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México decapita a la violenta Familia Michoacana

  • En la operación ha muerto el capo El Chayo, cinco policías y tres civiles
  • Este cartel, en disputa con Los Zetas, ha tomado el control en varias regiones

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Policías observan cómo arde el coche de unos sospechosos durante la operación contra La Familia en las afueras de Apatzingán.
Policías observan cómo arde el coche de unos sospechosos durante la operación contra La Familia en las afueras de Apatzingán.

La controvertida guerra del Gobierno mexicano contra el narcotráfico, que se ha saldado con 30.000 muertos en cuatro años, ha asestado otro golpe a los barones de la droga con la muerte del temible Nazario Moreno, mesiánico y violento líder que se había adueñado del estado sureño de Michoacán.

La caída de Moreno, alias El Chayo, fundador y principal líder del cartel de La Familia Michoacana, se ha producido en intensos tiroteos entre sus sicarios y agentes federales en el municipio michoacano de Apatzingán, que comenzaron la noche del miércoles y continúban este viernes por la tarde.

El portavoz de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, ha informado de la muerte de Moreno en una operación que ha causado ya 11 fallecidos en total: cinco policías federales, tres delincuentes y tres civiles [entre estos un bebé y un adolescente atrapados en el fuego cruzado, según informes previos].

La ferocidad con que los sicarios defendieron la que es considerada una de sus bases hizo suponer a las autoridades que los pistoleros defendían no sólo su plaza, sino que protegían a uno de sus máximos líderes.

Los pistoleros incendiaron y tirotearon vehículos que utilizaron como barricadas y para distraer a las fuerzas federales. Éstas, apoyadas por helicópteros, los perseguían, produciendo escenas dignas de una guerra en distintos puntos de Michoacán.

Guerra al 'narco'

Michoacán es un estado muy apreciado por los narcotraficantes por sus campos de cultivo de marihuana y amapola y sus costas bañadas por el Pacífico, a donde llegan embarques de cocaína y materia prima para elaborar drogas sintéticas.

La caída de El Chayo se suma a la detención o muerte en el último año de poderosos capos de distintas bandas, como Ignacio Nacho Coronel, Teodoro García Simental (El Teo), Edgar Valdez Villarreal (La Barbie), Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén (Tony Tormenta) o Sergio Villarreal (El Grande).

Todas estas bajas se han producido durante la administración del presidente Felipe Calderón, cuyo mandato inició en diciembre del 2006 y culminará en noviembre del 2012, y que decidió lanzarse contra los cárteles de las drogas con el apoyo de 45.000 soldados y 20.000 agentes federales, estrategia criticada por diversos sectores que apuntan a un costo superior a las 30.000 vidas.

Violencia extrema y rivalidad con Los Zetas

El liderato de La Familia Michoacana era compartida por Nazario Moreno con Jesús MéndezEl Chango, quien quedará al frente de uno de los carteles más poderosos y violentos de México, por lo que analistas consideran que tras la muerte del primero podría venir una escalada de violencia.

Expertos recuerdan que en el 2009 el cártel reaccionó con virulencia al matar a 12 agentes federales después de la captura de uno de sus líderes operativos, Arnoldo Rueda, alias La Minsa.

La Familia surgió como respuesta a la penetración en el estado de Michoacán del cartel de Los Zetas, otra banda de criminales sanguinaria, a quienes tras una alianza decidieron y consiguieron sacar de la región a base de decapitaciones y, según autoridades federales, tejiendo redes de complicidad con numerosos alcaldes y jefes policiales del estado.

La Fiscalía mexicana ofrecía 30 millones de pesos (unos 2,5 millones de dólares) por información que llevara a la captura de El Chayo, quien aparecía en la lista a la cabeza del grupo La Familia Michoacana junto con El Chango Méndez y Servando Gómez La Tuta.

El Gobierno mexicano ha afirmado que la guerra contra el narcotráfico era necesaria para frenar el avance de estos grupos criminales y ha reconocido que "por desgracia" la ola de violencia continuará cobrando más vidas.

En México operan otros seis grandes carteles de la drogas: el más poderoso hoy por hoy es el de Sinaloa, que dirige Joaquín El Chapo Guzmán, quien ha acumulado una fortuna de más de mil millones de dólares, según la revista Forbes.