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Italia critica los "gestos inoportunos" de Merkel y Sarkozy al hablar de Berlusconi

  • El país transalpino ve como una humillación nacional las risas de ambos
  • Les preguntaban sobre si confiaban en que Berlusconi aplicase las medidas
  • Los medios críticos y la izquierda se suman a la defensa de Il Cavaliere

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Italia ha hecho una insólita piña en torno a su primer ministro, Silvio Berlusconi,  y ha criticado con dureza las sonrisas irónicas del presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Ángela Merkel, al término de la cumbre europea de Bruselas tras ser preguntados sobre si Il Cavaliere les había asegurado que cumpliría sus compromisos de reducción de déficit.

El gesto divertido de ambos mandatarios, que fue recibido con carcajadas por los periodistas, ha aparecido en las portadas de los grandes diarios de tirada nacional como ejemplo de una cierta humillación nacional tras el encuentro, en el que los miembros de la Eurozona 'apretaron las tuercas' a Berlusconi y le pidieron que aprobase una reforma de las pensiones que ya había descartado.

La Unión Europea ha trazado hoy una línea roja. A un lado, en el de los sospechosos, han colocado a Italia. Silvio Berlusconi ha sido reprendido en privado por Merkel y Sarkozy y en público por el presidente del Consejo. "Le hemos pedido a Italia que nos dé garantías de que las medidas valientes que se aprobaron se van a poner en marcha a tiempo", decía Herman Van Rompuy, antes de exigir al primer ministro italiano un calendario concreto de desarrollo de la reforma laboral, de las medidas contra el fraude fiscal o de las privatizaciones. A la misma hora, Nicolas Sarkozy, en una comparecencia conjunta con Angela Merkel, elogiaba a nuestro país. "España ya no está en primera línea de los problemas económicos y financieros de la zona euro por los enormes esfuerzos del gobierno de Rodríguez Zapatero y al sentido de la responsabilidad de la oposición de Mariano Rajoy".

El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini, ha reprochado los gestos "inoportunos" que "ridiculizan" a Italia que, según él, ha mostrado este domingo el presidente francés, Nicolás Sarkozy, durante una rueda de prensa con la canciller alemana, Ángela Merkel, en Bruselas.

La novedad es que en esta condena Frattini no se ha quedado solo, sino que ha conseguido el apoyo de la oposición y de la prensa crítica con su Gobierno.

Apoyo de los críticos

"Nadie está autorizado a ridiculizar a Italia, incluso después de los retrasos obvios y vergonzosos de Berlusconi en afrontar la crisis", ha asegurado Pier Ferdinando Casini,jefe de la oposición del Partido Democrático, que ha confesado que no le gustó "la sonrisa sarcástica de Sarkozy".

"Ironía de Sarkozy y Merkel sobre el jefe de Gobierno", ha condenado el diario de izquierdas La Republica, enemigo acérrimo de Berlusconi, que ha considerado "poco generoso" los paralelismos dibujados entre Italia y Grecia durante la cumbre.

"Para un italiano es no es bueno e importa poco si eres pro o anti Berlusconi", ha añadido el centrista milanés Corriere della Sera,  también abiertamente crítico con el gobierno actual.

Más allá va incluso Il Giornale, el periódico de la familia Berlusconi, que compara el gesto de Sarkozy con el cabezazo de Zidane a Materazzi en la final del mundial 2006.

"El marido de Carla Bruni nos ofende y se mofa de nosotros", señala el rotativo con un tono peyorativo.

El trasfondo del BCE

Desde el entorno de Berlusconi se achaca la actitud de Sarkozy frente a Berlusconi a los juegos de poder en el consejo del Banco Central Europeo, donde tras el nombramiento de un italiano, Mario Draghi, por un francés, Jean-Claude Trichet, se esperaba que el miembro italiano del consejo dimitiese en favor de un representante galo, algo que no ha hecho.

"El presidente Sarkozy aspira evidentemente con fuerza a que haya un miembro francés en el directorio del BCE y habría deseado que Lorenzo Bini-Smaghi -el representante italiano antes del nomrbamiento de Draghi- se retirara de la autoridad monetaria", ha considerado Frattini.

Bini-Smaghi se ha negado a dimitir invocando la independencia del BCE.

"Sarkozy sabe que esto no es posible y por lo tanto trata de ridiculizar a nuestro país a través de gestos y expresiones no son apropiadas", ha concluido.