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Mueren dos guardias civiles españoles tiroteados por un afgano en la base de Badghis

  • Los fallecidos son un capitán y un alférez, así como su intérprete
  • El suceso se ha producido cuando los guardias civiles impartían clase
  • El ministro de Interior ha confirmado que se trata de un "ataque premeditado"
  • Los talibanes se han atribuido la autoria de las tres muertes

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Dos guardias civiles son asesinados en Afganistán

Dos guardias civiles destinados en Afganistán han fallecido esta mañana tiroteados por un chófer de la Policía que se habría infiltrado en la base de la OTAN en la provincia de Badghis, al noroeste de ese país, según ha confirmado el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

"No puedo confirmar si los talibanes están detrás de lo ocurrido, pero sí que se trata de un atentado premeditado. Ha sido un ataque terrorista", ha afirmado el ministro.

En un primer momento, Rubalcaba informó de que los dos guardias civiles, así como su intérprete, habían muerto tiroteados por un policía afgano al que impartían una clase de formación. Sin embargo, horas después se confirmaba que el ataque había sido planeado, supuestamente por los talibanes, que se han atribuido la autoría de las tres muertes.

De confirmarse este extremo, esta sería la segunda vez en este verano que los insurgentes se infiltran en las bases internacionales para atentar contra las tropas extranjeras. El pasado 13 de julio, tres militares británicos morían a manos de un supuesto soldado afgano, del que la investigación sospecha que era un talibán que vestía uniforme del Ejército.

Al parecer, los guardias civiles en la base de la OTAN situada en la capital de Bagdhis, Qala-i-Naw, estaban realizando tareas de formación de la Policía afgana cuando el chófer ha disparado contra los dos agentes y su intérprete. Las fuerzas de seguridad españolas repelieron el ataque, dispararon y abatieron al agresor, según ha confirmado Rubalcaba.

A punto de volver a casa

Los fallecidos son el capitán José María Galera Córdoba, de 33 años de edad, nacido en Albacete y su compañero, el alférez Leoncio Bravo Picayo, de la misma edad y natural de A Coruña, así como su intérprete, Ataollah Taefi Kalili, de 54 años nacionalizado español de origen iraní.

Fuentes oficiales han afirmado que los guardias civiles formaban parte del Grupo de Acción Rural de la Guardia Civil, concretamente al Centro de Adiestramientos Especiales, con base en Logroño, desplazado a Afganistán para tareas de formación de la Policía. Ambos tenían previsto volver a España el próximo 22 de septiembre.

El ministro del Interior ha calificado los hechos de asesinato y ha resaltado el papel "fundamental" que desarrolla la Guardia Civil en la tarea de formar al Ejército y a la Policía de ese país para que cuando las fuerzas internacionales se retiren de la zona se pueda garantizar en Afganistán una vida libre a los ciudadanos.

"La experiencia me dice que lo que quieren es cuanto antes tener el cadáver de sus seres queridos cerca y por tanto el proceso prioritario es que vuelvan a España", ha afirmado.

Con estos dos jóvenes, ya son 92 los militares españoles muertos en Afganistán desde que arrancó la misión en 2002.

Manifestación en la base

Tras escucharse los disparos, unos 2.000 civiles afganos se agolparon en la puerta de la base solicitando información. Cuando se les dijo que había muerto un policía afgano, exigieron el cuerpo del fallecido pero desde la base se informó de que éste no se podía mover hasta que llegara un juez e hiciera el levantamiento del cadáver.

Los civiles afganos insistían en tener el cuerpo del soldado afgano y protagonizaron un "intento de asalto a la base" que tuvo que ser repelido desde el interior con disparos al aire. Mientras, por megafonía, para calmar a la muchedumbre se informaba de lo ocurrido.