Envían un segundo robot para localizar a los mineros atrapados en Nueva Zelanda

• El primer dispositivo se averió en el difícil acceso al yacimiento
• Las autoridades admiten que se desvanecen las esperanzas del rescate

Se avería el robot indispensable para el rescate de los mineros atrapados en Nueva Zelanda

El Ejército de Nueva Zelanda ha enviado la madrugada de este martes un segundo robot para tratar de localizar a los 29 mineros atrapados bajo tierra y sin alimentos desde el pasado viernes, después de que el primero se averiase debido a la humedad.

"Es una situación muy seria y conforme pasa el tiempo se desvanecen las esperanzas; hay opciones de que no estén vivos", ha indicado a la televisión local el superintendente de la Policía, Gary Knowles, jefe de los equipos de rescate citado por Efe.

Desde que se produjera la explosión el pasado viernes que causó el derrumbe en el pozo de la mina de carbón de la empresa Pike River, situada en Greymouth, en la costa occidental de la Isla Sur de Nueva Zelanda, no ha habido señales de vida de los mineros.

El peligro de que el gas subterráneo provoque más estallidos mantiene suspendida la operación de salvamento, que ahora está pendiente de que el segundo robot del Ejército neozelandés descienda a la galería y muestre el camino a los servicios de emergencia.

Los riesgos de usar un robot

Este dispositivo, que lleva una cámara incorporada, entraría a un túnel que se encuentra a mitad de camino de donde se encuentran los trabajadores encerrados "para darnos una idea de cómo está aquello", explicó el pasado domingo Gary Knowles. Sin embargo, también Knowles advirtió de que sólo pueden utilizar el robot si no hay riesgo de que su cuerpo metálico pueda encender una chispa que provoque a su vez otro estallido dentro de la mina.

Según Efe, el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, aseguró a la víspera que tiene la firme esperanza que los 29 trabajadores de la empresa Pike River saldrán vivos pese a que llevan incomunicados y sin alimento desde el pasado viernes.

"Me han dicho que hay oxígeno y que es muy posible que hayan abierto una vía para tener acceso a ese aire", dijo Key a las familias de las víctimas, a las que pidió paciencia, aunque aseguró que entendía su ansiedad y su miedo.

Puesto que no se les permite bajar al pozo, los miembros de los equipos de rescate se han puesto a los mandos de varias máquinas perforadoras para taladrar en la montaña un pequeño túnel de apenas 15 centímetros de ancho para medir la calidad del aire viciado.

Cuenta atrás

Los expertos opinan que es posible que los mineros estén vivos, pero que no se debe esperar mucho más tiempo para ir a rescatarles, algo que no sucederá hasta que mejore significativamente la calidad del aire.

El consejero delegado de Pike River, Peter Whittall, admitió que desconoce si sus empleados tienen aire, pero agregó que, en cualquier caso, deben estar muy incómodos porque el sistema de ventilación continúa averiado.

Los mineros atrapados tienen entre 17 y 62 años y entre ellos hay tres ciudadanos británicos, dos australianos y un sudafricano. La compañía explicó que los mineros están a sólo 150 metros de la superficie, pero a 2,5 kilómetros de la entrada de la mina, bajo un túnel que pasa por debajo de la cordillera de Paparoa.

El hundimiento del terreno en este caso ha sido diferente a cómo se produjo en San José (Chile). Aquel feliz desenlace de los 33 chilenos que dio la vuelta al mundo sigue dando esperanza a las familias de los 29 trabajadores