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Nueva Zelanda aplaza hasta este domingo el rescate de los 29 mineros atrapados

  • Aún no se ha podido contactar con los mineros
  • Se está bombeando aire fresco en el interior de la galeria

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Vista aérea que muestra humo saliendo de la mina de carbón de la empresa Pike River al sur cerca de Greymouth el viernes 19 de noviembre de 2010. Se rescataron dos de los 32 mineros que trabajaban en la mina, situada en el  norte de Nueva Zelanda.
Vista aérea que muestra humo saliendo de la mina de carbón de la empresa Pike River al sur cerca de Greymouth el viernes 19 de noviembre de 2010. Se rescataron dos de los 32 mineros que trabajaban en la mina, situada en el norte de Nueva Zelanda.

Los servicios de emergencia han decidido posponer hasta el domingo la operación de rescate de 29 mineros atrapados en Nueva Zelanda por temor al gas grisú en la galería y al peligro de una nueva explosión.

Al caer la noche, se dejó de extraer aire del interior para analizar su contenido y establecer que no sea inflamable o tóxico y que es seguro entrar a la mina de carbón, según el comandante Gary Knowles, quien espera que pronto sea posible iniciar el rescate.

Otro riesgo es que se produzca otro estallido como el que provocó ayer el accidente.

"Por ahora no podemos entrar a la galería, seguimos esperando a que sea posible. No voy a poner en peligro a más gente", añadió el jefe de la unidad que intentará rescatar a los trabajadores.

Todavía no se había podido establecer contacto alguno con los empleados de la compañía Pike River en el yacimiento de Atarau en la Isla Sur de Nueva Zelanda, cuando ya han pasado más de 36 horas desde la fuerte deflagración que les dejó atrapados bajo tierra.

Las autoridades todavía confían en que todos los 29 podrán salir con vida de la mina, aunque el alcalde de la cercana localidad de Greymouth, Tony Kokshoorn, reconoció que "cada hora que pasa, es más difícil".

El primer ministro neozelandés, John Key, envió su respaldo a los mineros, les transmitió un mensaje de ánimo del príncipe Guillermo de Inglaterra y aseguró que se hará todo lo posible por rescatarles sanos y salvos.

La vecina Australia también ha ofrecido ayuda y ha enviado un equipo de especialistas en situaciones de emergencia como ésta, mientras las familias de las víctimas están cada vez más preocupadas y esperan impacientes noticias de los suyos en la sede de la Cruz Roja en Greymouth, a 50 kilómetros de la mina.

Los 29 trabajadores atrapados tienen entre 17 y 62 años y entre ellos hay tres ciudadanos británicos y dos australianos.

Se cree que se encuentran a sólo 150 metros de la superficie, pero a 2,5 kilómetros de la entrada de la mina, bajo un túnel que pasa por debajo de la cordillera de Paparoa hasta los yacimientos de carbón propiedad de la compañía Pike River.

El consejero delegado de Pike River, Peter Whittall, anunció que se está bombeando aire fresco dentro de la galería y que es posible que los mineros hayan encontrado un refugio en algún lugar de la misma.

Whittall especuló que "es probable que estén sentados alrededor de una tubería abierta, sin entender por qué estamos tardando tanto en ir a por ellos".

Sin embargo, el apagón que provocó la explosión de gas metano, cuya causa se sigue investigando, averió el sistema de ventilación dentro de las galerías.

Unas horas después del estallido, dos trabajadores consiguieron salir por su propio pie y afirmaron que tres compañeros más estaban de camino, aunque éstos jamás aparecieron.

Las familias de los mineros confían en que se produzca un final feliz aunque no tan prolongado como el de los 33 chilenos que sobrevivieron tras pasar varias semanas atrapados a 700 metros de profundidad.