadores constató que la violencia continuaba en el país árabe, y que las fuerzas militares seguían desplegadas pese a los compromisos adquiridos por Bachar Al Asad.

El Secretario general de la Liga Árabe ha recibido un estudio con las observaciones de la misión encargada de comprobar el fin de la violencia en Siria. Los observadores ratifican que continúan las violaciones de los derechos humanos y aseguran haber visto cadáveres en las calles y vehículos militares a las afueras de las ciudades.

Ante el enconamiento de la situación, algunas de las posiciones se endurecieron y el emir de Catar, antiguo aliado del presidente sirio, dio un cambio radical en sus posiciones y llegó a proponer el envío de tropas árabes a Siria para que pongan fin al derramamiento de sangre.

El pasado domingo, tras la presentación de la hoja de ruta de la Liga Árabe y las conclusiones de la misión, la situación se complicó aún más cuando Arabia Saudí anunció que retiraba sus observadores, un paso que han respaldado esta semana el resto de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Emiratos Árabes, Omán, Kuwait, Bahrein, Catar.

Sea como fuere, la propuesta catarí del envío de tropas no ha tenido respaldo por parte de otros miembros de la Liga Árabe.“La Liga Árabe no va a llevar a cabo una intervención militar en Siria, eso no es negociable”, ha dicho el ministro de Exteriores de Oman, Yousef bin Alawi, en una entrevista con Al Jazeera, que ha recordado que el caso de Yemen y Siria son diferentes.

“En Yemen, la oposición y el gobierno están trabajando hacia una solución. Pero en Siria, encontramos una oposición fracturada y que no busca una solución. Encontramos un gobierno sirio que, aunque está cooperando con la Liga Árabe, no acepta algunas de las decisiones de la Liga”, ha dicho bin Alawi.

La ONU es incapaz de actualizar la cifra de muertos

Si la batalla diplomática diplomática se endurece, la tensión en Siria también. Este viernes, el jefe de los observadores árabes en Siria, el general sudanés Mohamed al Dabi, ha asegurado que los índices de violencia en el país árabe han aumentado significativamente en los últimos cuatro días.

Por su parte, la ONU encuentra cada vez más dificultades para registrar el grado de violencia en el país, tal y como ha manifestado la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, quien ha asegurado que actualmente le resulta imposible actualizar la cifra de muertos por la represión en Siria, aunque se ha mostrado convencida de que supera ya con creces los más de 5.000 que había contabilizado el mes pasado.

"La última cifra que manejamos es 5.000 muertos, pero ahora es mucho más que eso", reconoció ante la prensa Pillay, quien señaló que su oficina se enfrenta a dificultades para actualizar ese número debido a "la fragmentación sobre el terreno" en Siria, donde hay "zonas completamente cerradas".