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Carmen Thyssen presume de poderío pictórico con Monet, Picasso y Miró en Málaga

  • El Palacio de Villalón acoge entre junio y octubre la primera temporal
  • Reúne 60 obras, desde el impresionismo al arte normativo

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El Thyssen de Málaga abre su primera temporal

Tras una post-inauguración con un poco más de ruido del deseado, y no precisamente por cuestiones artísticas, el Museo Carmen Thyssen Málaga quiere hacerse oír por lo suyo y parece que alzando la voz. Con un poco de retraso sobre las fechas inicialmente previstas, precisamente para darle una mayor profundidad, el museo del Palacio de Villalón abre al público su primera exposición temporal, en la que se exhibirá todo el poderío pictórico de la colección de la baronesa.

"La tradición moderna en la Colección Carmen Thyssen. Monet, Picasso, Matisse, Miró" reúne, desde este martes 14 de junio al 16 de octubre, alrededor de 60 obras que recorren todas las corrientes artísticas comprendidas en más de un siglo y medio, desde 1890 a 1960, desde el impresionismo al arte normativo.

El recorrido está estructurado principalmente en torno al arte español, aunque con ejemplos relevantes del arte internacional para entablar un diálogo expositivo y comprobar cómo influyeron las distintas vanguardias en el arte patrio.

La mirada impresionista

Con el consabido éxito que supone incluir impresionistas en una exposición, la muestra del Thyssen de Málaga arranca con una sección denominada "Fin de siglo" en la que se incluyen obras como La casa entre las rosas, de Claude Monet, el padre de los impresionistas.

Para empaparse de esa nueva forma de pintar que revolucionó el arte, españoles como Ramon Casas y Santiago Rusiñol eligieron París y no Roma para formarse y trajeron a casa una pintura próxima al impresionismo y a artistas como James McNeill Whistler y John Singer Sargent, centrada en la vida moderna de las ciudades. También se aproximó al movimiento a comienzos del siglo XX Joaquín Sorolla, tras dejar atrás el naturalismo regionalista y social de su juventud, para lograr obras de pincelada rápida y con dominio de la luz y el color como puede verse en Patio de la Casa Sorolla (1917).

En esta sección también pueden verse obras postimpresionistas, de pintores nabis, que ejercieron una gran influencia en artistas catalanes como Isidre Nonell, Ricard Canals, Joaquim Mir y Hermen Anglada i Camarasa.

La réplica al postimpresionismo llegó de Cataluña a partir de 1906, en forma del noucentisme -término acuñado por el crítico Eugenio d'Ors y próximo a las corrientes clasicistas europeas-, que abogaba por un arte más contenido y equilibrado inspirado en las raíces mediterráneas catalanas. Entre sus figuras más relevantes están Joaquim Sunyer y Rafael Benet.

Las vanguardias made in Spain

A principios del siglo XX, alrededor de 1905, surgieron las vanguardias artísticas para revolucionar nuevamente el mundo del arte y, aunque asentados en Francia, sus principales protagonistas fueron españoles como el malagueño Pablo Picasso, el madrileño Juan Gris y el barcelonés Joan Miró.

Así, en la sección "Vanguardias", pueden verse obras dedicadas primero al momento fundacional del arte contemporáneo antes del fin de la I Guerra Mundial, con obras fauves, cubistas y simultaneistas de Georges Braque, Picasso, Gris y Robert Delauny; y después centradas en un periodo posterior, el final de los años 30, de síntesis de los grandes movimientos artísticos vigentes como la abstracción y el surrealismo, con obras de Miró, Willi Baumeister, Joaquín Torres-García y Wilfredo Lam.

Centrándonos en lo que se hacía por entonces en España, en la sección "Arte nuevo", no fue hasta comenzada la I Guerra Mundial cuando empezaron a palparse las vanguardias, con el paso de artistas franceses e hispanoamericanos y el regreso de algunos artistas españoles, caso de Celso Lagar, o los uruguayos Torres-García y Rafael Barradas, que influyó en la obra temprana de artistas como Salvador Dalí y Moreno Villa.

Pero el inicio de las vanguardias en España coincidió temporalmente con un retorno a lenguajes más conservadores en el resto de Europa, el denominado "retorno al orden", con artistas como André Derain, Henri Matisse, Pierre Bonnard, Carlo Carrà o Giorgio Morandi. A esta corriente se adscribió el catalán Josep de Togores, residente en tierras francesa.

En el caso de Barcelona, el "retorno al orden" se tradujo en una prolongación de la vigencia del noucentisme, mientras que en Madrid nació el denominado "Estilo 1925", cuyo máximo exponente fue Benjamín Palencia. Éste, junto a Francisco Bores y Pancho Cossío, marcharon a París entre 1922 y y 1926 y formaron la "Escuela de París", que desarrollaría un tipo de figuración lírica que entremezcla elementos cubistas y surrealismo.

Los efectos de la Guerra Civil

El estallido de la Guerra Civil paró en seco la renovación artística española y, con las fronteras cerradas, la mirada de los jóvenes artistas españoles se tornó hacia el surrealismo, gracias en gran parte al prestigio de Dalí y Miró. En la sección "Del surrealismo al informalismo" de la exposición puede verse a dos de sus principales artífices, Antoni Tàpies y Antonio Saura, que evolucionaron desde el surrealismo mironiano de su juventud hasta el informalismo de sus obras maduras. Para ello, el primero ahondó en la expresividad de la materia y en la capacidad evocadora de los muros; y el segundo ensayó diversas técnicas próximas al automatismo surrealista a mediados de los 50.

La última sección de la exposición del Thyssen de Málaga, "Abstracción lírica y arte normativo", se centra en la tardía llegada a España de la abstracción gracias a la apertura de fronteras con el extranjero en la década de los 50.

Las propuestas no-figurativas fluctuaron en España entre una abstracción lírica, heredera de Kandinsky, y otra de corte normativo. En la primera se adscriben artistas como Luis Feito, Ràfols Casamada y Manuel Hernández Mompó; mientras que la obra de Gerardo Rueda posee un sustrato más geométrico.

Esta primera exposición del Museo Carmen Thyssen Málaga bien podría llamarse "Un siglo y medio de pintura en el Palacio Villalón" y no hay duda de que exhibe todo el poderío de la colección de la baronesa, a la vez que deja el listón muy alto para exposiciones venideras.