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Tengo una queja para usted, señor presidente

  • Josep Piqué, presidente de Vueling, es increpado por pasajeros enfadados
  • Sufrieron 3 horas de retraso en el vuelo y una hora encerrados en el avión
  • Piqué esperaba coger un vuelo en Madrid con destino Barcelona

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Aeropuerto de Barajas, Madrid, 7 de la mañana. Un grupo de gente espera para embarcar en un vuelo de Clickair (ahora Vueling) con destino a Barcelona.

Algunos de los pasajeros, en su mayoría ejecutivos, ya se habían ido colocando en fila frente al mostrador de la puerta de embarque cuando por megafonía anuncian que el vuelo sufrirá un retraso de una hora y media.

Durante el tiempo de espera muchos empiezan a impacientarse, "los vuelos Madrid-Barcelona están llenos de ejecutivos que van a una reunión", comenta Xavi, uno de los pasajeros afectados por el retraso, "y si no cogen el avión, no llegan a sus citas".

En vista de que los nervios estaban a flor de piel, la compañía aérea decidió "recolocar" a unos 70 pasajeros del vuelo afectado en uno que iba a hacer el mismo trayecto y que se esperaba que saliera a su hora.

"Dijeron mi nombre", dice Xavi, "y me acerqué con un grupo de gente a la nueva puerta de embarque". No todos los pasajeros del vuelo de las 7 tuvieron la misma suerte, "creo que nos llamaban por orden de facturación", apunta el pasajero.

Al llegar a la nueva puerta de embarque los ánimos de unos y otros se fueron calentando. Los pasajeros que tenían billete para ese vuelo querían ser los primeros en entrar y los "afortunados" que estaban siendo recolocados desde el vuelo retrasado cada vez tenían más ganas de llegar a su destino.

Señorita, llame al encargado (o al presidente)

En plena discusión con una de las azafatas, uno de los pasajeros se da cuenta nada menos que Josep Piqué, el presidente de Vueling, está sentado a la espera de poder embarcar en su vuelo. El pasajero "era un señor mayor, un poco arrogante", dice Xavi, y amenazó a la azafata con "pedirle explicaciones directamente al presidente".

Al final nadie se acercó a Piqué, que estaba "muy calmado leyendo el periódico", pero cuando el presidente de Vueling pasó a través de la puerta de embarque, algunos le increparon y le pidieron explicaciones por lo que estaba sucediendo. Según apunta Xavi, Piqué se limitó a decir que existía "un protocolo que había que respetar" y subió al avión.

Entretanto, dos pasajeros habían entrado a la fuerza en el segundo avión y, a pesar de que alguien "llamó a la Guardia Civil", el comandante del avión dio la orden de despegar con ellos dentro.

Finalmente sólo los dos pasajeros que entraron por las malas en el segundo avión pudieron llegar a tiempo a sus casas. El resto de personas que esperaban despegar desde las 7 de la mañana volvieron al primer avión por petición de la compañía.

Más de una hora de espera dentro del avión

"Nos hicieron subir al avión, que todavía no estaba reparado, y esperar dentro", explica Xavi. Según cuenta el pasajero, se les informó de que el avión retrasado había chocado con un pájaro en pleno vuelo y de que tenían que reparar la parte delantera del artefacto.

"Con todo lo que está pasando ahora", se queja Xavi, "con lo cerca que tenemos todavía el accidente de Barajas, no sé cómo tienen la poca sensibilidad de dejarnos subir el avión cuando todavía lo están reparando y tenernos allí encerrados durante más de una hora".

Xavi llegó a Barcelona tres horas y media más tarde de lo esperaba pero "no todos los días tienes la oportunidad de poder quejarte en persona al presidente de la compañia", bromea.