Enlaces accesibilidad

Obama da un año de plazo para aplicar la nueva resolución de la ONU contra las armas nucleares

  • El presidente de EE.UU. considera que los próximos 12 meses son "críticos"
  • El Consejo de Seguridad aprueba por unanimidad una resolución por el desarme
  • El texto insta a todos los países del mundo a adherirse al tratado contra la proliferación
  • También propone un nuevo tratado con el horizonte de un mundo libre de armas nucleares

Por
El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba una resolución de no proliferación nuclear

"Los próximos doce meses serán absolutamente críticos para determinar si esta resolución y el conjunto de nuestros esfuerzos para frenar la proliferación y el uso de las armas nucleares tienen éxito".

Con estas palabras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha advertido a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la urgencia de acabar con los arsenales nucleares y parar la extensión de este tipo de armamento tras aprobarse por una unanimidad una resolución propuesta por Estados Unidos en este sentido.

El presidente de EE.UU. ha asegurado que la amenaza nuclear ha aumentado su complejidad y por lo tanto son necesarias "nuevas estrategias y nuevas actitudes". Sanciones a Irán

En una breve alocución al comienzo del encuentro, Obama ha asegurado -en clara referencia a Irán y Corea del Norte- que ante los países que insisten en buscar armamento nuclear, la comunidad internacional debe responder al unísono.

"Debemos demostrar que el Derecho Internacional no es una promesa vacía y que el mundo responderá a las amenazas", ha sostenido Obama.

Sin embargo, la resolución no hace ninguna mención a ambos países pero recuerda la validez de las resoluciones adoptadas recientemente por el Consejo que sancionan a ambos estados por sus actividades nucleares.

Además, "deplora los desafíos importantes que hay actualmente contra el régimen de no proliferación que el Consejo de Seguridad considera como unas amenazas a la paz y la seguridad internacional".

El presidente de EE.UU. ya advirtió en su discurso ante la Asamblea General a Corea e Irán que no se deslizasen por la pendiente del armamento nuclear si no querían enfrentarse a nuevas sanciones.

La posición de Obama recibió un espaldarazo después de que en una reunión el miércoles, su colega ruso, Dmitri Medvédev, expresara su disposición a aceptar sanciones, algo sobre lo que hasta ahora se había mostrado renuente. 

Ahora el principal escollo es China, miembro permanente con derecho de veto, que sigue apostando por una salida política.

Eje de la política estadounidense

La resolución aprobada, que tiene el número 1887, hace un llamamiento a todos los firmantes del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) de respetar sus obligaciones y a los que no los han firmado en tanto que no poseen este tipo de armas a que se unan al tratado para que sea universal.

Este tratado cuenta con 189 países signatarios, pero por ejemplo, en él no están ni Israel, que se considera como poseedor de armamento nuclear y nunca lo ha reconocido, ni India y Pakistán, que también tienen la bomba, ni Corea del Norte, que lo abandonó en 2003.

El texto también hace un llamamiento a los estados a negociar el camino hacia una reducción de los arsenales nucleares y a trabajar en la elaboración de un tratado de desarme general y completo bajo estricto control internacional.

En este sentido, Obama ha recordado Washington se encuentra en negociaciones para suscribir con Rusia un nuevo tratado de reducción de cabezas nucleares.

Además, busca la ratificación del Tratado de Prohibición Total de ensayos nucleares, que han firmado 148 países pero que sólo entrará en vigor si lo suscriben EE.UU., China, India, Indonesia, Pakistán, Israel, Egipto y Corea del Norte.

"No albergamos ilusiones sobre la dificultad de conseguir un mundo sin armas nucleares", ha sostenido Obama, quien ha indicado que pese a todo "el mundo entiende que no hay diferencia o división que merezca destruir todo lo que hemos construido y todo lo que amamos". 

El acuerdo se ha aprobado en el marco extraordinario de un consejo formado por los jefes de Estado, el quinto de este tipo que se celebra en la ONU desde su fundación en 1946 y el primero presidido por un presidente estadounidense.