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El Gobierno griego ordena a los camioneros acabar la huelga por la falta de carburante

  • Llevan tres días de paros contra por las medidas de liberalización de su sector
  • El Gobierno les avisa que pueden perder sus licencias
  • Sólo 300 camiones cisterna abastecen el mercado durante  la huelga

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Hilera de camiones parados durante una protesta en Atenas
Hilera de camiones parados durante una protesta en Atenas

El Gobierno griego ha ordenado a los transportistas y camioneros que pongan fin a la huelga que declararon hace tres días o que se arriesgan a perder sus licencias, ya que que estos paros han generado una escasez de  carburante en el país.

El primer ministro, Yorgos Papandréu, ha tomado la decisión este miércoles tras el fracaso de las negociaciones con los huelguistas para tratar de encontrar una salida dialogada a la situación, según ha informado el Ejecutivo mediante un comunicado.

Conforme a lo establecido por el ejecutivo, aquellos transportistas que no acaten la decisión se arriesgan a perder su licencias y se enfrenta a la posibilidad de que les confisquen sus camiones.

El jueves es el día límite impuesto por el gobierno para que vuelvan a las carreteras.

El presidente del sindicato de los transportistas, Yorgos Tzortzatos, ya ha anunciado que no aceptaban la amenaza del ejecutivo y ha advertido: "No estamos dispuestos a entregar nuestros camiones".

Liberalización de las profesiones monopolistas

La huelga se ha convocado como protesta por la tramitación en septiembre por el Parlamenteo de un proyecto de ley que pretende liberazar las profesiones monopolistas, entre ellas, la de los transportistas por carretera.

Esta reforma forma parte del paquete de medidas de austeridad acordadas con la UE y el FMI para hacer la industria griega más competitiva, y es una parte clave del paquete de ayudas al país de 110.000 millones de euros en los próximos tres años, de los cuales,  80.000 millones procederán de la Eurozona, y los otros 20.000 millones corresponderán al FMI.

Tras tres días de paro, declarados ilegales por la Justicia, la falta de carburante es el efecto más visible de la huelga, que todavía no había ocasionado complicaciones en otros sectores.

Las consecuencias de la huelga

La mayoría de las 1.300 gasolineras de la capital se han quedado sin gasolina sin plomo, y en Salónica, la segunda ciudad griega, siete de cada diez estaciones de servicio han cerrado por falta de carburante, según informan los medios locales.

Sólo 300 camiones cisterna abastecen el mercado durante la huelga, lo que no es suficiente para cubrir las necesidades de consumo en época estival, o de las islas, que necesitan transportar los producto en medio de la temporada alta de turismo, según denunciaron hoy los empresarios a los medios.

El ministro de Economía ha dicho que "nadie tiene derecho a paralizar al país" y ha añadido que no les permitirán que tomen "a la sociedad griega como rehén"

Como solución al conflicto, el Ejecutivo griego ha ofrecido hasta 2014 un periodo de transición para adaptarse a la nueva legislación, mientras que el sindicato pide cinco años.

Las protestas se producen cuando se encuentra en Atenas una misión de inspección de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI).